OCT126. DESEOS, de Mar Horno García
Un charlatán conduciendo un carromato desvencijado fue la novedad entre el tropel de feriantes que por las Fiestas de San Amador siempre llegaban al pueblo.
—¡Vengan, vengan, pócimas crecepelo, vigorizantes masculinos, camisones de seda, estrellas de los deseos, ünguentos milagrosos para el dolor, alfombras persas! En cuanto lo oyó, trotó hasta el pequeño circo y se ofreció para hacer cualquier faena. Cuando le pagaron un par de perras, corrió hasta la carreta del mercachifle. —Por esto sólo te puedo dar tres pequeñitas, le dijo socarrón el buhonero, entregándole un frasquito. El niño esperó hasta que se hizo oscuro. Entonces se deslizó entre las callejuelas, saltó la verja y encontró a tientas lo que buscaba. Abrió el frasco y sopló el polvo de estrellas sobre la tumba. Después se acostó sobre ella y pegó la oreja todo lo que pudo al frío mármol. Así estuvo durante horas hasta que se quedó dormido mientras susurraba, despacito, «ven aquí mi amor, que eres las estrella más bonita de mi cielo«, lo que siempre le decía su madre mientras lo peinaba para ir al colegio. Si alguien hubiera estado allí, quizás hubiera visto, o no, cómo una mano quimérica acariciaba su carita.
Mar, Has conseguido emocionarme, quiere decir que el relato está lleno de sentimientos. Por desgracia el mundo está lleno de charlatanes pero también con personas llenos de ilusiones y buenos sentimientos. El relato demuestra la categoría y clase que tienes. Enhorabuena maestra, sigue deleitándonos con tus maravillosos relatos. Sotirios.
Sotirios, a mí si que me emocionan tus palabras. Qué voy a contar de los charlatanes, si nunca la población de ellos han sido tan alta. Un abrazo y muchas gracias por tu comentario.
Mar, me ha llegado al alma ese Circo de pueblo. Lo bien que has recreado la atmósfera con el uso de las palabras adecuadas. Y esa mano quimérica acariciando su carita. Otro texto para tu infinita colección de sentimientos, de mujeres y niños, de soledades y hastíos. Es un micro de otoño, que nos cala como esa lluvia fina de las mañanas.
Suerte. Un abrazo
El pequeño circo del pueblo, está dedicado especialmente para ti. Muchas gracias por tu comentario, es un privilegio siempre tenerlos en mis entradas. Un abrazo.
Al acabar de leer tu relato sentí una lágrima aflorar a mis ojos. ¿Cómo lo haces?¡Qué bien escribes!No es de extrañar que te lleves tantos premios. A mí, me da un poco de pudor presentarme ante l@s maestr@s que hay en este blog.
Un saludo y suerte.
Ginette, nunca hay que subestimarse. Si uno se siente escritor y lo más importante para él es escribir, lo demás, es secundario. Y tú, no lo haces pero que nada mal. Un abrazo.
Sí, Mar, es un texto que llega al alma, especialmente para los que hemos vivido esas grandes pérdidas en la niñez.
Siempre es maravilloso leerte.
Un abrazo.
Mar…Mar…por qué me haces llorar tantas veces, con tantas historias que inventa tu inteligente mente…???
Hoy he pensado en niños y niñas que se han quedado sin sus madres que un día, los abrazó, en países lejanos, madres del corazón, del deseo despesperado de serlo…Huérfanos por segunda vez…Me has hecho recordar su soledad, su horfandad…Unas se han ido porque ellas quisieron, sesgaron su corazón en un acto suicida; otras obligadas por la vida, a la fuerza, arrancadas de una feliz y placentera maternidad…Todas maravillosas, todas bajo tierra…Gracias…Mar…por saber poner historias literarias, a las auténticas historias de mármol de esta puta vida…
Pilar
Pilar, tu comentario es aún más duro que mi relato porque hablas de la vida misma y mi texto al fin y al cabo, es ficción. Como siempre la realidad la supera. Un beso.
