49. Mujer urbana (Pablo Núñez)
El día que la mujer del nuevo médico se instaló en nuestro pueblo, quiso conocernos a todas. Al principio propuso un almuerzo, pero como era época de vendimia y terminábamos la jornada al atardecer, decidió invitarnos a cenar. Vicky comenzó la velada hablando, con verdadero entusiasmo, de un tal Louis Vuitton. Ambrosia le comentó que lamentábamos no conocer a don Luis. En nuestras tertulias habíamos llegado hasta la influencia que Faulkner tuvo en los escritores del boom latinoamericano, por lo que los autores posteriores aún nos eran desconocidos. A Prudencia se le ocurrió que podría tratarse de algún personaje del Ulises de Joyce. Vicky no lo negó, aunque tampoco lo confirmó. Amalia pensó en Borges: repasó mentalmente su obra, mas no recordaba a nadie con ese nombre. Nuestra anfitriona bromeó al preguntar si Borges no era la marca de unas ciruelas, lo que provocó grandes carcajadas. Lástima que tras su chascarrillo no volviera a abrir la boca. Mientras, las demás discutíamos sobre la aportación que Proust había supuesto para las generaciones venideras. Al despedirnos, la notamos algo cambiada: no parpadeaba, aparentaba tener espasmos y emitía un extraño zumbido. Entendimos rápidamente que estaba haciendo un homenaje a La metamorfosis de Kafka.
¡Pobre mujer urbana! En mala hora hora fue a caer sobre la bucólica campiña, ella que iba tan dispuesta a integrar en su vida a esas, supuestamente, rústicas y agrestes pueblerinas. Su infortunada cabecita, no se vio capaz de soportar tanta cultura popular como atesoraban, las invitadas, en las suyas. Magnífico y simpático relato el que has escrito, Pablo. Suerte y saludos.
Muchas gracias, Jesús. Nunca hay que minusvalorar a nadie. La cultura la puedes encontrar en todas partes, bueno, menos en Telecinco?.
Un abrazo.
Excelente derribe de estereotipos sobre la mujer rural no exento del mejor humor. ¡Enhorabuena, Pablo! También por lo de Wonderland.
Abrazos.
Me encanta tu comentario, Rafa, porque eso pretendía, derribar estereotipos y si además te ha gustado el humor empleado, mejor así.
Muchas gracias por lo de Wonderland. Esa también es tu casa porque rara es la semana que no está algún relato en el programa.
Un abrazo.
Al tema propuesto sobre la mujer rural, tú le das la vuelta y hablas de una urbana que da por hecho que, como esposa del médico, va a deslumbrar a las que supone pueriles pueblerinas. Después del repaso que le han dado, va a tener pocas ganas de volver a invitar a nadie, mejor sería que se instruyera antes. Le está bien empleado por prepotente. Muy al contrario, estas mujeres no sólo demuestran unas probadas y elevadas aficiones literarias, sino que no conciben que su interlocutora tenga un nivel claramente inferior, al contrario que ella, son bien pensadas, tanto, que creen que lo de Borges (muy bueno) es un chascarrillo.
Me ha gustado mucho, Pablo, y además me has hecho sonreír, que siempre se agradece.
Te mando un abrazo fuerte y te deseo la suerte que mereces
Como siempre haces, que bien has desmenuzado el relato, Ángel.
Además, si he conseguido que sonrías, mejor aún, que arrancar sonrisas es más difícil que hacer brotar lágrimas.
Un fuerte abrazo, amigo mío.
¡Genial!. Un micro muy ingenioso e inteligente. Pobrecilla esa mujer del médico que no sabía dónde había aterrizado. Un acierto romper estereotipos utilizando esa referencia. Repito ¡magnífico, hilarante y escrito de forma impecable!. Una pregunta, Pablo ¿unos días va usted en bici y otros huele bien?. Yo creo que ambas cosas.
Cristina. Tu comentario es de los que da un subidón.
Como le he dicho antes a Rafa mi intención era la de derribar estereotipos y no solo como una vuelta de tortilla, sino porque por suerte tengo mucha familia que nació y vive en pueblos, y además de la cultura popular atesoran amor por el teatro y la lectura. Las concejalías de cultura en los pueblos suelen ser muy activas y raro es el que, además de grupos teatrales, no tenga una biblioteca pública con los libros usados de pasar por muchas manos.
Por otra parte mi intención, me ha encantado lo que dices, es ir en bici y oler bien.
