NOV154. LO MEJOR DEL DIA, de Gemma Calero Sánchez
Llegué a la casa rural un sábado de otoño ya entrada la noche. Llovía y hacia frio aunque el viento estaba en calma. Reserva individual en habitación doble con vistas al valle. Buscaba refugio, soledad y respuestas. Huía de tu recuerdo, de la tristeza que provocaba tu ausencia, de la impotencia de no tener lo anhelado. Llevaba días sin apetito, con la cabeza ida. Sólo recordaba tu sonrisa, tus ojos, nuestros cuerpos entrelazados dando rienda suelta a la pasión y lujuria. Vida, alegría, fuerza, ilusión, deseo, placer, entrega, sueños. Sólo una regla: amarnos sin límite hasta consumirnos. Por esas noches en tu compañía vendí mi alma al diablo. No me arrepiento.
Entre en la habitación, acogedora, cálida, el fuego de la chimenea iluminaba tenuemente la estancia. Dejé apagada la luz. Miré por la ventana enfocando a la nada. Seguías en mi corazón, inundabas mi alma, mi cuerpo te añoraba desde el deseo más ingenuo hasta el pensamiento más turbio. Volví la cabeza y encima de la mesa encontré unos relatos cortos. Comencé a leerlos con desgana. Terminaron enganchandóme. Durante su lectura tu recuerdo se ausentó. Fueron lo mejor del día, cómo antaño también lo fuiste tú.
Gracias por tus palabras Ana.Si es curiosa la palabara «sentimiento», sentir y mentir, a veces a otra persona y otras veces nos mentimos a nosotros mismos no reconociendo lo que sentimos.
Me alegra que te haya gustado. Es la misma sensación que cuando se cocina esperando que el resultado deleite a los comensales!! Gracias de nuevo!
bonito homenaje. Sobre todo a una misma. Un abrazo.