NOV141. LA MECHA PURIFICADORA, de Mercedes C. Velázquez Manuel
Después de haberle introducido el brebaje hirviendo de hierba luisa, varas de viña, algunas ramas de duraznero blanco y un poco de hinojo recién cortado, procedió a zangolotearla de izquierda a derecha repetidas veces, dándole pequeños y bruscos zarandeos para que el enjuague oloroso penetrara bien y restañara las heridas guardadas durante algún tiempo.
Iniciaba así, con ella, un baile circular, de extremo a extremo hasta acabar exhausto. Terminada la danza, preparó una pequeña mecha de manera artesanal, depositando una cierta cantidad de azufre en un trozo de paño blanco, anudado a un fino y largo alambre. Le pegó fuego e introdujo la mecha encendida en la boca, tapó cuidadosamente el orificio y dejó apenas un extremo del filamento colgando hacia el exterior. Una vez que la llama se hubiera consumido lentamente en sus entrañas, los gases del azufre secarían y purificarían su interior.
Cuando a las dos horas acudiera a verificar el resultado, ya estarían prietas, limpias y aromáticas las duelas cóncavas unidas por anchos flejes metálicos que, formando el envase, recibiría el mosto de la temporada. Según expectativas, estaría entre los mejores caldos de la zona. La barrica de roble se encargaría del resto hasta finalizar el proceso.
Pues a ver si podemos brindar con él. Muy bien narrada la técnica de curación de una barrica- Lo has convertido en danza, sortilegio y le has dado el perfume de la madera y el tacto de los metales. El caldo, seguro será un éxito.
Suerte y salud.
Ojalá que fuera así.Me encantaría, pero hay muchos relatos magníficos y originales, muchos y muy buenos narradores y contadores de historias.De lo que sí estoy segura es que la barrica está a la perfección. Las manos que la acarician pusieron todo su empeño enn que quedara bien.Lo mejor posible. El caldo lo agradecerá y lo sabremos el día de San Andrés que ya está próximo. Te agradezco tu comentario, para mí una gota de rocío que penetra en mi alma. También lo mejor para tí Un abrazo.
Hola Ana, muchísimas gracias por comentar, por estar y por apreciar mi aportación. ¿Sabes? veo cada vez más en este sitio una gran cantidad de estupendos relatos. Una congregación de almas con ganas de participar. Y claro que anadie le amarga un dulce, ¿por qué no? si además te llevas un premio o te nominan… pues bienvenido sea. Los voy leyendo todos, pero lamentablemente no tengo tiempo para comentarlos todos. Me encantaría porque podría tener una comunicación más directa, pero me es imposible. Así que imagino que como todo el mundo tiene escaso tiempo, pues mucho más valoro a los que se acercan a comentar. Un montón de gracias y ese abrazo redoblado.
Pero Ana ¿de dónde sacas tanto lenguaje metafórico, tanta poesía… en una palabra tanta energía-simbólica? Fíjate que tanto como rodar barricas calle abajo no, pero si que hay una ancestral costumbre precisamente en la noche de San Andrés que es la de «Rodar las tablas de San Andrés» a través de calles empinadas. Sobre todo en La Guancha, San Juan de la Rambla e Icod de los Vinos que son municipios del norte de Tenerife ¡Qué casualidad! que junto con la palabra «envite» forman un tandem de vocablos «causales» que empleas en tu espontánea poesía. El envite es un juego de cartas muy popular, apreciado y cercano en esta tierra.Bueno, me cabe pensar que eres algo zahorina (cariñoso) por supuesto…o muy psicóloga… Redoble de abrazos y besos.También para tí, of course.
Hola Ana. Un fluir de palabras, emociones y evocaciones es tu torrente. Pensamiento, acción y emoción. O también pensamiento, emoción y acción…En la curación va estando el progreso y el aprendizaje. Me gustó también saber eso de las «tamborradas» a todas horas. Creo que he visto algo en algún programa de TV.Ese dejarte llevar me gusta. Es esa espontaneidad las que nos confiere un mayor encuentro con los ratitos de felicidad. De nuevo gracias por tus palabras sobre mi texto. Las aprecio de todo corazón. A veces un sabio comentario llega muy hondo.Puede llegar a ser el destello que arranque un motor adormecido. Mucha suerte también para tí. Aunque creo que ya de por sí la tienes cosechada. Abrazos.