99. No Molestar
Era tarde. Irene se sentía demasiado cansada para seguir conduciendo.
Aquél hotel en medio de la nada no era el Hilton, pero no estaba la cosa para lujos. El antro parecía decente, sin sustancia pero aseado, como el recepcionista. Pidió una habitación y una botella de agua. El hombre, además, resultó ser diligente; ni siquiera le reclamó una identificación. Subió a la habitación, se desvistió, se metió en la cama y apagó la luz.
Esa noche tocaba sueño erótico. Pero algo no encajaba. Demasiado convincente, demasiados besos carnosos en el cuello, de esos de chupetón. Encendió la luz y vio al tipo que yacía junto a ella. Era tan real como el chasquido de la bofetada que le soltó.
– ¡Degenerado! ¿Qué hace?
– Oiga, es mi habitación, he pagado la tarifa Noche con Sexo.
Irene se vistió lanzando sapos por la boca y salió de allí, seguida por los sapos.
– Es una forma de cita a ciegas. – le aclaró el recepcionista – Gratis para las damas, son los caballeros quienes pagan la estancia.
Pidió otra habitación, y esta vez dejó muy claro que, salvo que fuera el mismísimo Brad Pitt, no quería ver a nadie en sus sueños.
¿Y dónde dices que se encuentra el hotelito? Divertido relato
Y la Irene poco agradecida no?
Venga,suerte en el concurso Antonio
Pues no se dónde se encuentra, la verdad, pero existir, existe. Respecto a Irene, no sé, tenía una mala noche, es una mujer decente, el tipo era un callo… vete tú a saber.
Muchas gracias por tu comentario, Bluess.
Curiosa cita a ciegas, a ciegas y forzada. Muy original, desde luego el susto se lo dio pero bien. Ese fino humor con elque lo has escrito me ha gustado.
un abrazo Antonio
Curiosa y, sobre todo, inesperada. Creo que pidió una tila por la mañana. Muchas gracias, Mª Belén. Un abrazo.
El relato es divertido por partida doble. Por lo que cuenta y por cómo lo cuentas. Me parece una manera fresca de enfocar la consigna y ni que decir tiene que es de esperar que mucha gente se interese por el lugar que has creado para la ocasión. Mucha suerte 🙂
Pues lamento no poder dar las señas del lugar porque las desconozco, pero la historia es verídica, así que a quien interese, con un poco de empreño igual lo encuentra 🙂
Muchas gracias Juan Antonio.
Me ha parecido una original historia, que atrapa al lector.
Suerte
Muchas gracias por tus apreciaciones, Maria Jesús.
Antonio, la FORMA en la que lo cuentas me ha gustado. Suerte y saludos.
Muchas gracias Calamanda, un placer que te haya gustado. Saludos
Antonio, muy sutil tu humor, y la historia no pierde esencia en ningún momento.
Un abrazo y suerte.
Moli, un placer recibir tan elogiosas impresiones. Muchas gracias y un abrazo.
Antonio, un microrrelato de humor muy bien hilvanado, que sorprende y que logra extraerte más de una sonrisa. Y oye, que estos hoteles seguro que existen.
Suerte con el concurso.
Saludos.
Existen, existen. Al menos así me lo han contado. Muchas gracias por tu comentario, Nicolás.