NOV19. RESISTENCIA, de María Jesús Pueyo (Patricia Richmond)
El ruido le recordó que no era un día más, pero se levantó y repitió todas sus rutinas diarias. A las 7’20, como todos los días, abrió la puerta para salir de casa e ir a trabajar. Salir… Un abismo se abría a sus pies.
Las máquinas habían demolido ya la mitad derecha del edificio. Sólo seguían en pie los pisos del lado izquierdo. No había contado a nadie sus intenciones y se había quedado en su casa, a pesar de la orden de desalojo. Atrás habían quedado los meses de lucha, de oposición a la expropiación forzosa para derribar el hogar de las cuarenta familias del bloque.
Pero ella decidió quedarse. No aceptó el justiprecio, maldita palabra infame y mentirosa. No había precio posible que pudiera compensar la expropiación del refugio de sus recuerdos, el lugar donde habían nacido sus sueños e ilusiones, para ensanchar la acera de la calle. Encontró una palabra mejor, “humillaprecio”, para referirse a la miserable indemnización y remitió su rechazo al ayuntamiento.
Miró atrás para despedirse de su hogar, cerró los ojos y salió de casa.
Dignidad sin valor de mercado. Esta palabra que inventa tu personaje debería estar recogida en los diccionarios porque desde luego designa una realidad muy presente. Saludos y suerte.
«Dignidad sin valor de mercado», gran expresión, Ana.
Gracias por tu comentario.
En las «aras» del progreso han sufrido muchas víctimas y como en este caso, no propiciatorias.
Me dejas triste, pero es lo que hay. «No todas las películas acaban bien».
Felicidades por el relato.
A veces, tras el progreso, sólo se esconden intereses económicos. Es mi humilde homenaje a personas que lo están pasando muy mal.
Gracias por tu comentario.
Patricia, realista y triste, me gusta, saludos
Muchas gracias, Salvador.
Humillaprecio, la añadiré a mi colección, fuerte y de plena actualidad, me ha gustado mucho. Nuria
Nuria, gracias por tu comentario.
Por lo menos tuvo la dignidad de luchar hasta el final. Me ha gustado, suerte.
Saludos.
Gracias, Beto. Valoro mucho tu opinión, siempre.
No se dejó engatusar por ese mísero precio. Ser autentico es un grado y mantenerse en una posición es para sentir orgullo.
Suerte y recibe mi saludo.
Muchas personas nos están dando su ejemplo en estos momentos tan difíciles.
Gracias, Anna.
Enorme, Patricia! Enhorabuena!! 😉
Un saludo!
Gracias, Miguel Ángel.
Todos mis saludos para ti.