NOV140. CON TERNURA, de Nani Canovaca López
Se acercó insinuante, cariñoso y hasta meloso. Su mirada tierna y amorosa, podía derretir hasta los cubitos de hielo que había colocado dentro de la cubiletera para amenizar aquel encuentro, con un sorbito de aquella bebida afrodisiaca, fresca y algo picarona. Quemaba como el fuego e invitaba a pegarse, a cogerle y estrujarle para apreciar en su paladar el increíble sabor de la croqueta hecha a base de una excelente bechamel.