NOV147. HORTIESCRITURA, de Rosa Molina López
Elige una palabra, limpia su raíz, entiérrala en sustrato enriquecido y aprieta con los dedos para evitar bolsas de aire. En primavera brotarán los primeros fonemas, que luego serán morfemas y que, regados con las desinencias y lecturas adecuadas, darán lugar a las primeras palabras, tiernas y delicadas. Cuidado con abonar en exceso con sufijos o prefijos innecesarios. Es conocido el extraño caso del “cactus adolescente”, al que en lugar de espinas le salieron espinillas. A comienzos del verano poda las ramas de oraciones subordinadas, circunloquios, redundancias, y trata con pesticidas las muletillas, frases hechas y demás perniciosas y vulgares plagas. No olvides elegir, según te interese, el lugar adecuado para cada maceta: la luz solar otorga color y vitalidad; la luna, profundidad y el hábito de cavilar. En septiembre cosecharás racimos de libros, sólidos y vigorosos como fresnos corpulentos o poéticos y livianos como alas de mariposa, según la esencia de la semilla sembrada.
Pues te ha brotado un excelente cuento, Rosa. Sigue sembrando así de bien las palabras.
Un abrazo.
Estos sí son brotes verdes y no las mamarrachadas que dicen en el congreso. Precioso homenaje al escritor del mes con este relato tan lindo.
Un abrazo.
Rosa, que manera más didáctica de cultivarnos e inspirarnos. Felicidades.
Un saludo.
María Elena
Muy didactico y entretenido, felicitaciones, Héctor
Bonito y original relato. Voy a preparar la tierra para hacer mi huertoteca, suerte.
Saludos.
Esto es una unión como el libro y la rosa por Sant Jordi.
Entre las recetas de Fco. Manuel y tus labores de jardinera, va a costar encontrar un libro hecho a la manera clásica 🙂
Felicidades por la forma tan magnífica en que has llevado el trabajo de mostrar el nacimiento de las palabras.
Suerte, que no necesitarás y abrazo.
Toda una lección, sí señora, de la que tomo buena nota, que creo que me va a gustar cultivar a tu manera.
Muy original Rosa.
Un beso
Rosa, le voy a pasar tu receta al jardinero que cuida mis palabras. Seguro que hará brotar un tupido bosque 😉
Me ha parecido muy original tu texto. Se le podría podar alguna rimilla interna y sonaría aún mejor pero, en fin, chapeu, como siempre!!!
Un abrazo y enhorabuena
Un relato lleno de mágica biodiversidad.
Un abrazo.
Rosa, has estado sembrada!!
Incluso tu nombre parece que te ha inspirado!
Me ha encantado, un relato cuidado con mimo, como buena jardinera.
Te deseo mucha suerte
Un abrazo
Marta
Toda una lección gramatical, aderezada con intelegencia
¡Bravo!
Rosa, genial, me ha encantado. Voy raudo a plantar un par de palabras. Saludos y suerte.
Ya me hubiera gustado que los libros de gramática hubieran sido así, con ese fino humor.
Después de leerlo, quisiera ser la mayor cosechadora de palabras y sembrar amplias extensiones y así tener todos los días muchas, muchísimas frases y escribir un relato tan maravillosos como el tuyo.
Gracias por esta lección tan bonita.
¡Qué magnífica lección de agriescritura, Rosa! Buena falta me hace.
Un beso grandote,
Belén
Después de leer tu relato dan ganas de aprender a ser jardinero como el que nos propones.
Espero que este relato te de muchas alegrías y que te tengas una buena cosecha.
Saludos.
Qué preciosidad de cuento, Rosa, realmente bonito, no te deseo suerte porque es que lo tuyo no es suerte sino maestría. Me ha recordado a mi padre que cuando éramos críos nos hacía enterrar pesetas, nos decía que se regábamos y cuidábamos el arbolito que por supuesto que iba a crecer, le brotarían billetes de mil pesetas, qué inocentes que éramos!!!.
Si se pudiese plantar una letra plantaría la A, de amor, amistad, América, Asia, Africa…
Besos
Muchas gracias a todos, amigos de ENTC, por leer, comentar y que os guste este jardín léxico que tan bien ha florecido. Estoy encantada con la cosecha. Si pisamos los libros ¿saldrá vino? Investigaremos. Abrazos.