Mil gracias por tus palabras.
Un beso.
Un micro que le da la vuelta al tópico sobre la mujer rural.
Muy ingenioso.
Suerte.
Esa era la intención, Yolanda. Muchas gracias por pararte a defenderme tu comentario. Lo de ingenioso viniendo de ti es un halago que me lo voy a guardar como un tesoro.
Un beso.
Buen desarrollo de tu historia, a través de consagrados escritores, que nos refresca la memoria, hasta llegar al sorpresivo final.
Lo has hecho con mucha inteligencia.
Toda la suerte del mundo, y un saludo muy cordial,
Gracias, María Jesús. Me alegra que el relato te haya gustado. El refrescar a estos autores y a otros que no cabían aquí, es muy saludable.
Un beso y muchas gracias por pasearte por aquí.
Esto es lo que se llama dar la vuelta a la tortilla. Muy bueno, divertido y con su carga de profundidad.
Eso intentaba, Luisa. Además de derribar estereotipos de una forma divertida, el darle su carga de profundidad.
Gracias por tu comentario.
Un beso.
Hola, Pablo.
Me encanta esa vuelta al esteorotipo que anida en el imaginario popular. Qué bien has ido encajando las situaciones y las marcas. Me partía de risa con las ciruelas Borges.
Enhorabuena, Pablo. Me encanta.
Un abrazo enormísimo.
Towanda, como me alegra que te haya gustado. Y que te hayas reído, más aún Lo de las ciruelas tuvo su problemática: me llevé un buen rato pensando si poner ciruelas o pasas.?
Mil besos, domadora de abejas.
¡Qué bueno, Pablo! Solo a alguien con tanto ingenio y sentido del humor como el que tú tienes, se le podía ocurrir presentarnos una escena tan extraordinaria, poniendo en su lugar a cierto tipo de personajes y a sus ideas estereotipadas. Fantástico relato, con un final para nota. Felicidades y un besazo.
Gracias, Matrioska. Solo alguien como tú puedes hacer que el texto que descansa allá arriba se enriquezca gracias a comentarios como el tuyo.
Desde el primer momento que me planteé hacer el micro, quise hablar de eaa mujer rural (que las hay y muchas), que tiene unos valores culturales dignos de admiración.
Conozco mucha gente que vive en los pueblos, mucha familia, y siempre he admirado ese afán por aprender. Sobre todo a aquellas personas adultas que no tuvieron oportunidades en su infancia, y que ahora se esfuerzan por recuperar el tiempo perdido.
Un besote muy fuerte.
Pablo Núñez Matriosko (fan de Matrioska);-)
Amigo Pablo, puesto a derribar tópicos, no hay quien te gane… Me ha gustado tu enfoque diferente del tema.
¡Muchas felicidades por tu triunfo merecido en Wonderland!
Un abrazo.
María José
Gracias por lo de Wonderland, María José.
Me encanta tu comentario porque lo que pretendía con mi relato era derribar tópicos y me alegra saber que lo he conseguido. Me han ayudado todas las mujeres rurales que conozco, que son muchas, y que me inspiraron este relato.
Un besazo.
Pablo.
Genial! Me ha gustado esa ruptura!
Que no sea frecuente no significa que no pueda ser real!
Gracias, Cari. Me encanta que te guste esta ruptura de tópicos y te digo por experiencia que es real. Eso no quiere decir que en las ciudades la gente sean como Vicky. Pero he vivido situaciones parecidas a la del relato, he pasado muchas temporadas en el pueblo de mi madre, en la que aparecen iluminados e iluminadas con aires de superioridad porque viene de la urbe. Y he bebido de la nobleza y la cultura, tanto popular como adquirida de la gente del pueblo de la que constantemente se aprende.
Gracias por pasearte a dejarme tu comentario.
Un beso fuerte.
Gran sátira sobre la deriva cultural de nuestra feroz sociedad de consumo, que le da la vuelta de forma magistral a los esterotipos preconcebidos sobre la supuesta cultura de los cuidadanos y la presunta ignorancia de las gentes rurales.
La interacción entre los personajes es extraordinaria. Describes a la perfección una escena donde dejas diáfanamente patente el abismo cultural entre la tal Vicky y el grupo de supuestas paletas. ¡Y lo rematas con un final absolutamente magistral!
¡Chapó!, Pablo. Es un relato espectacular, de una calidad sobresaliente. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
Mi admirado Antonio, como siempre te digo tus comentarios logran enriquecer los relatos.
