NOV129. LA DIGNIDAD DE LOS ÁRBOLES, de Rosa Molina López
Entré en su despacho y me dejé caer en la silla como un abrigo vacío. Tenía veinte años, treinta kilos y ninguna voz. El silencio era el contrapeso de mis palabras y su densidad indicaba mi desdicha.
La psicóloga del centro me señaló un enorme arce que el otoño había encendido, parecía un fuego deshaciéndose en escamas. Mira, dijo, los árboles son elásticos y muy delgados cuando son jóvenes para resistir el viento, pero van creciendo y creciendo hasta que su robustez les hace dignos de una vida valiosa.
Y aprendí a leerme en mis escritos, a quitar el tapón de mi garganta, a comer y a hablar, a no pensar en mi exiguo cuerpo sin hambre, en mi estómago sin digestión.
Hoy, quince años después, una chica entra en mi despacho, tan delgada, con el mismo ego que la percha de su abrigo. En ese momento el viento mece al arce rojo y toca mi ventana. Aún escribo al cobijo de su sombra y sus escamas viven entre las hojas de mis cuadernos.
PRECIOSO simplemente precioso, a este tipo de relatos me refería en las propuestas a Jams, de lo que ayudan a alguien. GRACIAS
Gracias, simplemente gracias por tu comentario. No se me había ocurrido tu propuesta para el año que viene pero no es mala idea. A ver qué dicen los demás. Un abrazo.
POR FIN!! Y he tenido que esperar hasta el 129? Ha merecido la pena
Ese EGO, anónimo onetwo!!
Supongo que te refieres a esa preciosidad de las Auroras Boreales. Ya lo vi. Te dejé un comentario. Muchas gracias.
Rosa, muy bien contado, que duro y qué esperanzador!!. «El silencio era el contrapeso de mis palabras y su densidad indicaba mi desdicha» DEMOLEDOR.
Gracias Aurora, es un problemón que, contado con las palabras que se merecen, sería muy duro de leer. Espero haber conseguido suavizar un poco gracias a la imagen del arce. Un abrazo,
Rosa, le has dado el toque redondo a tu relato. ¡Enhorabuena!
Un beso grande,
Belén
Belén, mil gracias, sobre todo por estar tan cerca, siempre. Un abrazo.
Un relato precioso, Rosa.
Felicidades.
Un abrazo.
Muchas gracias Inés por leer mi relato. Te agradezco tu comentario. Me alegra que te guste. Un abrazo.
Precioso relato lleno de esperanza. Me gusta mucho esa imagen del arce que sirve de ejemplo y de enseñanza, y es que en los árboles se encuentra mucha de la sabiduría que la naturalez nos transmite y que no vemos, no porque no se vean, si no porque no miramos.
Un abrazo y mucha suerte.
Hola Yashira, cuánta razón tienes. Esta historia contada sin la imagen del arce, se haría difícil de leer, sería mucho más dura. Un abrazo.
Que bello relato de superación personal y de esperanza ligados a la belleza de la naturaleza. Hace poco estuve por los bosques de Cantabria y los arces rojos parecían quemar el paisaje.
El otoño es fantástico. Con esa luz que resalta todos esos colores que chillan en los bosques. Es la estación del paseo, de la caminata y la cámara de fotos. Tienes toda la razón.
Es tan bonito que yo creo que da para más. Me quedo con ansias de saber más de la chica que entra, de la protagonista y hasta de la sabia psicóloga.
Un abrazo.
Hola Susana, y hasta yo me quedo con las ganas, pero aunque hay historia, no hay sitio. Mil gracias por tu comentario. Un abrazo.
Poesía, profundidad, imágenes. Precioso principio y un cierre que redondea. Muy bueno. Felicidades, suerte y abrazo.
Antonia
Muchas gracias, Antonia, por leer y comentar el relato. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Rosa, bonito y esperanzador. Saludos y suerte.
Gracias Calamanda por tus palabras. Me llenan de ánimo. Un abrazo.
Rosa, me gustan cómo aparece las cualidades de elasticidad y robustez en tu micro y el efecto que producen en el espíritu al imbuirnos en tu historia de la mano del arce rojo.
Tu relato deja un poso de paz y fuerza.
Suerte y un saludo cordial!!!
María José Pérez B.
Hola María José, estuve buscando una imagen para que la historia no fuera excesivamente dura y un día un arce que hay cerca de mi trabajo me la sirvió en bandeja. Desde ese día, somos más amigos. Muchas gracias por tu comentario.
Me ha encantado, Rosa. De principio a fin, de una delicada
belleza . Un saludo!!
Muchas gracias Nieves. Me alegra que te haya gustado. Gracias por tu comentario. Un saludo.
Precioso relato impregnado de poesía, qué bonita la metáfora del arce y el tono esperanzador que tiene. Me ha encantado la psicóloga, ojalá todas dijeran cosas tan maravillosas. Por cierto ¿Escribes poesía, Rosa? Si no lo haces anímate, porque tienes mucho talento para las imágenes. Un beso grande y suerte.
