NOV150. A FUEGO LENTO, de Elysa Brioa Escudero
La cebolla tiene que quedar muy fina, para que apenas se note. Con la carne va a ser más difícil. Me lo voy a tomar con calma para no dejar ni una mota en los huesos, bien limpios se van a quedar. Seguro que salen unos cuantos paquetes, para preparar varios pucheros, menos mal que tengo un buen congelador. El más grande lo usaré el domingo para la comida con mi suegra. Es que me estoy imaginando su cara cuando pruebe el estofado, seguro que repite, la muy zorra. Intentará averiguar de donde he sacado esta carne tan buena, insistirá con esa machaconería que me pone enferma, pero se va a quedar con la ganas, sí. ¡Qué calor hace en esta cocina! ¡No importa! Hay que seguir hasta que el agua coja el gusto de las verduras y después le voy a poner este trozo de espalda, ¡la tenía grande, el cabrón! Pedazos muy pequeños, así la voy a cortar, para que quede mejor y luego a hervir muy lentamente. No hay nada como el fuego lento para ablandar cualquier carne. Y a lo decía mi madre: mejor a fuego lento, muy lento.
Elysa ya no te voy a dar la espalda nunca más. Según lo estaba leyendo se me estaba poniendo el vello púbico como escarpias.
Un beso
Mira que lo veía venir y, sin embargo, me ha encantado.
Nos gusta la sangre!!! Somos una asesinos de boquilla geniales!!!
Y qué asco, por otro lado. ¿Ella va a comer algo? Puag.
Elysa, te ha quedado genial. Mordaz y elocuente. La lentitud de la cocción y el placer de la venganza. Un placer leerlo y reírte con su ironía. Enhorabuena.
Elysa, a mí también me gustan las comidas a fuego lento, están mucho más sabrosas, aunque creo que si me invitas a comer algún día a tu casa, mejor llevo yo una pizza…
Un buena historia «marca de la casa», con su muertecito incluido.
Un beso.
Uy Elysa, la historia, fascinante y contada con esa cadencia e ironía que te carazteriza, pero me pusiste la piel de gallina conforme iba avanzando y comprendiendo. La palabra «cabrón» me ha saltado encima y me ha dejado sin respiración.
Genial tu cuento, mucha suerte.
Jeje, Elysa. Relato para chuparse los dedos. Te vi venir al aparecer la palabra «carne», es lo que tiene haberte cogido el registro. Venga, suerte.
Jjajjajjaj que macabra Ely!!! Me ha gustado mucho…
Besos desde el aire
Ay! Elisa, pensaba comer contigo el día que nos conozcamos, pero leyéndote va a ser mejor que elija yo el lugar para comer y tú te apartes de la cocina. ¡Chica! con que arte mezaclas los sabores a fuego lento y las venganzas.
Venga…a seguir «cocinando» microrrelatos…. bufff…
Besos
Tiene un ritmo excelente y ágil, aderezado y suculento. Buen relato. Ya sabes lo que dicen de la venganza, así que espera a que enfríe el guiso. Para mi un chupito, que ya he comido.
Un abrazo.
Ely, como te dije la lectura de tu relato provocó que ayer saliera de esta página con mal cuerpo y eso que estaba avisado. Eso demuestra que has sido capaz, al menos en mí, de llegar con tu microrrelato y a dejar imágenes que se clavan.
¡Mucha suerte en el concurso!
Bessets.
Seguro que nunca le hizo tanta ilusión cocinar para su suegra.¡Qué fuerte!
Una vez superado el impacto de la escena, y poniéndome ya seria, me hace pensar por cuánto hay que pasar para llegar a una escena así y encima disfrutarlo.
Un abrazo y suerte