113. OCÉANO DE SENTIMIENTOS
Vuelven mis dedos a hacer piruetas sobre el teclado del ordenador para escribir este relato, despues de tanto tiempo en el que mis pensamientos han permanecido en un mar de sombras y mis emociones hundidas en un océano de recuerdos.
Viajo a través de la pantalla como si lo hiciera por las aguas con un velero, las olas se van llevando las pequeñas cosas que han quedado encalladas en mi alma, la cual ha cambiado muchas veces de casa, y algún sueño que escapó volando de debajo de mi almohada.
Ahora deseo la calma de sus aguas, la brisa del viento que revuelva mis cabellos y despeine mis sentimientos, el olor a salitre que se pegue en mi rostro y me renueve por dentro y el vaiven del velero que me lleve hacia delante lentamente.
Y en mi travesía, te veo, a lo lejos, con los ojos risueños y sin vendas, la sonrisa clara y sin riendas, tus palabras sinceras y abiertas, tu rostro surcado de gotas bañadas en sal y que quisiera besar hasta tragarme el sabor a mar.
Y así comienzo a escribir en un instante en que siento que mi vida va levantando el vuelo.
Qué hermoso texto has escrito Ana Rosa. Se lee como un poema agradecido con la vida que otorga la posibilidad de renovarse para ser feliz. ¡Muchas felicidades! Un abrazo agradecido.