Hola Mercedes, gracias por tus palabras. No escribo poesía y leo poca. Lo que sí me gusta es la prosa poética. Me encanta Herta Müller y Lobo Antunes, entre otros ¿los conoces? Son geniales levantando imágenes contundentes. Te animo a que los leas. Mil gracias por tu comentario. Un abrazo.
Gracias a tí por tu precioso relato y por darme a conocer a esos dos autores, no te quepa duda
de que los leeré, me encanta ampliar mis lecturas. Besos.
Pues ya me contarás si te gustan. Estoy segura de que sí, ya verás cómo salen fuegos artificiales de sus frases. Un beso enorme.
Me he deleitado con la imagen que delicadamente nos mostraste junto a ese mensaje de esperanza.
Un abrazo y mucha suerte.
Gracias, Moli, me alegra ver que he conseguido que la imagen del arce sustituya una dura realidad. Un abrazo.
Este mes estas que te sales, Rosa!!!
Tu historia ha quedado muy bien redondeada, imagenes sutiles y poderosas, frases bien medidas, mensaje esperanzador,
¿quien da mas? 😛
Un abrazo
NACHO RUBIO
Nacho ¿que quién da más? Pues no se me ocurre viniendo de ti la pregunta. No sé si ya te he dicho que también soy de tu club de fans. Un abrazo.
Como comprenderás no escribo como anónimo para esconderme, sino por respeto a los demás. Es la primera vez que opino y lo he hecho simplemente porque me ha llamado la atención este relato. Otros también me han gustado pero este está muy lindo escrito y es especialmente bueno.En mi opinión.Ciao!Anónimo Onetwo
Y te lo agradezco enormemente y te animo a que escribas. Yo escribo desde hace muy poco tiempo y también me ha costado mucho publicar mis relatos, pero oye, no sabes lo gratificante que es la opinión de los demás, unas mejores otras menos buenas, pero todas te ayudan a mejorar, no lo dudes, anímate.
Muchas gracias por responderme, de verdad!
hablas como escribes
Rosa qué mundo en imágenes, qué imágenes dibujando historias. Me ha encantado los símiles que has derrochado en tu trabajo. La forma tan llamativa, bella y cotidiana de hacernos llegar el mensaje del relato, de hablar de la añorexia.
Felicidades.
Un beso.
Amparo Martínez A.
Gracias Amparo (esta vez no te he llamado Petra) por tus comentarios a mi relato. Precisamente uno de los libros que más me ha enseñado a levantar imágenes es el que ha puesto JAMS hoy, el de Alfanhuí, de Sánchez Ferlosio. Cuando lo leí, casi tuve la percepción de que había visto la historia, más que leerla. Y ahí estoy, aprendiendo. Muchas gracias por tus ánimos. Un abrazo.
Un relato que me ha gustado desde la primera lectura, Rosa, pero solo ahora he llegdo a comentarlo. La imagen del arce rojo como las llamas del fuego es memorable, la composición simétrica, redonda es muy apropiada, el tema es muy actual. ¡Felicidades!
Hola Nicoleta, gracias por tu minucioso análisis. La primera versión era tal cual, pero me resultó tan dura que me agarré a la imagen de un arce que tengo cerca de mi trabajo para poder digerir yo misma mi propio relato. Me alegra que te guste. Un abrazo.
Pido perdón a la autora del relato y a todas las personas que se han hecho eco de mis desafortunadas palabras. No es propio de mí expresarme en los términos en los que lo hice ayer. Lamento profundamente haber juzgado un texto literario desde el dolor real.
Ruego al administrador del blog que borre mis comentarios.
Gracias.
María
Hola María, me alegro de volver a leerte. A las dos nos ha servido para reflexionar (yo desde luego he pensado mucho en el doble filo de las buenas intenciones), así que pasamos página, pero no literaria, porque espero leer tu voz en este blog. Sé que te irá bien, porque te mereces lo mejor. Un fuerte y sincero abrazo.
Permíteme que dé las gracias y un abrazo a Ana U., María Elejoste y Antonia porque sus palabras completaron las mías.
María, te honra tu actitud. Fíjate que al menos a mí me hiciste pensar en que a veces podemos creernos por encima del bien y del mal expresándonos literariamente, y sin embargo, y sin darnos cuenta podemos molestar o hacer daño, aunque esa no sea la intención.
A mí me sirven tus palabras de crítica para intentar ponerme en otra piel, y valorar más lo que pueda decir, aquí o en la vida.
Gracias por seguir y lo dicho, a ver si participas también como escritora.
Otro beso.
Gracias María. Tu comentario ha sido una advertencia, y tu actitud final, un ejemplo.
Muy bonito Mari, y aunque es duro, más sabiendo que esto es una realidad, está lleno de esperanza y el logro de conseguirlo.
Isabel R.
Muy bueno, Mari