NOV58. UN CANTO A LA CIVILIZACIÓN, de Amparo Martínez Alonso
Ella siente fuego en la cara. Él la zarandea entre gritos e insultos. Ella quiere mirar, pero no; intenta defenderse, pero no; trata de escapar,… pero tampoco puede. Rota, deformada se esconde entre el miedo y su túnica azul.
—El control del fuego supuso un hito en la historia de la civilización. Los antropólogos sostienen que fue el homo erectus el primero en controlar el fuego.
—¡Menudo rollo de prehistoria!
La chica de las gafas azules prefiere las matemáticas y el inglés… Garabatea en su cuaderno una gran nave espacial.
—Te va a ver el profe…
—¡Y me va a arrastrar de los pelos como un cavernícola! —le susurra, mientras se quita sus gafas azules para hacer muecas, imitando a un mono.
La chica de la túnica azul no sabe qué homínido controló el fuego. Acurrucada en la calle, mientras el ácido deforma su rostro, siente un golpe en la cabeza… ¡Se lo merecía! La chica de la túnica azul ya no grita, no se mueve.
¡Pero si lo acabo de enviar, y ya está colgado! Qué rápidos sois.
Solo una cosa. En el formato del formulario ha desaparecido la cursiva de «homo erectus» y el espacio entre los tres párrafos (espacio antes del diálogo y espacio después del diálogo) es que sino no se entiende (son dos escenas). POR FAVOR, JAMS ¿Puedes corregirlo? Es lo que tienen los formularios, ya lo sé.
Gracias.
A.M.A.
Muchas gracias, querido «mode-orador» (en este caso más escritor que orador).
Besos
Pisándome los talones, y ¡en una nave espacial!
¿Cómo has adivinado que me gusta la ciencia ficción?
Un micro diferente; me da la risa, contrario al mío.
Un beso, Luisa
Ahora mismito voy a verte… ¿En el piso de arriba o abajo?
Dos escenas muy bien enlazadas, desgraciadamente hay personas que no evolucionan. Me ha gustado mucho Petra, enhorabuena.Nuria.
Me alegra, de verdad, que lo hayas visto así. El hombre, a veces, va hacia atrás.
Un abrazo, muchas gracias, Nuria.
Buff, Petra, ese homo erectus qué poco ha evolucionado, por desgracia para todas. Se le puede encontrar a la vuelta de la esquina, no hace falta irse más lejos. Viste túnica o traje y corbata y a veces mata con ácido o con su conducta corrosiva.
Un abrazo
¡Claro que sí! Esta civilización nuestra es tan poco civilizada…
Un beso, Susana.
Como las ratas, los hubo y los hay en todas partes. No hay época, raza, religión, condición, ni nación que diga desconocer su presencia. Cobardes abusadores, que atormentan física y mentalmente de una mujer o de quienes no se encuentran en igualdad de condiciones para defenderse. Salvajes cuya existencia delata que nuestra evolución no es completa. Solo somos un mundo más moderno pero no más humano. El abusivo de caverna o el de piso de lujo, son el mismo animal pero con distinta ropa.
Se que solo es un relato, se que nació de tu imaginario, pero aún así se siente tan real lo que escribes, que no puedo sustraerme de sentir rechazo por el tormentoso crimen de la joven protagonista. Una vez más tus letras hacen vibrar las fibras más sensibles de mi sentir.
¡Saludos!
Petra, es tu relato un ejercicio original a lo «Pulp Fiction» o «Shorts cuts» en el que se entremezclan historias y pasajes para proporcionar un conjunto que da que pensar que la humanidad no ha cambiado tanto a lo largo de la historia. Existen aún salvajes que deberían perder sus manos cuando ponen las ponen encima de una mujer de forma violenta.
Me gustó mucho.
¡Mucha suerte para el concurso!
Besos.
Amparo, me has dejado con mal cuerpo. Parece mentira que pasen estas cosas. El ser humano ha progresado mucho en algunos aspectos, pero en otros, desgraciadamente, va hacía atrás.
Un beso.
Dos escenas contrapuestas, dos mundos enfrentados: unas chicas banalizando el aprendizaje en una escuela occidental y otra, presuntamente en el mundo oriental, islámico, sufriendo sus consecuencias porque sí, y sin que al ejecutor le suceda nada. Un micro que «duele», hace reflexionar…
Enhorabuena, AMA.
Un berso (uy, se me ha colado una erre, pero creo que voy a dejarla).
Te voy a ser sincera, lo he tenido que releer y pensar en él para buscar las relaciones. Creo que Nicolás tiene razón en cuanto a lo de Pulp fiction. De cualquier modo acabo de dejar un comentario a Raúl en este sentido: No hay épocas, como muy bien describen tus dos escenas,sigue sucediendo. Doloroso, como ese ácido.
Un beso y suerte
Esas escenas enlazadas, y esos sentimientos encontrados ponen la piel de gallina. Has escrito un cuento muy duro, de los que calan hasta los huesos. Buena propuesta Amparo.
