NOV43. COMO EL FUEGO FATUO, de Luisa Rodríguez García
Por eso midió sus palabras al explicarle al jefe de ventas las causas del incidente y cómo había ido a parar a aquel pueblo, del que ninguno de los dos oyó hablar antes. Tampoco pudo seguirle la broma sobre la música que escuchaba de fondo. Sin embargo, lo más difícil fue contener el gesto cuando el director le colgó el teléfono, después de responsabilizarlo de haber perdido un negocio vital, su última oportunidad de continuar en la empresa.
Con la sonrisa congelada y el móvil pegado a la oreja vio desvanecerse su futuro, como el fuego fatuo de la canción que sonaba por segunda vez. Le golpeó una dolorosa envidia al imaginar la vida tranquila de las personas de aquel bar. Pero sus sueños pronto volvieron a asomar. Sólo se habían alejado unos metros, los suficientes para seguir guiándolo.
Me gustó lo de la » dolorosa envidia» porque todos muchas veces la hemos sentido, saludos y suerte.
Sí, el envidioso suele sufrir mucho. Para mí lo curioso es que podemos envidiar a alguien que a su vez nos envidia a nosotros porque solemos idealizar, presisamente, lo que no tenemos.
Gracias, Sandra
Luisa, me he imaginado a los personajes del bar, que pertenecían a la Santa Compaña y como en las pelis americanas se lo comían.
Me ha gustado.
Un beso
Gracias.Me gusta tu interpretación!La verdad es que sí está ambientado en un pueblo perdido de Galicia… Y te puedo asegurar, por experiencia, que hay zonas sin cobertura.Nunca se sabe lo que te puede pasar en un día de niebla y con el coche averiado, por ejemplo.
Un abrazo
Raro. Para mí que ya está en el cielo de los camioneros y viajantes. Todo transcurre bien hasta que aparece la palabra «sueños». ¿Está dormido? ¿Se ha imaginado la escena? No veo pistas, salvo «fatuo» que me lleva al cementerio, luego está en el viaje eterno. Venga, suerte.
También me gusta lo del «cielo de los camioneros»… Mi intención iba más por fuego fatuo como algo que persigues pero que no puedes alcanzar. La canción dice algo así como «lo mismo que el fuego fatuo es el querer, huyes y te persigue, le llamas y echa a correr…» ¿Cual es el «sueño» o el «querer» del personaje? no lo sabemos. El caso es que aunque le echen del trabajo, o lo que sea,no se da por vencido y va a seguir insistiendo, aunque nunca lo consiga. Puede que sus aspiraciones profesionales sean excesivas o poco realistas…
Esa es mi interpretación, pero hay más, y eso está bien. Me gusta que te parezca un cuento «raro».
Gracias, un abrazo