Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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NOV55. IGNACIO, de Fran Rubio

La causa estaba clara: intencionado. El autor, un misterio que todos pretendían no saber. Mil conjeturas, cada vecino su propia versión, mil versiones. Por el día, las cenizas lo matizaban todo, infundiendo al pueblo un aspecto de castigo divino, de fin del mundo. Por las noches, mientras duró, el espectáculo era impresionante, surrealista. Todos subíamos a la plaza de arriba para contemplar con una mezcla de maravilla y horror el amenazante cerco de fuego que perfilaban las montañas y que una semana de brigadas e hidroaviones no habían logrado apagar. Ignacio, siempre solo bajo el olmo, era el último en irse a casa: se quedaba hipnótico mirando el fuego. Desde que regresó del ejército no era el mismo.
Días después de sofocado, aún desprendía calor la tierra; el río bajaba ennegrecido e Ignacio, con la mirada vacía, deambulaba de bar en bar. Siempre estaba fumando. En aquellos días, ya no se hablaba con nadie.

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24 Responses

  1. Anonymous

    Es MUY bueno, Fran, mezcla lo apocaliptico con lo cotidiano, lo desalmado con lo entrañable. Me gusta mucho el protagonista (tocayo mio!!!), al que caracterizas de un modo tan certero con solo dos pinceladas. Otro relato mas que se merece estar en el Olimpo del mes, pobres jurados… 😉
    Un abrazo
    NACHO RUBIO

  2. Muchas gracias, Nacho.
    Lo primero es felicitarte por tu «Caballo de Troya» del mes pasado, un relato merecedor de premio.
    Lo demás, darte las gracias por tu comentario sobre mi «Ignacio», me alegra que te guste. Por cierto, la elección de este nombre no es casual, es debida a su significado (que tú por supuesto conocerás).
    Un abrazo.

  3. Paloma Casado

    Has conseguido meterme en ese paisaje de desolación que deja el fuego tras su paso y en la atracción que sentimos a la vez en su presencia. Tristemente es un espectáculo demasiado frecuente, y demasiado numerosos los desaprensivos.
    Caracterizas muy bien a ese Ignacio (me quedo con las ganas de saber lo que significa el nombre)solitario y traumatizado por la guerra.
    Me ha gustado mucho.

  4. Gracias Paloma, como bien dices, un espectáculo tristemente repetido.
    El nombre viene a significar fuego, fogoso, fervoroso… En la Wiki hay una entrada sobre la etimología de Ignacio.
    Un abrazo.

  5. Es lo que les sucede a los incendiarios, que se les bajan los humos, se quedan tristes, cabizbajos cuando desaparecen las llamas… Vaya con Ignacio!!!!
    Un bezasooo, Fran.

    Amparo Martínez Alonso

  6. Evoca de forma muy vívida e impactante (castigo divino, fin del mundo, amenazante cerco) esas imágenes que por repetidas en las noticias no dejan de ser terribles. Y el título está muy bien elegido, cosa que siempre me llama la atención porque a mí los titulos se me dan de pena. Me ha gustado mucho, enhorabuena.

    1. Gracias, Ana. Felicidades en primer lugar por tu relato del mes pasado, donde te desmientes en cuánto a lo de que los títulos no se te dan bien; es un buen título para un excelente micro.
      En este mío, me alegra que te evoque esa atmósfera «apocalíptica» que trataba de infundirle.
      Un beso.

  7. Eso de que todos pretendían no saber quién era el autor del fuego es muy real. En los pueblos todos se conocen y todo se sabe. Para mí, es la frase clave del relato. Lo que me sobra es «desde que regresó del ejército», no veo relación.
    Un abrazo.

    1. Hola Susana, enhorabuena por tu «Viaje de ida», aunque yo creo que también lo será de «vuelta».
      El Ignacio vuelve «tocado» del ejército (como les ocurre a muchos)y le da por el fuego. No entro a desarrollar por qué vuelve tocado ni cuál ha sido la causa porque estamos en un micro y no hay espacio para ello; además, distraería la atención sobre el tema, que es el fuego. No hay más relación que la que ves. Y, aunque sea un tópico, tienes razón: en los pueblos todos se conocen.
      Un beso, Susana.

  8. Fran, me ha recordado este relato, es inevitable, al verano que hemos padecido por nuestra tierra común, con todos esos incendios asolando el pulmón de Valencia. Ese Ignacio es inquietante y perturbador, y si es como sospecho el autor el piromano, bien se merece todo el castigo del mundo.

    Buen relato.

    ¡Mucha suerte para el concurso!

    Abrazos.

  9. En calidad de vecina del piso inferior, mi versión es la siguiente: el vecino de arriba ha escrito una historia que me ha gustado por hacer que la realidad y la ficción vayan de la mano, en completa armonía.

    Saludos

  10. Nicoleta

    Me gusta mucho el relato, Fran, por lo que has dicho y, además de eso, por lo que no has dicho – los espacios vacíos que el lector tiene que rellenar con sus suposiciones.
    Un abrazo.

  11. María Elejoste

    Hola Fran,
    el título me gusta, como bien dices Ignacio significa fuego o ardiente etc… muy bien escogido, ya pones en ambiente de quien es el culpable. El pueblo cubierto de cenizas y el resplandor nocturno, ciertos, verídicos. Una vez ví un incendio en el pueblo de mi madre, llegaban las llamas hasta la tapia del caserio que está enfrente y todo se quedó con esa capa de ceniza. Lo describes bien, igual que al prota-culpable, solo hay una cosa que no se me hace creible: si hay ceniza o hay mucho viento o el fuego estaba cerca, en cualquier caso es peligroso y no imagino que el resto, sospechando o sabiendo como das a entender (pretendían no saber, mil conjeturas) no hiciesen nada, se me ha hecho raro.

  12. A mi me da, Fran, que todo lo que pasa es por la presión del pueblo sobre ese único fumador y eso hace que se trastorne. En el ejército hay mayor facilidad para el fumeque.
    Un abrazo

  13. A mi me ha pasado como a Nicolás, que he visto los alrededores de Valencia. Será por todo lo que hemos padecido. Además, se vive el horror y la desolación, incluso se puede oler.
    Y el personaje de Ignacio, pese a los pocos datos, está clavado.

    Abrazos

  14. Fran, yo también soy de Valencia y cuando leia tu relato estaba viendo a las personas que sufrieron los incendios este verano. Daba mucha pena ver como nuestros montes se quemaban sin que nadie pudiera evitarlo. Una lluvia de cenizas lo impregnó todo durante dias y el cielo se torno gris como amenazando tormenta. Lo peor fue recorrer aquellos lugares después del incendio.
    Has narrado muy bien lo que debieron sentir aquellas personas cercadas por el fuego. El personaje de Ignacio, el responsable al que nadie se atreve a acusar por lastima, me ha parecido muy logrado.

    Enhorabuena y que tengas mucha suerte, un saludo.

  15. kistila

    como te leo tarde nada nuevo puedo añadir…
    ayudas a entender la fijación hacia el fuego que tienen la mayoría de los piromanos…
    como terapia valdría, si lo comprendieran, que tengan su propia chimenea porque a mi me tranquiliza mucho ver las llamas…

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