NOV149. ¡PRÍSCAME!, de Eva Diez
No nos daban esperanzas de que recuperara la consciencia pero al fin le retiraron tubos y cables. Acaricié su pelo encrespado y pasé un dedo por la marca roja que dejó el golpe en la frente. Ella se movió ligeramente, abrió los ojos y mirando alrededor finalmente depositó sus ojos en mí.
– Hola mi amor – dije acercándome – ¿Cómo te sientes?
Tras una pausa movió ligeramente los labios. Fue un susurro al principio por lo que tuve que hacer un esfuerzo para comprenderla.
– Príscame… – fue lo único que logré entender
– No te entiendo cariño… – le dije con suavidad, emocionado de tenerla de vuelta – ¿Tienes hambre? ¿Te abrigo?
– ¡Príscame! – dijo más fuerte.
– ¿Busco al médico? ¿Estas incómoda? – pugnaba porque no se quebrara mi voz de impotencia. – ¡No te entiendo!
– Prís…ca…me –intentó vocalizar con ansiedad.
– No sé qué quieres mi amor… – me acerqué y la abracé con ansiedad – Te añorábamos…los niños han pasado unos meses espantosos… ¡No sabíamos si te perderíamos!…
Cuando me di cuenta ella sonreía mientras descansaba sobre mi pecho. Mi mano la acarició comprendiendo:
– Tranquila mi vida… te “priscaré” todo lo que quieras…
Precioso relato Eva.
Un prisco.
Muy hermoso.
Eva, precioso y tierno relato. Me ha gustado mucho. Saludos
Habrá que buscar en el diccionario esa palabra… preciosa.
Eva, tu cuento te ha quedado bello y fácil de leer; suerte y saludos
Me siento priscado en tu relato.
Me ha emocionado por tener que pasar en estos días por una situación parecida en la familia.
Gracias Eva.