OCT112. ENANA ROJA, de Patricia Mejías
Desde antes de nacer, su destino fue calculado en coordenadas astrales. Durante una polinización de las Dracónidas, la nave del que sería su padre tuvo un encuentro con uno de esos granos siderales. Varado en tierra extraña, el viajero permaneció junto a una aborigen hasta que las Tres Marías se mudaron a otros cielos. Como cualquier otro hombre de las estrellas, dejó una promesa de regreso. Y una hija. Al ser mayor, ella también siguió la misma ruta de las trillizas del Cinturón de Orión. Al Norte. A su destino. Hasta una gran metrópoli . Pero los astros habían elaborado un desafortunado mestizaje entre expectativas y realidad. Y aunque sus ojos celestes refulgían en su piel nocturna, en los casting la rechazaban por su tamaño insuficiente para brillar en las pasarelas.
Al menos hoy recibiría tres estrellas por su actuación. Estaban en una gaveta de su tocador, junto a las pestañas postizas. Dos para cubrirse los pezones, y un frontispicio de pétalos estelares para el hilo dental. Hoy brillaría para estallar de pudor al ser llamada al escenario por su nombre artístico, y sus últimos destellos de esperanza se los tragaría ese hoyo negro de la calle Rouge.
Bien solapada la historia de la chica con la carta astral, el padre fugaz y el cabaret donde termina. El título me ha intrigado un rato, pero creo que al final lo he pillado.
Un abrazo.
Gracias, Susana. Si me has logrado pillar el título, fase completada.
Interesante relato que juega con la metáfora y la fantasía para contar de manera poética una presunta carencia y un final no muy deseado para alguien distinto.
Me ha gustado mucho porque puede tener varias lecturas, y porque crea espacios diversos, y va desde el mundo exterior hacia el interior.
Suerte.
Sí, intenté que tuviera varias miradas para que fuera prismático, pero muchas veces este manejo puede conducir a que el lector lo rechace por esa atmósfera de irrealidad que se enmascara con lo real.
Has creado una atmósfera muy particular en tu relato, mezcla de amargura, resignación y esperanza; me ha gustado internarme en los caminos que su lectura me ha sugerido.
Mucha suerte.
Saludos
Paloma Hidalgo