NOV41. (SIN TÍTULO) , de Francisco Javier Almarcha Sánchez
Como el fuego me asolas en cada encuentro. Combustión espontánea, hija mía. No sé cómo, de repente me encuentro en tu hoguera, cual cerdo asado en campamento salvaje, y tú relamiéndote mientras piensas el jugoso bocado del que solo dejarás huesos mezclados con brasas.
Como el Fénix renazco de mis cenizas, una vez más, y más fuerte que la anterior. Sin embargo, este proceso me cansa, me hace perder mucho tiempo… Está bien esto de ser invencible, pero también lo estaría no tener que sobrevivir a cada estrago.
Digo basta. Hasta aquí hemos llegado. Voy a danzar pidiendo lluvia y no pararé hasta que el último miasma de tu más profundo magma se haya convertido en playa tinerfeña, por ejemplo. Voy a encargar al océano que te cubra bien cubierta y no te deje respirar más ya.
Tú te ríes, porque esto ya lo has oído antes.
Yo sigo preguntándome, sin dar crédito, cómo es posible que el fuego venza al agua.
He llegado a ti, Francisco Javier y no veo comentarios. Es un relato complicado, pero yo que he vivido 22 años en Las Palmas de G. C., veo mucha simbología del fuego volcánico, el mar y las playas de piedra pómez.
Me ha llevado a Los Hervideros de Lanzarote y me ha gustado.
Un saludo
Un año después, gracias por tu comentario. Saludos!
Hola Francisco Javier¡
Me gusta tu relato que quema en cada línea y se va haciendo y deshaciendo como la voluntad del amante.
No es fácil dejar de hacer algo que nos atrae con fuerza aunque sepamos que nos abrasará tarde o temprano.
Un final espectacular con lucha de elementos…
Salu2
Y un año después, quizás va cobrando significados nuevos, va confitándose como castañas glaseadas. A ver si en Navidad nos las comemos todas y las digerimos bien. 😉
Relato raro. Desde corte mitológico de lucha de elementos hasta un enamorado rechazado o utilizado. Al final me quedo con un volcán y el mar, por las referencias canarias. Venga, suerte.
Gracias por el feedback, Ximens. Aunque sea un año después 🙂