NOV64. A FUEGO LENTO, de Sara Snezha Pozo Rodríguez
Nuestras bocas degustaban el dulce néctar de nuestras salivas que se formaban con el contacto de nuestras lenguas cuando empezaban a danzar. Nuestros senos, a punto de estallar de éxtasis, empezaban a sentir ese calor corporal que se emite cuando dos cuerpos se juntan y era entonces cuando tus manos empezaron a presionar ligeramente mi torso desnudo calmando mi estado de ánimo animal… nuestra chimenea caldeaba el ambiente era una noche de invierno y nuestros cuerpos necesitaban calor.
A fuego lento la chimenea iba poco a poco consumiéndose mientras que nosotras jugábamos y explorábamos nuevas sensaciones. Tus caderas tambaleantes se ajustaban libremente en las mías. Tus ojos empezaron a fantasear y mis pupilas a dilatarse poco a poco mientras que la locura nos iba consumiendo… tal y como el fuego iba lentamente acariciando las brasas desparramadas en la chimenea.
A fuego lento nuestras bocas degustaban el dulce néctar de nuestras salivas y así, con la lluvia de fondo, íbamos consumando la noche poco a poco…
Muy buen relato Sara, con una descripción perfecta de una noche de pasión.
Un saludo.
Me alegro de que te haya gustado Alfonso, el fuego y la lluvia casi siempre van a la par jajaja y más sí hay pasión y noche…
Un saludo, Sara.
Qué fuerte, pero qué fuerte. De tal palo tal astilla, de tal fuego tal brasa, pero mucho más romántica.
Muy caliente.
Un beso
Padre, jajaja… Aprendí del mejor maestro, TÚ. me alegro mucho de que te haya gustado.
Te quiero papá.
Yo también estaba pensando que se invierten las tornas. Ahora que Epi va a misa tu te vuelves piratita.
Aurora, nos complementamos mucho mi padre y yo… Jajaja !! Un abrazo, Sara.
A juego con el fondo del blog y convirtiendo el mes de noviembre en un tórrido agosto. Muy calentito el relato, guau 🙂
Ana, La verdad es que inspira bastante este blog decorado de llamas haciendo contraste con el frío de noviembre… Me alegro de que te haya gustado y de que te haya parecido calentito Jajaja !!!
Un abrazo, Sara.
Hola Ana, me alegro de que te haya gustado la imagen del fuego consumiéndose y el amor consumando van a la vez… Me alegro mucho de que te haya llegado.
Un abrazo, Sara.
Entre el Epi y la hija del Epi, en esta casa no se pone la calefacción, je, je, ….medida anti-crisis.
Jajaja !! Para eso estamos, caldeamos el ambiente como podemos…
Poquito a poco, como los licores, que para correr siempre hay tiempo.
Te comento. Tu relato, tan explicativo y explícito, para mí gana y se convierte en muy bueno a partir de
«A fuego lento..,
hasta su final, que cierra con palabras cadenciosas como un poema o una melodía, suavemente desapareciendo.
Ahí veo una buena narradora describiendo sensaciones y con metáforas. Incide en esa faceta porque vales para lo sutil.
Un beso y felicidades guapa.
Antonia
Hola Antonia, me alegro mucho de que te haya llegado je,je, es interesante lo que me dices y te lo agradezco seguiré por el mismo camino.
Un abrazo, Sara.
Hola Sara, narras un encuentro de forma muy bonita. Fíjate que yo, más que erótico lo encuentro romántico.
Seguro que a «papi» se le cae la baba con sus niña 😉
Un besito.
Hola Inés, ser erótico o romántico eso ya es una apreciación de cada lector/a… Me alegra que gente cómo tú sepa apreciar mi hobby jajaja !
P.d. mi papá no creo que sé queje con sus tres mujeres de su vida.
Un beso muy fuerte, Sara.
AnaU, echo en falta en este relato un comentario tuyo con canción, ¿sabes a la que me refiero? Te daré una pista, la canta una mujer canaria, no canaria pájara, sino canaria isleña. Es que no la quiero escribir por no plagiarte, que ya has visto como se las gastan por aquí con los plagios, así que ahí te lo dejo.
Sara, me encanta esta frase «como el fuego iba lentamente acariciando las brasas desparramadas en la chimenea», aunque el néctar de las salivas me da un poco de repeluski, por lo de que soy escrupulosa y tal.
Jajaja ! La verdad es que sí, chicas, me habéis pillado… Jajaja! Pero también es un recurso para que lo lea la gente… Cómo les suena pues sin querer lo leen… Me alegro de qué os haya gustado…
Un beso para las dos, Sara.
Sapporo, tienes nombre de japonesa, ¿eres geisha?
El cuento es romántico y erótico, me ha gustado.
Una anónima que te sigue.
Un beso
Hola anónima,
Me alegro de que te haya gustado el relato. Sapporo es el nombre de una ciudad japonesa y de una marca de cerveza. Sapporo es de Sara Pozo Rodríguez.(SA-PO-RO)
Un beso, querida anónima… 😉
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