82. Occiso (El Moli)
El escáner buscó infructuosamente dentro del cerebro alguna neurona sana o un vestigio de actividad. Mientras el escritor permanecía recostado dentro del mismo.
En su rostro una sonrisa estúpida y la mirada perdida en el más allá, pergeñando esta historia. El facultativo no llegaba a comprender que ocurría, quizás fuera una falla del equipo, por lo qué lo detuvo para poder constatar; nada encontró tras el examen.
Con una sonrisa respondió el paciente al pedido de qué se mantuviera quieto por unos momentos más.
Ante la duda, el médico llamó a un colega con quién deliberó largo rato llegando ambos a un diagnóstico compartido.
El escritor en tanto viviendo su fantasía vio con agrado la ceremonia y el dolor de sus deudos.
La historia concluía con el punto final.
Se sintió feliz, era su mejor obra…
Vas mostrándonos, con parsimonia, una escena con un transfondo casi terrorífico, pero que nos deja un regusto «amable» y esperanzador al ver como el protagonista ha conseguido sentirse feliz concluyendo la obra de su vida. Me ha gustado tu texto, Moli. Un saludo y suerte.
Gracias Jesús, creo que es un poco mi propia locura.
Un abrazo.
Has recreado la fantasía de imaginar una obra en la que el propio protagonista es un personaje principal pero pasivo, al estar muerto, que contempla cómodamente, sin que nadie pueda imaginar que es un espectador externo, las reacciones de aquellos que le conocieron. Ficción y realidad parece que se podrían encontrar, al identificarse al autor con su personaje de una forma plena en ese punto final.
Un abrazo, Moli
Guaú! que comentario.
Gracias Ángel.
Un abrazo.
Siempre he tenido la fantasía de poder acudir a mi funeral y tú acabas de avivarla, Moli. Ojalá sea una gran obra (nuestro funeral), señal de que, antes de ese punto final, hemos escrito otros signos de puntuación que han facilitado la lectura de nuestra vida.
Un abrazo
Hola Margarita, quizás estamos rememorando instancias anteriores a nuestra reencarnación. Y no es fantasía.
Un gran abrazo y gracias por pasar por aquí.
Me gusta la cadencia narrativa con la que has ido llevando el texto, Moli.
Suerte y un abrazo.
Muchas gracias Cristina.
Un abrazo.
Te ha salido poético el relato. Entre la vida y la muerte. Consciente pero inerte. Bien, muy bien, tocayo.
Un abrazo y mucha suerte.
LuisCar
Es que de poetas y locos todos tenemos un poco. Y por lo que leo lo mío es locura.
Mucha gracias tocayo, un abrazo.
Entre la tristeza y la belleza poética. Suerte, Moli.
Un abrazo
Me da la impresión que el personaje no estaba triste, al parecer disfrutaba el evento.
Muchas gracias Inés, un abrazo.
Luis, tiene tu historia una especial cadencia que va llevando hasta el final de la misma. Suerte y saludos
Gracias amiga.
Un abrazo.
Bien Moli, muy bien.
Suerte, amigo.
Un abrazo.
Gracias Towanda, es un relato sin pretensiones.
Un abrazo.
De eso nada, tan bueno como el que más.
Otro abrazo.
Vengo a leerte, Moli, intrigada por ese paralelismo entre nuestros relatos: La muerte como obra póstuma, quizá la más perfecta, la que ya solo admite un punto final.
Suerte y abrazo,