OCT132. HORA DE MORIR, de Óscar Quijada Reyes
Ya estoy en el lugar indicado, en caso de no presentarme mis hijos estarían en peligro. Por lo menos eso fue lo que dijo la voz amenazante que habló a mi teléfono ayer, también el manuscrito que colocaron al pie de la puerta de mi casa. De acuerdo con la información, ha llegado el momento de pagar por mis errores, he de sufrir una muerte espantosa.
El silencio me aterra, no miro a nadie en esos coches, ninguna persona se ha asomado a las ventanas y nadie circula por la calle. A estas alturas desconozco si alguien desea vengarse de mí.
Ya mis nervios no resisten, no siento mi piel y cada fibra de mis músculos tiembla. Justo cuando creo no aguantar más, sin saber si han pasado minutos o segundos, escucho una voz que proviene de uno de los edificios de apartamentos:
–Hoy no te asesinaré, pero ya te he matado del susto, ¿eh?
Óscar, las típicas bromas pesadas. Original enfoque de una muerte de mentirijillas. Suerte y saludos Calamanda
Gracias Cala por fijarte en mi relato y calificarlo como original. Cuando uno se enfrenta a la hoja en blanco en ocasiones no sabe ni que se le ocurre. Saludos,
Óscar Quijada Reyes