OCT140. TRABAJO INDEFINIDO, de Mar González Mena
Manuel sale cada mañana a buscar trabajo. Ha enviado currículos a todos los lugares posibles, se ha pateado todas las empresas de la zona y se ha ofrecido para los puestos más diversos. Camarero, pintor de brocha gorda, barrendero… Cada día vuelve a casa un poco más cansado pero, antes de entrar, rebusca su mejor sonrisa para Marcos. No quiere que conozca todavía la cara amarga de la vida. Cada noche, le sienta en las rodillas y hablan de lo que ha aprendido en el colegio. Está empezando a contar. Lo hace muy despacio, ayudándose con los dedos. Pero hoy Marcos no quiere sentarse. Agarra con fuerza la mano de Manuel y le lleva hasta la ventana.
– Mira, papá. Una… dos… tres… ¿Sabes? De mayor quiero ser contador de estrellas.
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Tierno e inesperado.
No es mala profesión y no le va a faltar trabajo.
Abrazo.
Qué tierno Mar, y qué duro el reflejo de esa realidad que tantos estamos viviendo.
Mucha suerte con este bonito relato. Besos,
En su aparente sencillez radica su punto fuerte.
Enhorabuena.
Un saludo
Azúcar y sal; ternura y resignación; la vida vista desde la inocencia infantil. Precioso Mar. Felicidades.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho, por su solidaridad en los tiempos que corren, su empatía e ingenio. Buena suerte.
Hola Puck, qué duro y qué tierno a la vez! Se están dando situaciones tan tremendas a nuestro alrededor, a un vecino, a nosotros mismos, que desde luego, la realidad supera con creces la ficción. Un beso y mucha suerte.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Creo que todos, al menos un ratito, deberíamos ser contadores de estrellas.
bsts