OCT130. IDENTIDAD, de Eduardo Albarracin
Generación tras generación esperaron. Intuían que de allende los mares vendrían los dioses que adoraban sin conocer; aquellos dioses que suponían encarnados en las tres estrellas que el cielo, con tanta premura, había logrado alinear.
Y soñaban… soñaban cada noche que juntos jugaban sobre las ondas plateadas del mar, provocando aquella fusión mitológica que humanizaba a unos y endiosaba a otros, en una simbiosis sin par.
Todo fue luz, hasta el día del escatológico encuentro, cuando las tres estrellas, perfectamente alineadas, irrumpieron con su verdadera identidad: La Santa María, La Pinta y La Niña.
Muy lograda simbiosis entre realidad y ficción, historia y leyenda.
Me ha gustado mucho y el final, impactante (con la alusión metafórica a las «tres estrellas»), como tiene que tener un buen relato.
Felicidades, Eduardo!
Un saludo
Marta Trutxuelo
«Y q dios los pillase confesados», a los pobres…
Grande el poder sugestivo de esta historia, Eduardo, felicidades!!
Yo quizas modificaria alguno de esos verbos en -aba (soñaban, jugaban, endiosaba, humanizaba), pues queda un pelin cacofonico.
Pero muy hermosa tu historia, si señor!!
Un abrazo y suerte
NACHO RUBIO
Pues sí, hermosa.
Eduardo, me ha gustado mucho tu relato, muy evocador.
Así en la Tierra como en el Cielo, las tres carabelas alineadas en el mar se asemejan a las tres estrellas alineadas en el Cielo, el presagio. Lo que ignoraban era lo que les esperaba, de saberlo la Historia sería distinta.
Un saludo y suerte.
Me gusta muchísimo tu historia. ¡La que les cayó encima, mirando a las estrellas!
Suerte,
Belén
Muy bien aprovechada la propuesta del mes con las tres carabelas, no se me había ocurrido esta posibilidad.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo con Ana. Super original. Menudas estrellas, alguno ha acabado estrellado. Un abrazo.