NOV90. MAGIA VERDADERA, de Adrián Rodríguez García
El mago, todavía con la espada clavada en el vientre, recoge la espléndida cosecha de aplausos de un público que nunca había visto semejantes proezas. Extrae el mortal filo y pide silencio.
– Algunas personas se pasan la vida buscando un camino, no el suyo propio sino uno cualquiera. Conformistas, resignados a una existencia neutra. Yo sería uno de ellos, y no estarían aquí conmigo esta noche disfrutando del espectáculo, si no hubiese entrado en aquella librería. Sepultado entre varios volúmenes encontré uno que me abrió las puertas de la auténtica magia.
He aprendido mucho desde ese día, les revelaré el mayor secreto de todos. La magia verdadera, que va más allá de simples trucos de salón, reside en todos nosotros y la única manera de conseguir más es robándola.
La exuberante ayudante aparece en escena con una garrafa y una vela encendida. El mago coge el pesado recipiente y empieza a beber. Un inconfundible hedor a gasolina invade la sala. Desciende del escenario con la vela en la mano y se coloca entre el público.
– Gracias a sus cenizas el espectáculo podrá continuar- dicho esto engulle la vela, la onda expansiva incinera hasta el último de los asistentes.
Adrián, leí con interes tu relato. Me pareció muy visual y bien escrito.
Un abrazo.