NOV75. PIRA, de Mei Morán
Se levantan a los gritos. Antes de haberse podido despertar ya andan corriendo, despavoridos, pensando en qué llevarse, sin darse cuenta de que lo único que pueden salvar, a toda prisa, es el propio pellejo. Las llamas se quedan con la casa. Las fotos, memoria de las felicidades y sinsabores vividos, sucumben rendidas a ese hambre insaciable del fuego. Las máscaras de ébano de Mozambique arden con ganas. Al bebé lo tiran por la ventana para que caiga en las decenas de brazos que se arremolinan en la calle, Sultán el mastín jadea y aúlla acorralado. Cuando llegan los bomberos es todo ceniza y los habitantes, ya a buen resguardo, miran medio en cueros aturdidos y desorientados. Desde una azotea contigua, él observa con una llamarada brillante en la mirada. Sabe que no debería hacer estas cosas y ruega sensato para que, como hasta ahora, cada vez que pone fuego no haya víctimas.
Eriza la piel que al bebé lo tiren por la ventana, y duele perder los recuerdos… Pero bueno, nadie murió.
El bebé seguro que recordará el vuelo toda su vida.
Hugo, gracias por tu comentario.
Un abrazo
Me ha gustado como perfilas al pirómano. También los sentimientos que provoca el desalojo.
Un saludo!
Debe ser terrible perderlo todo.
Gracias por tus palabras
Besos
Mei, se respira el desamparo y la impotencia del momento. Suerte. Un saludo.
Los pirómanos me provocan muchos sentimientos y ninguno bueno.
Tu protagonista no es una excepción. El relato, en cambio, me gusta.
🙂
Los pirómanos son seres solitarios que tienen frío en el alma.
Besos temperados
Madre mía, lo del bebé volando es espectacular. ¿de verdad un pirómano piensa en las víctimas? supongo que son fríos
Mucha suerte
Da miedo pensar lo que tiene que ser perderlo todo en un momento. Todos tenemos en nuestra casa objetos y fotografías que para nosotros no tienen precio.
Me ha gustado el relato Mei, que tengas mucha suerte con el.
Saludos
Mei el relato me ha llegado, pero no es majo el pirómano, no.
Un beso
El primer párrafo te hace vivir el incendio alumbrado lo fundamental, se ve. En el segundo nos presentas al pirómano enfermo. El relato es como dos fogonazos bien presentados. Venga, suerte.
Uf Mei, un pirómano con corazón, no puede evitar incendiar pero no quiere víctimas, me temo que, como dice el refrán «el que juega con fuego se quema» en algún momento la suerte cambiará y pasaré de pirómano a asesino.
Buen relato, te deseo mucha suerte.
El texto me gustó mucho. Felicidades.
No entiendo la última frase.
Meeeei ….al bebé lo tiran por ¡la ventana! ¡Chica menudo incendio has organizado en diez líneas!. Y ese hombre causante de tanta desesperación en la escena, tiene su puntito de bueno cuando desea que no haya víctimas.
Un incendio voraz y muy apropiado para la consigna.
Besos Mei.