Muy lindo, lleno de sentimientos, palabras para soñar, y de todo y no es poco me quedo con la frase «la mano quimérica acariciando su carita», bestial.
Enhorabuena.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
David, siempre me gusta pensar, que los seres queridos que nos abandonan siempre siguen a nuestro lado, esa mano quimérica siempre agarrando la nuestra. Un abrazo.
Eres una maestra del relato y una de mis favorit@s del blog.
Tus historias suelen tener que ver siempre con la muerte, no sé si voluntaria o inconscientemente. Esta vez la historia es triste y tierna a la vez. Y original, como todas las tuyas.
Gracias Paloma por tus palabras. Quizás siempre escribo de la muerte para conjurar mis propios miedos. No hay cosa que me dé más terror, que más me obsesione. Siempre está presente. Aunque lo haga, a veces, de forma inconsciente. Un beso.
Uy Mar, qué emocionante y tierno relato, cómo nos haces llegar con tus palabras cada una de las sensaciones de ese pequeño, hasta el final en la fría losa durmiendo.
Un abrazo,
No sé Yashira, es que siento en carne propia la soledad de un niño desamparado, sin su madre. Debe ser tremendo. Un beso.
Fantástico Mar, me sumo a lo comentado y me alegra constatar que acercarse a tus letras siempre merece la pena.
Fuerte abrazo.
Yolanda, tú nunca fallas. Siempre espero tus comentariso en mi textos. Me resultan imprescindibles el cariño de los amigos. Un beso.
Mar, faltaba tu relato y por fin llegó. Y para quedarse en mi «disco duro» para siempre. El feriante te ha quedado genial y el niño… Qué bien describes la inocencia. Al escenario me has llevado con maestría. Precioso.
Un abrazo.
Susana, es lo que más me gusta del relato, el charlatán taimado que se las sabe todas y esa inocencia maravillosa del niño que nunca deberíamos perder. Un beso.
Da gusto leer tus relatos Mar. Divierten, conmueven… eres capaz de trasmitir un abanico enorme de sentimientos. Felicidades una vez más.
Un abrazo
Gracias Paloma, palabras exactas podría decir yo de los tuyos, campeona. Un beso y gracias por acercarte a comentar. Unb eso.
Triste pero bonito
Jesús, gracias por acercarte hasta aquí para comentar y por difundir el relato. Te tengo que traer el libro que te comenté. Te va a encantar. Un abrazo.
Que gran idea el circo del pueblo, el charlatán, las pócimas, la ilusión, la canción de cuna… Ya lo dije en otra ocasión, pero yo quiero ser como Mar y escribir así de bien.
Un abrazo.
Muchas gracias Aurora, pero tú tienes que ser Aurora y seguir escribiendo tan bien como escribes. Un beso.
Un relato precioso, Mar. Parece mentira, que en tan breves líneas quepa todo: desde la comedia (me ha hecho sonreír, esa aparición consecutiva del vigorizante y el camisón, que deben de ser, en buena lógica, complementarios) hasta el drama en sus compases finales.
Enhobuena, una vez más, y un gran abrazo.
Joaquín, un gran abrazo también para tí. ES como la vida misma, comedia y drama entrelazados e indisolubles.
Me trago las lágrimas para decirte que me has llegado al fondo del corazón con tu niño huérfano. Me has hecho estar ahí y te puedo asegurar que he visto la mano de la madre. Genial.
Un abrazo
Yo también he visto la mano de la madre. Siempre he confiado en que las personas que nos quisieron de verdad, siempre estarán a nuestro lado. Muchas gracias Nieves por comentar. Un abrazo.
Creo que la clave de ese relato, su carga enorme de ternura se concentra en el «o no», es un acierto, Mar, porque trasciendes la figura poética para convertirlo en algo real, material, y humano. Da gusto leerte.
