47. Objetivo cumplido (Blanca Oteiza)
Tras el cristal empañado se va instalando la noche. Fría, de principios del invierno. En la habitación se escucha el crepitar del fuego de la chimenea y los juegos sobre la alfombra. Intento concentrarme en la pantalla que tengo frente a mis ojos, aún me quedan unos minutos para terminar la jornada laboral. La palabra “mamá” suena varias veces reclamando mi presencia a su lado. Es más divertido jugar acompañado. Dejo el ordenador y me siento junto a él. Con la emoción agarra el muñeco de su personaje favorito y lo lanza quedando tendido junto a la puerta.
Y es entonces, cuando camina sus primeros pasos tambaleándose, pero decidido a alcanzar su objetivo.
Los primeros pasos de un niño en presencia de sus padres es uno de esos momentos irrepetibles, el comienzo de una existencia más plena y autónoma, un sentimiento de calor cálido en el corazón que has descrito muy bien. Objetivo cumplido.
Un abrazo y suerte, Blanca
Muchas gracias Ángel, siempre tan acertados tus comentarios. Cómo bien dices, para los padres, los primeros pasos de los hijos se quedan marcados.
Un fuerte abrazo
Para liberar la mente de preocupaciones y calentar el corazón, ¿qué mejor que los pasos de un hijo que «se larga a caminar (como decimos aquí en Argentina)? Con un ojo, la madre trabaja en la compu, desde su casa, y al mismo tiempo, con el otro ojo, debe cuidar a su pequeño… Toda una madraza de estos tiempos pandémicos, cabe agregar…
Me encantó, Blanca. Besos😘😘😇😇
Muchas gracias Mariángeles por tus palabras.
Muy de moda en estos tiempos teletrabajar y cuidar de los peques a la vez.
Un beso