OCT134. EL PARAISO, de Héctor Ramón Romero
El viaje, comenzó el domingo a las diez de la mañana.Partí, ignorando por completo las ayudas médicos-científicas y, las súplicas llorosas de los íntimos.Como decía, partí desde la corteza cerebral, con mi pequeña nave descerebrada y, a pesar de todos los tubos y cables que mantenían mi vehículo sujeto a la tierra, despegué con rumbo por primera vez para mi desconocido.Había mucha gente a mi alrrededor, me sentía como una estrella del pop, entre las nubes. Luego un inmenso hueco, succionó mi nave y me llevó por un oscuro y tenebroso túnel, por un espacio infinito de tiempo, yo, a estas instancias, quería volver, pero el control remoto de mi nave estaba seriamente dañado, de repente, al final, se enciende un pequeño cartel que decía, ¨lamentamos mucho las incomodidades de su viaje, pero por problemas energéticos que son de público conocimiento, por mucho, mucho tiempo, nos veremos obligados a que no vean más que este diminuto cartel luminoso, en lugar del maravilloso resplandor, al final del túnel. Firmado: San Pedro, amo de llaves del hotel Tres estrellas- ¨El Paraíso¨
Blog = Rotcehoremor
Me parece superoriginal la idea que has tenido. El último viaje a través del túnel y rumbo a lo desconocido. El final del trayecto parece ser que es un hotel de tres estrellas pero aunque fuera de cinco, nadie tiene prisa por alojarse en él.
Suerte.
Saludos
Divertido y original.
Mientras dure la crisis, quizás haya que llevar velas o linternas para el viaje :-P.
Suerte.
gracias Maria, Aurora y Ana U son muy amables por comentar mi participación ,nuevamente gracias Héctor ,desde Argentina un abrazo
Bueno , supongo que te cegó la luz del rótulo porque me confundiste con Aurora, que es otra luz, pero más clara,libre y natural que la del cartel. No es mala confusión, incluso fuera apetecible, pero yo soy Antonia. 🙂
Otro abrazo, Héctor.
Antonia mil disculpas, a veces las letras me juegan una mala pasada y los duendes traviesos se divierten, confundiendome los nombres para hacerme quedar mal ,mil disculpas Antonia,Héctor