OCT01. EL PLACER DE LA VENGANZA, de Juan Antonio Morán (JAMS)
Llevaba buscando a Berta dos meses. Teníamos poca información de ella: morena, treinta años, un metro sesenta, algo más de cincuenta kilos de peso, pero con una fortaleza inusual. Había acabado con su marido y con un par de tipos más sin más razones que la apariencia de estar dispuesta a ajustar cuentas con el género masculino: los mataba, les cortaba los huevos y se los metía en la boca. Una pista de la última víctima conocida me llevó a un oscuro club de carretera donde fue inútil mantener oculta mi identidad de poli. Nadie quiso colaborar; así que acabé acostándome con una guapa rubia que, aunque le faltaba el dedo pulgar, sabía usar con maestría los otros nueve.
Por la mañana, mientras la rubia cantaba en el baño, me llamaron para darme nueva información sobre Berta. En una comisaría del norte del país habían conseguido relacionarla con otro homicidio de meses atrás y eso despejaba pistas nuevas: creían que podría haber perdido un dedo en el intento fallido de rebanar a la víctima, me dijeron; y de los restos de sangre, el laboratorio suponía que podría estar abandonando voluntariamente un tratamiento contra el VIH. Me sentí… tan estúpido…
Cuando he leído lo de la guapa rubia que le faltaba el dedo pulgar, he pensado «ya está, la asesina, ya le ha quitado la gracia al micro», pero con lo del tratamiento contra el VIH le has dado la vuelta.
Sisisi!! Te lo ves venir, pero no con ese final. Como siempre, Juanan, logrado-logrado!! Un abrazo.
Sencillamente genial, me ha encantado. Nuria
Excelente, con ritmo aplacado y con sorpresa final. La asesina está construida con los ingredientes más suculentos del cine tarantiniano.
Me gusta, sí.
JM
Un poco torpe este poli, por eso se lleva su merecido… Un saludo.
JAMS, le falta algo de olfato a ese poli; buen giro final y ritmo. Saludos.
Aunque es dramático el final (pura serie negra), se me ha escapado una sonrisa (soy mala, lo sé) al imaginarte como una melcla de Marlowe y de inspector Clouseau. ¡Qué torpe, caer en las redes de la asesina feminista! si nunca se sabe de que color tenemos realmente el pelo las mujeres y algunos hombres!
ja ja ja… está bien, tal vez me haya salido un comisario un tanto confiado, pero habría que suponer que incumplía perfil en algo más que el pelo…
No pretende ningún discurso feminista, simplemente una venganza pura, usa la misma «herramienta» con la que la «desgraciaron» a ella… Es un viejo «reguiso», pero me pareció que encajaba con el tema del mes. ¡¡¡¡graaaacias!!!
Qué señora más mala y desagradable, y el poli poco observador, hay que estar de servicio las 24 h que lo dicen en las pelis. Entonces después del revolcón se ducha y se le cargará, supongo. El placer de la venganza es sin duda el título más acertado.
Un abrazo.
Coincido con los demás que tu poli no es ni muy avezado y muy poco previsor. Cómo acude a un club de carretera sin ir preparado. Es más primo que un adolescente.
Coincido con los demás que tu poli no es ni muy avezado y muy poco previsor. Cómo acude a un club de carretera sin ir preparado. Es más primo que un adolescente.
Encaja perfectamente Jams.
Me gustan las historias que chirrían a sordidez, a comisario putero, a barrio bajo y al final lo encajas todo con una duda terminal.
Lo del dedo muy de enganche me ha gustado.
Abrazos
Muy en la línea del tema como no podia ser de otra manera. Entiendo que es un poli o detective humano, de los que meten la pata como todo el mundo. Me encantó el final.
Un abrazo,
Este relato de Jams ( como no podía ser de otra manera) me hace imaginarme a esa angelical criatura diciéndole directamente a Harry el Sucio: «alégrame el día». Tú nos has hecho una propuesta y el resto de la peli la ponemos nosotros. Y ahora me voy a por las palomitas. Incorregible Jams……
¡Jo, qué bueno!, con ese, «Me sentí… tan estúpido…» rematas magistralmente una historia que en principio pensé que no prometía tanto.
Un abrazo ¡artista!
Muy bueno, me encanta el final. El ambiente sórdido le va muy bien al relato.
Un saludo.
Dicen por ahí arriba Jams, que tu poli mete la pata, lo que le pasa, es por meter otra cosa. La verdad, no sé lo que prefiero, si el VIH o que me los metan en la boca, ja ja ja.
Un abrazo
es que Jams, si tienes una cita con la muerte, no te puedes librar de ella… parece previsible y zas!! sacas el sida en el último segundo… te has quedao con el personal… el poli será torpe pero tú has estado listillo. Buen micro.
Me ha gustado mucho y sobretodo ese final inesperado.
Un saludo.
Elena
Hola Jams, ese final me ha desapuntalado todo el relato, que ya venía con el lío medio resuelto, y vas tú, zas, lo desenredas tan fácilmente.
Me ha gustado
un saludo.
Rosa.
Cosas de hombres, que cuando entra en juego la entrepierna…
Divertido, con ese toque de humor final que me ha encantado.
Abrazos.