107. Naufragio
Inspiración… y espiración, porque para parir una historia primero hay que saber respirar, que por algo se dejó los ahorros en los cursos de preparación al parto. Inspiración…, un café en el centro de una habitación negra, rodeado de un océano de Word, en blanco, y unos cascos insertando lejanos murmullos de música clásica. Cuatro ideas, tres personajes, dos lugares y una moraleja, con los que tramar una barca, lanzarse a la deriva. Y espiración… de la niebla surge un insecto inesperado. Y después otro, seguido de miles. Y sus manos se aferran el remo, pero el extremo está desapareciendo. Carcomida, la madera se desploma lentamente en el mar. Inspiración…, es inútil, el bote se hunde de nuevo, y suenan pájaros que no son gaviotas. Relojes, cisternas, murmullos, pasitos y una tostadora. Espiración…, la luz de la calle va borrando lentamente las olas que nunca existieron y, cabizbajo, sale de la barca. Un día más, un día menos. Inicio, apagar sistema.
Tal cual, Alberto. Solo cabe esperar que una sirena nos remolque hasta la orilla.
Un saludo
Alberto, particular forma y paralelismo con el nacimiento y el de las ideas. Suerte y saludos