Gran comentario el tuyo Isabel. Es verdad, que ese «o no» crea la duda de si es verdad que la madre aún vela por él, o la persona que muere desaparece del todo y nos deja absolutamente desvalidos y solos. Un beso.
De este relato lo que más me gusta es el final. La esperanza del niño que no se resigna a la pérdida y hace cualquier cosa por conseguir su deseo. ¡Y vaya si lo consigue en esa mano que lo acaricia!
Abrazos, muchos.
Desde luego Lola, es lo mejor, la fe puede con la mentira y la charlatanería. Nos da un poquito de esperanza. Un beso.
Mucha ternura y honda tragedia. Deja un nudo en la garganta.
Hugo, no te creas, que yo, escribiéndolo, he soltado también algunas lagrimitas. Un abrazo.
Mar, es un texto muy bien recreado en el que los fotogramas surgen uno tras otro en secuencia pulcra y bien controlada. La última escena, la de la tumba y el niño, es el resurgir de las emociones que ponen emoción a una historia muy triste.
Un abrazo fuerte y a seguir así de bien escribiendo.
Laura, yo también creo que la imagen del niño sobre la tumba es la imagen más poderosa. Por lo menos en mi cultura, en la cultura que yo he vivido desde pequeña, de culto a los muertos, el cuidado que se da a las tumbas en los cementerios, me demuestra, que a pesar de todo creemos que de alguna manera las personas están ahí y pueden oirnos. Un beso.
Mar, superándote a tí misma y mira que es difícil. Qué relato tan bien construido, tiene alma (la mano quimérica acariciando su carita), tiene música (mercachifle, buhonero, carromato) y sobre todo una gran belleza al conseguir esa ternura en una triste historia.
Enhorabuena,
Un abrazo,
Muchas gracias ESperanza, viniendo el comentario de tí, lo considero todo un honor. Un besazo.
Mar, un relato tierno, con unas escenas muy bien dibujadas. Me ha gustado mucho ese «trotar» del niño, el cuidado ambiente del circo (una pequeña cosita: «ungüento»), que el protagonista salte la valla y no se mencione el cementerio, y esa visión de una mano quimérica… o no: precioso, sensorial, artístico.
Un beso muy grande, Mar.
(No necesitas suerte)
Petra, muchas gracias por tu comentario. Perdona, pero la que no necesitas suerte eres tú. Un besazo.
Muchas gracias Ana, por tus dos felicitaciones. Las dos me alegran por igual. Un beso.
¡Qué bello! ¡Me encanta! Imágenes preciosas y sugerentes, de amor y ternura, fantasía poética para expresar una triste situación.
¡Suerte!
¡Saludos!
María José, me ha encantado disfrazar de poesía un hecho tan dramático como la pérdida de una madre por parte de un niño. Un beso.
Tremendo, tremendo, tremendo relato, Mar!!! 3 veces enhorabuena!!! Es bellisimo, profundo, duro como el mismo marmol de esa tumba. Las imagenes desfilan poderosas ante los ojos del lector, llenandolo todo de sugerencias…
Que decirte, uno de los 3 mejores del mes, sin duda!!!
Tan solo una cosa minuscula: a mi, personalmente, me sobra ese «o no», no hace falta esa ambigüedad q rompe un poco la armonia de una historia que cuentas con tanta verosimilitud…
+ Felicidades tb por la victoria en el otro concurso!!! eres imparable!!
Un fuerte abrazo y suerte
NACHO RUBIO
Hola Nacho. Siempre me alegra mucho recibir tus comentarios. Ese «o no» quiere expresar o por lo menos lo he intentado, que el que quiere ver, ve, el que se esfuerza en creer, consigue lo que quiere. La fe mueve montañas. Pero tu opinión me importa mucho. Un abrazo.
Mar, un texto muy emotivo. Sensaciones que mueven montañas. Y esa destreza tuya para escribir.
Besos
Mei, muchas gracias por tu comentario, eres un sol. Un beso.
Uyyyyy, me ha cogido unpellizquito aquí dentro. Me ha gustado mucho.
Besicos muchos.
