NOV14. FUEGO EN LA PIEL, de Eva Galindo Esteban
Y él la miraba como quien ha encontrado un tesoro y necesita desenterrarlo y a ella ese brillo llevaría su cuerpo y su alma donde quisiera. Es cuestión de piel.
Comienza la combustión y se besan y se acarician rápido, sin algo de la ropa que últimamente siempre sobra.
Se mueven al unísono durante un rato aunque sin armonía. Él se abandona.
Ella lo siente y le busca por segunda vez. Nota que ya no está allí pero quiere traerle a su lado. Necesita de su cuerpo, de sus caricias que ahora pueden ser directas y sin pausas.
Después solo queda su olor y la lluvia que golpea los cristales.
Poco a poco el celeste de él se torna gris, lleno de nubarrones de remordimientos que ella trata de evitar y el camino de vuelta se vuelve abrupto y frío.
Ella solo quiere saber por qué entonces llegaron tan lejos y desaparecería para no seguir notando el bajón de él que retumba desde su corazón. Bum. Bum. Bum.
Y él, de pronto, no quiere saber nada y las llamas se apagan dejando un laberinto de dolorosas cenizas”.
Me gusta como empieza el relato, con ese «Y…» -tan sugerente-, pero luego… que sórdido todo, no?
El fuego puede ser excitante, peligroso y, a veces, sórdido…
Muchas gracias por leerlo y por tu comentario, Aurora.
Salu2
Hola Ana, como comentas abordo el tema del fuego que se apaga por los remordimientos y la ilusión consumida….
Muchas gracias por leer el micro y mis intenciones =)
Salu2
Eva, triste el relato, deja un regusto amargo pero bien escrito.
Un beso
Buenas, Epífisis.
Es triste en su final pero el incendio, la llama que lo inició fue espectacular, memorable… aunque no siempre los buenos principios nos aseguran algo feliz o que no nos produzca desazón, ¿no? Vida, puro vértigo, hoy en lo más alto y mañana quizá todavía más arriba o… no.
Muchas gracias por comentar y leerme.
Salu2
Al leer tu relato me ha venido a la mente aquella leyenda urbana que dice que Salinger consideraba propio de malos escritores empezar una frase con «y». No sé si esto es cierto o no, pero a mí, particularmente, me ha encantado ese detalle. Es un recurso que te mete de lleno en la trama, no dejando espacio para la distracción.
Un muy buen relato, Eva, con ese fuego pasional inundándolo todo, y que deja el poso de sus cenizas en lo más profundo. Me ha gustado mucho.
Un saludo.
Hola, Raúl¡¡
Muchas gracias por animar mi espíritu de escritora y compartir conmigo ese gusto por la «y» que tira de la historia de esta pasión que finaliza en cenizas. Me gustó porque me parecía que aportaría ritmo.
Salu2
Lo curioso de este relato es que se inicia con una fuerte pasión y el fuego se apaga, no habitual en los relatos. Triste final. Venga, suerte.
Hola Ximens¡
Las llamas cuando no tienen algo que las mantenga desaparecen… pero la combustión existió y puede que ahume sus recuerdos durante un tiempo… =)
Muchas gracias por asomarte a mis letras.
Salu2