11. Noticia helada (Blanca Oteiza)
Afuera el invierno abraza a quienes desafían a la nieve. Los abrigos alineados dan la espalda a quien sólo busca un rato de calor. La espera se hace larga en las tardes oscuras. Al espectáculo hace tiempo que no asiste la gente. El declive se hace patente en la mirada perdida del actor. Es triste, tanto que las lágrimas borran el maquillaje que esconde su sonrisa. Para el resto de rostros es invisible, pasan a su lado sin percatarse de su soledad.
Le doy unas monedas extra al camarero y le indico que se cobre el café que apura el payaso. Éste me mira sin saber si reír o llorar. En el maletín llevo los documentos que autorizan el derribo del circo. El solar que deje será rellenado por lujosas oficinas.
La carpa espera en la fría esquina.
Un personaje distinto, que no parece encajar en la foto llena de gente con rápidos quehaceres en la que está, pero tampoco en un mundo que ha perdido la magia en beneficio del sentido práctico y del dinero. El que ni siquiera le miren a pesar de su aspecto es toda una señal. El último superviviente de un mundo que, de la forma más triste, sin estridencias, muere por a poco.
Un relato bien contado y triste, acorde con una realidad mercantilista que no lo es menos.
Un abrazo, Blanca. Suerte
Ángel, estamos en una sociedad que vive deprisa y no se fija en quién se sienta a su lado, sólo importa llegar el primero y enriquecerse. Por suerte, no todos vamos igual. El relato refleja un poco eso. La melancolía de un mundo distinto donde el que se sale del patrón es ignorado.
Un abrazo y muchas gracias por tu lectura y comentario.
Hola, Blanca.
Si se muere el circo, nos morimos todos, definitivamente. Un relato en tono oscuro, pertinente. Con esa sonoridad acariciante que tanto te caracteriza, bien elegidas las palabras para que no se escapen del tono. He sentido frío a medida que leía el texto. Si triste es lo del payaso triste, tristísimo resulta lo del portador de los papeles que autorizan el derribo. Ojalá cada vez que renaciera el circo muriesen las oficinas. Me ha encantado tu propuesta. De modo que enhorabuena grande con un beso del mismo tamaño.
Muchas gracias Martín. El circo es como ese recuerdo de la niñez que siempre parece estar ahí. El payaso triste que pierde la ilusión es algo que no debiera suceder, casi ilógico.
Un abrazo fuerte.
El relato que nos propones casi me parece un cuento de Navidad, pero, me temo, que sin final feliz. El dinero casi siempre gana. Poco importan la vida y las ilusiones de muchos. Me gusta también la forma que usas para «redactarlo», con un primer párrafo, en el que nos imbuyes en ese ambiente triste y de acabamiento; y personalizándolo, en el segundo. Me gusta mucho, Blanca. Besos y suerte.
Muchas gracias Jesús. Podría decirse que es un cuento de Navidad, ya que estamos terminando dichas fechas, pero como bien intuyes, éste no tiene buen final. El dinero es «don poder» y cuando se lo propone arrastra a todo quien se ponga por delante. Me alegro mucho que te haya gustado mi texto.
Un beso
J u a n, muchas gracias por tus palabras y por tu sorpresa que me ha pillado de sorpresa.
Historia como la vida misma, donde el «diferente» pasa por la vida sin ser visto por el resto que se llaman «normales» y donde el poderoso se lleva por delante lo que haga falta por llevar a cabo sus planes.
Un afectuoso abrazo
Blanca, nos ambientas la historia con minuciosos detalles, muy claros y acertados. Suerte y feliz año
Muchas gracias Calamanda. Feliz año para tí también.
El poder del dinero, la voracidad del especulador, la vorágine de los negocios. Las migajas para el pobre, para el trabajador. Una buena manera de lavar conciencias. Duro. Y real. Un gran relato. Suerte Blanca!!!
Gracias Juancho,
La vida viene a ser eso, el trabajador siempre paga los excesos del rico.
Un abrazo
Te parece poco el paro que tenemos y vienes tú a engrosar las cifras? 😉
Un micro muy emotivo, Blanca, con una denuncia muy clara y que se da especialmente en esos sectores; cuando la finalidad es el beneficio, a quién le importa nada ni nadie…
Me ha gustado, mucho.
Un abrazo.
Muchas gracias Rosy,me alegro que te haya gustado.
Por desgracia suelen pasar ese tipo de cosas en el mundo de los poderosos.
Un abrazo
Magia y sonrisas por ladrillo y dinero. Tristeza. Pragmatismo.
Gracias Edita por tu comentario.
Hay a quien lo intangible no le saca partido y prefiere el ladrillo y los billetes.
Un abrazo
Vaya vuelta, parecía generosidad y al final se trataba de pura especulación.
No te han hecho falta muchas palabras y en cambio has dicho tanto…
Suerte Blanca con tu apuesta, es genial.
La magia va menguando para dar paso al materialismo que rige nuestra sociedad. La soledad se cierne sobre el artista. Muy bueno y triste relato, Blanca. Abrazos y suerte.