Un beso
Petra, traté de leer, la segunda vez, cada escena de modo aparte. Me imaginé que en la primera escena, el agresor era el padre. Me imaginé después que, en la última escena, el profesor era el que la mataba. Me imaginé después que el ácido era una substáncia producida por un extraterrestre, que vino a matar a la chica, invocado por su dibujo. Otra lectura podría ser que la chica trataba de evadir por medio de la imaginación de los abusos de su padre, pero allí también encontraba abusos, porque su imaginación era empapada de ello y no podía funcionar de otro modo. El azul tiene algo obsesivo. ¡La conclusión es que tu relato es estupendo!
Un abrazo.
Amparo, qué cantidad de interpretaciones se puede dar en ese relato. Parece fácil y con un lenguaje fluido pero en realidad es muy profundo. Precioso texto, te deseo mucha suerte amiga, Sotirios.
Un relato durisimo y NECESARIO, Amparo, muy necesario!! En mi opinion el unico «pero» es que quizas muestre demasiado. Creo que el efecto seria aun mas demoledor si fuese menos explicito, mas insinuante.
Un abrazo y suerte!
NACHO RUBIO
Gracias a todos por vuestros comentarios.
A veces la civilización es de lo más incivilizada. El hombre evoluciona hacia la perfección, la justicia, el respeto, la igualdad,… y subir esos peldaños le ayuda a conseguir la libertad: sentirse libre. Las creencias, la sociedad no puede potenciar la supremacía de unos sobre otros. Un crimen siempre será un crimen se mire bajo la mirada que se mire.
No podemos acostumbrarnos a este tipo de noticias. Si tenemos la suerte de «haber nacido en le lado bueno del mundo» algo tendremos que hacer, no podemos quedarnos de brazos cruzados. De la educación de nuestros hijos dependerá el futuro: un mundo más equilibrado y justo.
Pero esto es un espacio para la literatura, así después de este rollo que os he metido, sigamos hablando de escenas, atmósfera, tono, argumento, diálogos, metáforas o ironía como este canto a la civilización.
Abrazos y besos a todos.
Amparo Martínez Alonso
El homo erectus, que controló el fuego, tomaba a su mujer de los cabellos y la golpeaba con un garrote. Hoy lo sigue haciendo. Cuando deje de hacerlo, evolucionará a hombre. Un texto removedor, que nos interpela a todos. Saludos.
Espero Amparo que los hombres sigan cambiando, yo por ejemplo me he quedado solo con lo de erectus.
Un beso
Amparo, describes muy bien dos mundos distintos en relación al trato a la mujer. Uno donde el maltrato es moneda corriente y no penalizado. otro, el nuestro donde la mujer ha conseguido ciertos derechos, aunque todavía existen demasiadas víctimas del maltrato ( treinta en lo que va de año ).
Aprovecho para comentar que en Santander en este mes de noviembre, un grupo de artistas mujeres exponen su visión de las agresiones machistas. El domingo 25 dará comienzo un programa de actividades con la acción poética «Confusión».
Un abrazo y suerte.
Petra, me ha gustado el relato, aunque es muy cruel. Me ha llegado la idea de las dos mujeres, con las vidas tan opuestas la una de la otra.
Han pasado miles de años, hemos avanzado muchísimo pero siempre habra quien se empeñen con sus actos en recordarnos de donde venimos.
Que tengas mucha suerte este mes, saludos.
Hola Petra, Ampa. Es un relato crudo con otra historia de contrapunto en medio, como un paréntesis, y así es el mundo en que vivimos. Sorprende al leer por el cambio tanto de escenario como de narración a diálogos, rompes bien así las escenas y queda claro la diferencia de educación y actitud entre las occidentales y las que llevan el burka. Que no se nos olvide lo afortunados que somos por vivir como dices en el lado bueno del planeta!!!. Nacho comenta, y estoy de acuerdo que si fuese un poco más insinuante y menos explícito ganaría en fuerza. El título me gusta es esperanzador. Muxus/besos
Te repito lo que te comenté en tu blog:
Es muy duro tu relato y cumple a la perfección esa función que tiene la literatura de hacernos reflexionar y tomar partido, aunque sólo sea para decir en voz alta lo que debería ser obvio: que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, que no son propiedad de nadie en ningún lugar del mundo.
El contraste entre las dos mujeres resalta más la injusticia de que tu valor como persona a veces depende sólo del lugar en el que naces.
Un abrazo
Brillante contraposición entre ambas mujeres, tu narración es estupenda, le das una fuerza inusitada.
Es una denuncia con tremendo fundamento.
Un gran abrazo y con mucha suerte querida amiga.
Hola «mozuca». ¡Qué lástima que aún exista el maltrato!
Mucha sensación me dejaste, mucha…
Abrazo. Lines
…muchas sensaciones…
Gracias a todos. Os leo y tengo presente vuestros comentarios. Siempre aprendo de ellos, de vuestros puntos de vista.
Gracias por los apelativos tan cariñosos que me brindáis.
Besos.
Relato con una estructura estudiada. Lo que une a las dos historias es el color azul de la túnica y las gafas. Puede ser la misma chica. Es el conjunto de palabras civilización y cavernícola el que nos hace pensar en lo poco que ha evolucionado el hombre en algunos aspectos. Buen trabajo, Petra. Sospecho que estás en el libro, suerte.