NOV112. AGRADECIMIENTOS, de Antonio Ortuño Casas
Cada noche se queda unos minutos mirando al cielo sentado sobre una gran piedra cerca de la entrada de la cueva. Necesita hacerlo para saludar a las estrellas antes de entrar a acompañar a los suyos. Por un momento se alineará con ellas, para agradecerles el que todos hayan sobrevivido a los peligros del día y para pedirles que así sea también mañana.
Antes de adentrarse en la cueva escuchará los rugidos de los grandes animales de la selva, a la que hoy le han podido prestar uno para alimentarlos por varios días. Les agradecerá también a ellos, una vez más, el que uno haya dado su vida por él y los suyos.
Dentro en la cueva se sentirá seguro y agradecido, observando como el fuego les va a proporcionar a todos el calor y la luz suficientes, para esperar de nuevo ese mañana lleno de dificultades, lleno de vida.
…Y hubo un tiempo en dónde los relatos fueron grabados en la dura y fría piedra, bajo la tenue luz de un cuenco de hueso o madera….
Antonio, me transportas a una época primitiva, me gustó y mucho. Abrazo
Antonio, has conseguido describir muy bién los pensamientos de un hombre de las cavernas, la responsabilidad para los suyos, los peligros de la selva. El fuego significa aquí la esperanza en una vida mejor.
Un saludo.
Tremendamente agradecido por vuestros comentarios. Me alegra que os haya gustado el micro; en el fondo somos todos primitivos, desafortunadamente cada vez menos. Saludos, Antonio