136. Negros
El humo de un cigarro parece sustituir al de un café ya frío. Sobre la mesa libros de viajes, los tomos desordenados de una enciclopedia, algún bolígrafo aquí y allá y un mar de folios a medio escribir, sobre los que navega el portátil. Los dedos de Ana teclean con agilidad y su mirada inquieta va y viene de un lado al otro de la pantalla. Las ideas bullen tan deprisa en su cabeza, que casi no hay tiempo para que la memoria encuentre un resquicio mientras escribe. Sin embargo a veces consigue colarse y recuerda. Recuerda a unos padres que la llevaban al colegio, la preparaban la comida, la compraban la ropa. Algún te quiero fingido, cada noche el mismo cuento. No recuerda sus nombres ni si siempre fueron los mismos. ¿Murieron? Recuerda a su grupo de amigas y las fiestas a las que nunca iba. Recuerda su boda, a la que no asistió, a Javier su marido, que vive con ella, y a los casi cien invitados a los que no conoció. Pero deja resbalar una lágrima cuando cada noche, Javier se acerca despacio y, con un beso de buenas noches, se va a la cama de otra.
Juancho, sabes que soy fan tuyo. Qué puedo decirte las cosas más bonitas esta noche, mañana y pasado… Pero ya las sabes, el relato me parece genial. Es una atmósfera perfectamente creada…
Un saludo!!!! 😉
Jajajaj, yo también te quiero Marca y lo sabes. Agradezco tus palabras, pero he visto un par de cositas de esas que, cuando ya has publicado y te das cuenta, dices: tierra trágame.
Un superabrazo
Juancho está en racha, y no hay más que leer el relato para notarlo. Muy buena historia que desconcierta al lector pero le hace sentir igual que a la protagonista. Ya me contarás tu secreto, rufián.
Un abrazo microlunático 🙂
Yo también creo que puede desconcertar al lector, pero en sentido negativo, no sé si ha quedado muy clara la idea. Bueno para Miguel, que ahora comentare su comentario, jajajaj, si, y eso me llena de esperanzas.
Hoy se acabó la racha amigo, tendremos que buscar el secreto en otra parte, tal vez Juan Antonio Vázquez pueda ayudarnos (felicidades crack)
Un microlunático abrazo. Os echo de menos.
De escribir por otros a vivir por nadie. Qué manera de meternos en esta desnaturalización Juancho. Magnífico.
Abrazos amigo. Suerte.
Tenía muchas dudas sobre el micro y vas y apareces tú, y lo clavas con ocho palabras. Me descubro. Y muchas gracias amigo.
Abrazos.
Estoy de acuerdo en lo de que estás en racha, sólo aclarar que ésta no es temporal, sino que tiene efectos permanentes en ti, como la poción mágica en el cuerpazo de Obélix.
En este relato has abierto un mundo entrelazado, a veces contradictorio pero que a la vez se complementa, todo en un tono casi poético.
Siempre es un placer leerte.
Un abrazo
Gracias Ángel, siempre es un placer recibir tus comentarios.
Un fuerte abrazo.
Inquietante Juancho, esa despersonalizacion. Me gusta el clima que creas y tu relato es de los que más me han gustado este mes. Suerte. Un beso
Gracias Concha, también tu comentario me llena de esperanza, ya no es solo Miguel, ya sois dos.
Muchas gracias.
Besos.
Me ha parecido un relato cautivador, sobretodo por es atmósfera que está tan genialmente creada. Es un placer leerte. Creces por momentos y con cada nuevo relato, Juancho. Mucha suerte 🙂
Javier narra la historia y Ana la escribe ella quisiera que fuera la suya. Bueno y melancólico relato, muy bien contado. No te deseo suerte porque el talento no la necesita.
Saludos.
Buff, pues te diré que así a bote pronto es el que más me ha llegado de todos los que leí. Bien es verdad que puede resultar un tanto difuso, pero aún antes de ver el comentario de Miguel Ángel ya me había dejado un sabor de vivir sin vivir que me había parecido suficiente. Ya no sé si decirte que no paras de crecer o que estás ya asentado en el nivel superior. Y no te deseo suerte, te remito al comentario de Beto.
Abracísimos.
Yo me pierdo un poco, Juancho: leo esa vida no vivida o absorta en un mundo literario paralelo, pero no entiendo el título. Lo volveré a leer en otro momento, a ver si estoy menos espesita. Besos.
Hola, Juancho, por fin llego a tu relato. Me ha costado pero con los comentarios y con internet, veo una obra de arte en bruto ( o en neto). La idea de los escritores fantasma es genial. Dejo por aquí el artículo que he leído para entender mejor tu relato:
http://www.elconfidencial.com/cultura/2013-11-16/el-negro-literario-de-un-politico-puede-cobrar-hasta-50-000-euros_55211/
Enhorabuena por tu idea y mucha suerte de nuevo.