43. N e s o m a n c i a .
Juan Uvas regresó a casa a medianoche. Compuso su baño. Holgaba cubierto de espuma, cuando algo tiró de Él. Ensogado por el tobillo, antes de morir pasando la quilla de un galeón, fue halado por la borda. En cubierta los bucaneros miraban incrédulos. Súbitamente, estaba boqueando de regreso en su bañera.
Otra inmersión y permanecía sobre la plancha por amura de estribor. Detrás, el capitán empuñando un sable. Aunque abundaban tiburones, saltó, emergiendo indemne en su jacuzzi. Sin embargo, al presentir el arrastre postrero, Juan Uvas decidió bucear combativo.
En lontananza, el maldito buque. Unas olas le arrojaron a calas de ensueño. Como un espejismo, le esperaba una mujer también desnuda, tan hermosa, que si se lo pidiera, repetiría las sanciones piratas. Le quitó la maroma y marcharon enyumbinados tierra adentro.
«Los Abordajes» entrambos -orquestados por su dinguilindón rampante, formidable como el ancla del galeón en el fondeadero de su cuerpo de diosa abisal- pródigos en arrimadillas y melosísimos suspiros, culminaron con una deliciosa petite mort , mas, son otra historia; lo cierto es que Las Oceánidas de Ísola habían hecho su triple prueba cincuentenaria, ritual y a muchísima distancia, por elegir otro hombre para una de sus nereidas.
Oh la la, se me ha ido el comentario al fondo del mar. Pues repesco:
Decía que tu «dinguilindón rampante» es… ¡Es que me parto!!
Y también decía que los abordajes de tu relato, lo mismo a babor que a estribor, después de leer tanta cópula isleña, me resultan muy bien aparejados.
Abrazo, Maese.
Juan, verdaderamente tu relato cuenta con un gran contenido erotico y una historia original y bien trabajada. Suerte y saludos
Juan, he de confesarte que soy de los que esperan tu relato con verdadero entusiasmo. Descartando que tu protagonista le diera demasiado a su apellido fermentado, Juan Uvas pasó la prueba con nota, sobre todo la tercera, donde demostró su arrojo y valentía. Como siempre, me ha encantado el relato, el fondo y la forma.
No quiero dejar pasar la ocasión para felicitarte por tu relato «Historia de una escalera», directa ésta hacia la imaginación. Abrazos y mucha suerte.
Bueno, bueno, esta vez he quedado totalmente atrapado por los encantos de la nereida Neso. Ahora mismo, me estoy preparando un bañito de agua caliente, echando las sales de mar, preparado con mi espada, con el parche en el ojo, mi flotador de Mickey, por si acaso me echan por la borda, y mi bañador tapadinguilindones y al agua; a buscar a las oceánidas para ver si me dan un buen viaje por el Mediterráneo.
Precioso, Juan, se nota que lo has hecho con don, el don de la fantasía, de la mitología, preservando tu estilo y haciendo gala de grandes dotes de escritor.
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Sí, Pablito, tu abuelo conoció a Juan Pérez, y una vez me contó que, al valeroso señor Uvas, unos bucaneros…
Menos mal que aún no han llegado las camisetas, Juan, porque si no, no se qué iba a ser esto!!! Pena que no se puedan poner aquí las carcajadas que me provocan vuestros comentarios, pero con tu imaginación (y la nuestra), seguro que andan por ahí flotando y resonando, son bastante ho-ho-ho!!!
Abrazo
Divertido relato de las aventuras de Juan Uvas, quien sale victorioso de todo tipo de abordajes y zambullidas. jajaja.
Abrazo fuerte.
Erotismo de bajo presupuesto en la bañerita de casa, jaja!. Con un ingenio y una originalidad desbordante, nos presentas a un aguerrido Juan Uvas buceando combativo y voluntarioso sin más atributos que un «dinguilindón rampante». Además de tener el vocablo la virtud de resultar casi onomatopéyico, merece ser nombrado como » la palabra del mes». Y como colofón, el simpático comentario de Aurora Royo,la guinda . A babor y estribor, un derroche de ironía con pinceladas dadaístas
Eso del bajo presupuesto, Nieves… bueno para quienes creen que todo lo bueno es caro. Pues no!