Gracias Casa Encendida, por el comentario y la visita. Al fin y al cabo uno siempre busca remover algo en el interior del lector. Espero haberlo conseguido. Un abrazo.
Mar, doble enhorabuena. Nos has guiado los sentimientos hasta la traca final. Suerte.
Hola Calamanda, pues este mes no me inspiraban nada las estrellas. Al final, encontré el camino. Me ha gustado mucho entretener y conmover. Un beso.
Mar, plas, plas, plas. Me ha encogido esta historia que logras que la vivamos en primera persona. Desde el inicio nos trasportas a otro tiempo y un lugar rural con gran facilidad, para luego meternos de lleno en ese drama de ese infante huérfano. El final escalofriante y esperanzador. Ojalá los sueños se cumplieran tan fácilmente.
¡Mucha suerte para el concurso!
Abrazos.
Gracias Nicolás, es lo único que nunca podran quitarnos, nuestros sueños. Un abrazo.
Es un relato escrito con maestría y con un final tremendo, triste pero al mismo tiempo con una gotita de esperanza. Es la primera vez en mi vida que con tan sólo un micro se me humedecen los ojos. Enhorabuena.
Muchas gracias Ana, a mí, al escribirlo, también se me venían las lágrimas a los ojos. Debe ser un situación tremenda para un niño perder a su madre. Un beso.
Bonito y tierno relato. Enhorabuena.
Saludos
Muchas gracias por tu comentario Enmascarado. Un abrazo.
He disfrutado y me he emocionado metiéndome en la piel de este niño.
Suerte,
Belén
Hola Belén, muchas gracias por venir a comentar. Me alegra haberte emocionado. Un beso.
Ves? si es lo que te digo de tu estilo. Es cómo cuentas las cosas, esa magía que no parece irreal, con la que barnizas todas tus historias. Me encantas, qué te voy a decir, Mar Huiner.
Otro desde aquí.
Habló quién pudo… No te digo más. Un abrazo.
Mar, enhorabuena. Tu relato me ha transportado hacia atrás en el tiempo y has conseguido emorionarme con la historia de tu niño desamparado.
El final es muy triste y por un momento, uno se queda esperando que se obre el ansiado milagro.
Da la casualidad de que mi bisabuelo tenia un circo y quizás por eso, aunque me quede muy lejano, disfruto de las historias que tienen que ver con el.
Te deseo mucha suerte en el concurso, aunque comparto la opinión de que no la necesitas.
Saludos.
Por lo menos, para los de mi generación, el circo siempre nos es muy cercano, un escenario cálido y emotivo. Gracias por tu comentario JOsé Angel. Un abrazo.
Un pelín demasiado sentimental y el final es algo flojo. Yo corregiría a partir de «Así estuvo durante horas…» . Hasta aquí, iba muy bien.
Por fin, anónimo, una crítica. Si el relato hubiera terminado en Así estuvo durante horas… también hubiera quedado bien. Aunque los anónimos no me gustan. Gracias por comentar.
Estoy seguro que eres el mismo que hiciste el comentario a mí. Te demostré con argumentos que tú lees otras cosas. Pero decir a Mar que su final es flojo es el colmo. Personalmente creo que es un final de los más bellos y sentimentales que se han escrito en ese blog. Te voy a decir mi opinión sobre ti. Hay dos posibilidades, o no entiendes nada de lo que lees, o quieres hacer daño.
Mar, creo que cuando una crítica es constructiva es siempre bien recibida. Pero cuando su propósito es hacer daño desde luego que no. Con mucho cariño y admiración tu fan, Sotirios.
Comparto tu opinión, Sotirios. Hay que combatir a los anónimos, pero hay que diferenciar, hay mucha gente que no sabe utilizar bien la informática, y aunque realiza comentarios de buena fe, aparecen como anónimos. No creo que sea éste el caso. Y ánimos a Mar, que ha escrito un texto excelente. Saludos.
Buena atmósfera y emotivo.
Un beso.