NOV59. ENCUENTRO, de Teresa Elena Hernández Villagómez
Hola, vaya sorpresa…
Un beso rápido en la mejilla después de tanto tiempo, un andén, un encuentro, un par de frases intrascendentes, los caminos en sentidos opuestos.
Más no es tan corto un instante para buscar el ardor de tus ojos, esa mirada que como el fuego es capaz de calcinar la ropa que traigo encima. Pero al encontrarme con ellos, una gris capa obstaculizó mi visión.
El tren llegó, un simple adiós con la promesa de siempre de que llamarás…
Abordé quedándome de frente, con la mano levantada para despedirme. Cuando la puerta cerró y comenzamos a avanzar, en la ventana vi mi propia mirada reflejarse. Tampoco ardía fuego ya, éramos humo de pasión que se apagó.
Nunca llamaste más…
Cuando nos escudamos en lo que sintieron una vez nuestros sentidos, solemos ser bastantes reacios a darnos cuenta de que lo que fue un día ya nunca volverá a ser igual. Eso hace que recompongamos muchas veces nuestra historia recordando lo que fue para no perder nunca la esperanza de lo que podría haber llegado a ser. Tarde, casi siempre tarde, nos damos cuanta al fin de que ese «fuego» hace mucho que se apagó, es más, sus cenizas, el viento se lo llevó.
Muy bien, Tere, como siempre magistral.
A veces donde hubo fuego …ni las cenizas quedan…Muy lindo Tere como todo lo que escribís.Suerte! 🙂
La llama de la pasión no es eterna, sin «oxígeno» se apaga.
Me ha encantado cómo has hecho que veamos esa falta de pasión en sus propios ojos: el reflejo de la verdad.
Suerte, Teresa.
Amparo Martínez Alonso
Cenizas que ardieron y hoy vuelan apagadas…… a veces sucede y siempre nos dejan nostalgia
🙂 Xoch
Cuando el destino la volvió a ubicar frente a quien otrora fue su pasión, descubrió que seguía amando los recuerdos, pero ya no a la persona que alguna vez fue el dueño de su sentir.
Bello relato de una historia que quizás más de uno vivió de cerca.
¡Saludos!
Pd: Me gustaría tener la oportunidad de leer algo más de la autora. Por favor ¿Dónde ubico su blog?. Gracias.
Promesas… cuantas se habran quedado en el aire.
Gran relato. Suerte Teresa.
Un saludo.
Las pinceladas de desamor que se mezclan con tus palabras dan cuerpo a ese fuego extinguido. Me gustó. Suerte.
Precioso, Tere. Ha sido una amena lectura. Así es como funcionamos, cada momento es distinto y fugaz, pasajero pero hay algunos que quedan tan grabados que son fuego cuando se recuerdan o cuando algo los trae a la memoria.
Suerte, Tere.
Los andenes son el marco perfecto para los amores perdidos.
Muy bonito Teresa.
Un beso