109. ¡No mires atrás!
Recordaba a mi abuelo como un gigante con barba de varios días, un pitillo apagado entre los labios y la mirada perdida. Constantemente me repetía ¡No mires atrás!, como una cantinela, como si me recordara.
Si miras atrás, decía, encontrarás las miradas de lo que se quedaron por el camino, aquellos a los que abandonaste y los que vuelven su cabeza para ignorarte. Si miras atrás, hallarás a lo largo del sendero recorrido, que tus decisiones erróneas te persiguen para que rindas cuentas.
Si miras atrás, verás que la sombra de tu silueta es tan alargada como tu soledad y que el silencio que te rodea es tan triste como tu remordimiento. Si miras atrás, repararás en que tus recuerdos siguen la estela de tu camino. Si miras atrás, todos a los que decepcionaste ya no girarán su cabeza para obviarte y te señalaron como causa de su fracaso.
Si miras atrás, una niña de ojos claros contará tus pasos hasta el agujero negro que todo lo engulle y que borra de la memoria a todos aquellos que lloraron cuando debieron ser fuertes y que huyeron cuando debieron hacer frente a la adversidad.
Es cierto, abuelo, nunca debí mirar atrás…
Moraleja, hay que seguir los sabios consejos de los abuelos.
Un saludo y mucha suerte Luis.