Como he dicho antes mi intención era, como bien dices, hacer una sátira para derribar esos estereotipos preconcebidos que sobreviven en la mente de gente que solo se para a observarse a sí mismos, dando por hecho que el resto de la humanidad está en otro nivel inferior.
Vicky debe agradecer a sus invitadas la clase recibida. Quizás a partir de ahora disfrute más de la vida y se de cuenta que los libros, son los mejores compañeros dentro de un bolso de Louis Vuitton. Aprovecho para decir que no tengo nada en contra de esa marca, pero es la primera que se me vino a la cabeza.
Como siempre, es un placer leerte, amigo.
Un fuerte abrazo.
Pablo.
Jo, cómo me he reído, muy bueno, he visto una escena surrealista de Buñuel. Saludos.
Ana, cómo me alegro que hayas pasado un buen rato con mi relato. Yo también disfruté mucho mientras lo escribía.
Muchas gracias por tu comentario.
Un besote.
No me olvido, no, que tienes una imaginación fuera de serie… y la plasmas cada vez que haces escritos como este, divertido y con mucha chicha.
Enhorabuena, Pablo.
Un abrazo.
Gracias, Rosy. Es una alegría volverte a ler y más si es dejándome estas palabras.
Un beso y muchas gracias.
La cultura no es patrimonio de nadie, viaja entre rascacielos y entre los árboles, solo tienes que llamar a su puerta. Genial relato donde, de una manera muy original, contextualizas el saber y das una patada sarcástica a los injustos estereotipos. Enhorabuena,Pablo. Abrazos.
Muchas gracias, Salvador. La cultura es algo de lo poco que podemos beber todos y depurarnos de este mundo en el que vivimos, en el que los valores son cada vez más absurdos.
Por otra parte, la cultura está en todas partes y solo hay que cogerla y paladearla.
Un abrazo.
Gran elenco de autores y de mujeres rurales. La cultura no está reñida con la tierra, ambas hay que cultivarlas para saborear sus frutos y sus letras.
Lo mismo que tu empeño en conseguir sorprender y conseguirlo siempre.
Una maravilla la que nos dejas, creo que iré a ese pueblo en tiempo de vendimia para empaparme de tanta cultura buena.
Un beso enorme Pablo. ¡Bravo!
Gracias, Belén. Como he dicho en una entrada anterior, conozco pueblos en las que la cultura se moviliza y es compatible con trabajos rurales. Hay que desmitificar la típica historia de la mujer analfabeta y triste del pueblo, creo yo. Los tiempos cambian y conozco más eventos culturales en pueblos de cinco mil habitantes que en mi ciudad. (Al menos la proporción por habitante es infinitamente mayor en los pueblos que en las grandes ciudades).
Un besote.
Con tu habitual derroche creativo nos muestras una escena con la que rompes algunos de los tópicos que se tienen sobre las mujeres de pueblo, si bien lo haces de una manera tan desenfadada y tan cargada de humor que tu propósito se cumple doblemente. En cuanto al personaje que representa a la mujer urbana, veo que has tenido cierta compasión con él, concediéndole esa chispa de sentido del humor y, con él, también el beneficio de la duda, esa puerta abierta a pensar que su superficialidad le viene dada por las circunstancias.
Me ha gustado mucho, amigo Pablo, como todo lo que escribes, siempre tan lleno de ese rico mundo interior tuyo.
Un fuerte abrazo y mucha suerte.
Pues viniendo lo que dices de un maestro como tú, me quedo más ancho que largo.
Comentarios así. realzan el texto. Muchas gracias, amigo
Felicidades, un micro original y divertido.
Abrazos enredados con suerte.
Pablo, fenomenal situacion contada con acierto. Suerte y saludos
Malditas etiquetas, deberíamos ser más sencillos, pero…
Bonita historia, suerte.
Besicos muchos.
¡Felicidades, Pablo! Aquí están las historias, en el reverso. Divertida y lindo homenaje a las mujeres campesinas.
Muchas felicidades. No había leído el relato y me ha encantado. Enhorabuena.
He vuelto a pasar por aquí para releer los relatos finalistas, y me encuentro que no he dado las gracias como merecéis a las últimas personas que me habéis comentado.
Muchísimas gracias por vuestras palabras, María, Calamanda, Nani, Javier y María José. Un placer que hayáis pasado por aquí.
Besos y abrazos.