Abrazo. Y me piro del relato del Maese, que ya es hora!!
Sólo a ti se te podía ocurrir crear un mundo tan rico y complejo desde una simple bañera. No sé cuántos hombres tendrían el arrojo y la capacidad suficientes para superar esa triple prueba de tortura pirata al borde de la muerte, pero sí sé que más de uno se pondría en el lugar del protagonista al final.
Un relato muy trabajado, con un delicioso vocabulario marinero y derroche sensual ¡viva el derroche!
Un saludo y mucha suerte.
Bravo por Juan, que a pesar de su afición a las uvas, tuvo el arrojo suficiente para superar la triple prueba y dar de paso una agradable función más a su bañera. Un beso
Pues yo, maese Juan, no tengo palabras.
Tu relato SUBLIME, tu Juan SUPERMAN, y las Las Oceánidas de Ísola LAGARTAS y listas,(creo que fueron ellas las que hicieron esos arrastres de tobillo).
Tu frase «marcharon enyumbinados tierra adentro» muy sugerente.
En el escudo de armas de Juan Uvas desde entonces, entre flores de lis, hay un dinguilindón rampante.
Yo que soy una estudiosa de la heráldica lo se.
Abrazos.
Eres un escritor sorprendente por tu originalidad. Primero leo buscando las palabras desconocidas y releo luego para disfrutar tu relato.
Me ha gustado ese viaje entre dos mundos opuestos, el relajante baño de espuma y la excitante historia del marinero y Las Nereidas. Gracias por provocar sonrisas.
Isabel
Jajaja, ahora a carcajada. Pero ten cuidado con esos abrazos que yo soy pequeñita.
No he podido responder tu comentario a mi relato del mes. Te estoy muy agradecida por tus palabras. Si tienes un rato vuélvete a pasar, está casi idéntico.
Me escabullo del abrazo del gigante y busco detrás a la persona para despedirme de ella como corresponde….
Ínclito escritor y mordaz tertuliano Maese PÉrez (si me permite la confianza) nos ha obsequiado con un nuevo conejo que sacÓ de su chistera como quien no quiere la cosa. Desbordande imaginaciÓn y exquisito trato a las palabras, la estructura a la trama dela historia. Si no existiera habrÍa que invetarlo aunque barrunto que con usía rompieron el molde. Mis más sincera enhorabuena. Suerte 🙂
Juan, tus relatos tienen un toque mágico, místico, sobrenatural… Eres sobresaliente: por ser diferente, imaginativo, brillante. Las palabras que descubro en tus relatos tienen cierta musicalidad, no puedo reprimir el repetirlas en voz alta con un buen zumo de uvas, de aguja y blanco, a poder ser.
Mi enhorabuena, caballero.
Juan, magnífico relato lleno de originalidad. Este señor Uvas, dando honor a su apellido creo yo, nos engulle en sus aventuras marinas hasta el final.
Un abrazo
Amigo Juan: tu relato (como siempre) se sale de lo habitual por estos lares. El preciosismo del lenguaje, a veces más críptico que otras (este no es el caso, por cierto), los giros, la sonoridad… Se nota que elaboras concienzudamente tus historias. Este mes has introducido con muchísimo acierto y humor tintes eróticos que envuelven la atmósfera de un simple baño onanista y lo convierten en algo sublime, legendario y mítico.
Felicidades. Creo que es el relato que más me ha gustado de todos los que te leído. Y eso ya es mucho decir, maestro.
¿Qué puedo decirte? Eres el Mago de Las Letras…
Abrazos amigo, y mucha suerte.
Nunca defraudas Juan. Mes a mes busco tu relato con curiosidad para ver con que nos vas a sorprender. Esta vez las aventuras, entre dos escenarios, de este bucanero nos han transportado a otros mundos. Con los «abordajes» y el «dinguilindón rampante» dibujas una escena final entre el erotismo y el humor. Amor-humor, deberían ir siempre de la mano.
Muy bueno y original (como todos los que te he leído), pero lo que más me gusta de tus cuentos es el estilo personal inconfundible.
Suerte y saludos