NOV113. TARDE, de Luis Molina
Los gritos me alertaron, algo pasó, rápido tome su mano y salimos al palier. Obviamos el ascensor, rápidamente nos dirigimos a la escalera.
En medio del caos comenzamos a descender los ocho pisos. Una anciana tropezó y cayó, me volví para ayudarla.
Le grité que siguiera bajando, que no se detuviera, dudó un momento y continuó. Se escuchaban gritos y sirenas, todos corrían sin detenerse a ayudar, casi a oscuras no podía cargarla, sólo hacerla bajar apoyada en mi. Sentimos un fuerte temblor, ya sólo faltaban tres pisos, la anciana me abrazó llorando.
–Vamos, (le dije) falta poco. Ya llegando al segundo un fuerte olor nos recibió, (era gas) que en unos instantes estalló en llamas, nos detuvimos, el fuego era intenso, comenzó a subir por el hueco de la escalera, ni un milagro podía salvarnos.
Alcé la vista buscando refugio y la vi, era etérea. Me tendió sus brazos y dijo; Ven.
¡Sucedió! Bajo mis pies, sentí que todo cedía, la tomé de la mano, sentí que me elevaba, ya era tarde, el edificio se derrumbaba, ella me sonreía mientras me llevaba a lo alto.
Mi cuerpo junto a la anciana quedó sepultado. Ella sonreía…
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Un ángel que no llegó tarde… Es intrigante, deja espacio a la imaginación. Suerte, Luis. Un abrazo.
Gracias Hugo, seguimos explorando nuevas vetas.
Un abrazo.
Emocionante ese descenso «humanitario». No sé si en su lugar me hubiera quedado a ayudar… El instinto de supervivencia trata de salvar obstáculos como ancianos, impedidos, o cualquier lastre que aminore nuestra huida. Lástima que su premio por tan magnífica acción no fuera la vida terrenal. Su alma buena ascendió de manos de un ángel, mientras su cuerpo perecía aplastado, sepultado por los escombros.
Triste relato. La muerte me sigue pareciendo tremenda, casi injusta, aunque nos espere la vida eterna.
Narrado con misterio e intriga que anima a saber más.
Mucha suerte, Moli.
Un beso.
Gracias Amparo, ¡Que lujo que alguien como tu me lea!
Creo que estoy cambiando de estilo.
Un abrazo amiga.
Gracias Ana, te cuento, la primera estaba conmigo y consiguió salvarse, la anciana quedo junto a mí, la tercera es como dices un ser etéreo que solo salva mi alma.
En cuanto al hundimiento que dices, juro que no lo note pero pase una vez por eso y alguien me dio una mano muy grande,hoy estoy vivo.
Gracias por hacérmelo notar.
Un fuerte abrazo amiga y gracias por estar.
Tienes varios personajes femeninos. Dos, parece ser. Entiendo que la mujer que baja de su mano y a la que luego pierde por ayudar a la anciana, es la misma que lo lleva hacia arriba, convertida ya en espíritu, igual que él.
En el suelo, los despojos de la anciana y él.
Por un momento pensé que era la muerte, luego he optado por esa solución.
No obstante la falta de distinción entre unos y otros personajes lo complican algo, no sé si intencionadamente o no.
Me gusta la resolución de la historia.
Saludos.
Hola Antonia, la tercera persona quedó en una nebulosa, creo que me excedí en la manera de dejar que cada quien lo vea a su manera.
puede verse como que la primera se salvó.
Ademas mi error principal fue nombra «ella» a todas.
Gracias por tu manera de interpretar mi escrito.
Un abrazo.
Era la Parca quién te tendió la mano, mientras yacías junto a la ancianita sonriente ¡Qué puñetera! otra forma de verlo. Jeje.
Saludo
Por el final imagino que no.
Un abrazo
Muy buen relato, Moli, muy dinámico. Hay seres que aparecen en nuestras vidas en ciertos momentos, con una razón que se nos escapa por momento, pero lo sabemos, no es por pura casualidad. Así me pareció la anciana de tu relato. Apareció para darle a tu personaje la última ocasión de mostrar sus cualidades, como un examen final.
Un abrazo.
¡Que buen comentario! Nicoleta, no se me había ocurrido esto de un examen final.
Te lo agradezco y te dejo un fuerte abrazo.
Gracias Ana, se muy bien que se siente en el momento en que todo se hunde, pero alguien te empuja y de nuevo sientes deseos de luchar y no te entregas.
Un fuerte abrazo querida amiga, te extraño. Luis
Trepidante ritmo. Tengo problemas para ubicar personajes. En el primer párrafo el protagonista toma la mano de alguien, no sé de quien, luego ayuda a una anciana y al final aparece el ser etéreo. Me he perdido un poquito. Venga, suerte. Por cierto, con esto de no poner «El moli» como autor, tras el nombre, como hace JAMS, pues he tardado muchos días en encontrarte.
Si me lo ponéis en el formulario lo pongo sin problemas, Ximens, es buena idea.
Hola Ximens, no te he respondido antes por falta de tiempo, cometí el error de llamar «ella» a las personajes femeninas, eso creó confusión, dado quela primera era la pareja y la segunda quien lo recibe en el más allá.
Un abrazo amigo.
Moli, estremecedor y complicado relato con varios personajes en poco tiempo y espacio, bien resuelto.
Un abrazo
Gracias Epífisis, creo que me quedó un poco enredado, me pasa por escribir y publicar directamente, no releo ni corrijo.
Un abrazo.
Qué pena que al final no pueda seguir aquí, en la tierra para poder salvar de nuevo a esos que tienen más dificultades…Me gustó cómo cerraste el relato, mucha suerte.
Saludos
Gracias Paloma, el destino de cada uno ya está fijado, era su momento y ocurrió.
Un abrazo.