OCT22. CAZADO, de Susana Revuelta
El pequeño antílope se agita convulsionado sobre la tierra polvorienta, es lanzado por los aires como un pelele y cae preso en las fauces de la leona, que lo sujeta con fuerza.
—Ramírez, ¿está usted sordo o qué? Deje de mirar a las musarañas y salga de una vez al encerado a resolver la ecuación.
En un intento de huida se marca un instintivo zigzag, pero no consigue ponerse a salvo junto al resto de la manada. Su verdugo le oprime el cuello y comienza a sentir que no le llega el oxigeno. En un estertor de muerte trata un escape a la desesperada.
—Señorita, es que me he torcido la muñeca saltando el potro en clase de gimnasia.
La mandíbula de la felina da un giro a su pescuezo y se oye un fuerte craaack que retumba en su cabeza y en toda la meseta del Serengueti. El cielo azul se oscurece y el sol deja de brillar para él, para siempre.
—Recoja sus bártulos y abandone el aula. Esta tarde tendré unas palabras con sus padres. Y no me mire con esa cara de cordero degollado, que todavía no me he comido a nadie, aunque nunca se sabe…
Me ha gustado como combinaste ambas escenas.
Un saludo, Héctor Hernández
Y lo bien que me lo he pasado haciéndolo, Héctor. Recuerdos reales de la infancia en fusión con los documentales.
Un abrazo.
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Estupenda fusión de las dos escenas de caza, y con un final brillante. Suerte y un saludo
JM
juanmanuelsanchezmoreno.blogspot.com
El final creo que reúne las dos escenas, me alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Brillante idea de mezclar los dos escenarios y brillante forma de contarlo. Enhorabuena y suerte. Un saludo
Así era como te sentías cuando te pillaban en una trastada, cazado, más o menos esa era la sensación que yo recuerdo.
Un abrazo.
Buenísimo el relato (nunca mejor dicho para la leona jeje), saludos. Suerte.
La leona es la figura ficcionada en plan jungla de lo que todos hemos vivido en la época escolar.
Un abrazo.
Susana, otra proeza -felina o no, a tu elección-.
Un abrazo.
Si es por elegir elijjo quedarme por aquí rodeada de buenos micros y buenas personas. También de depredadores y corderos, no vayamos ahora a criminalizar.
Un abrazo.
Magnífica escena de caza. Abrazo.
Yo la leo y le pongo hasta la voz grave del locutor, queda más divertido.
Un abrazo.
Susana, dos historias diferentes unidas como una. Muy buenas descripciones y ameno de leer. Te deseo mucha suerte amiga, Sotirios.
Para la cita de este mes con la muerte, y eso que en casi todos mis micros aparece el tema, decidí optar por el humor. Gracias, Sotirios, suerte también para ti.
Un abrazo.
Perfecta la imagen reflejada de la jungla escolar. Como siempre un relato magnífico. Gracias, y un abrazo
Gracias a ti, Esther, por leer y comentar. No olvidemos que aunque evolucionados, somos animales y vivimos en una jungla constante, unos sitios más humanizados que otros, hay que saber cuándo sacar los colmillos.
Un abrazo.
La formación de las rocas metamórficas -¡Gutiérrez que le veo!- /…/ ¿Te acuerdas Susana de ese simpático anuncio de hace muchos años? Tu texto está tan embebido en circunstancias alegres y dicharacheras que me lo trae a la memoria, en parecido entorno de parvulitos al que tu reflejas. Literatura desengrasante y asaz amena, y apta para que en lugar de un aprobado coseche notable alto o ….¡Susana Revuelta es usted muy pícara! De parte de «J «. ¡¡Buenas Tardes!!
Ja, ja, sí que me acuerdo de lo de «Gutiérrez,,, que le veooo» pero no qué anunciaban, luego lo busco por internet. Ponme un aprobado alto, J, y prometo seguir aplicándome.
Un abrazo.
muy bien ensambladas las dos historias, tan disimiles y tan reales que se confunden en un momento de temor e incertidumbres – me gustó mucho- exitos Teresita
Sí, Teresita, y momento sobre todo de pánico. Creo que realmente existe ese paralelismo cuando me paro a pensarlo.
Un abrazo.
Muy bonito y creo que muy realista.
¡Angelito!. Ya está empezando a entender que fuera del regazo de la madre, hay un mundo de colmillos.
Me has recordado una escena de mi niñez. Mi primo Mingo, ya mayorcito, la gozaba contemplando cómo mi primo Amalio y yo nos engarrábamos (para los no cántabros: nos peleábamos). Un día, no habiendo motivo de pelea, Mingo marcó con un palo dos rayas en el suelo y nos dijo, esta es tu madre y esta la tuya, pisad la madre contraria y, ala, ya teneis motivo para engarraros. Amalio pisó mi raya y mi reacción fue una congoja llorona monumental, que me hizo subir, sin pelea, a mi casa a refugiarme en mi madre. ¡Ama, Amalio te ha pisado!. No sé si ya lo he contado. Estoy viejo.
Besos Susana
No te había oído esta anécdota, Jesús. Y encantada de seguir escuchando tus historias (…»no es para acaparar, le dijo la madre al pequeño Lavín que dijera al del colmado, cuando esta le envío a por azúcar»…)..
Hasta que eso pueda volver a ser, me conformaré con leerlas.
Un abrazo.
Muy divertida la fusión de tus dos historias y el final de la profesora. La verdad es que a veces la escuela es peor que la jungla. Un abrazo
La profesora se funde con la leona al final, yo creo que iban viendo similitudes desde el principio.
Un abrazo.
Interesante ensamblaje de ambas secuencias, Susana, vaya mente en ebullición la del pequeño ‘antílope’ Ramírez. Me chocó en la primera lectura un poco el uso de aula y bártulos por parte de la profe leona porque me había imaginado más pequeño al angelito, pero al releerlo caí en que le mandaban hacer una ecuación y le llamaban de usted, así que sin pegas ;o) Suerte y abrazo al canto
En el cole al que iba, de curas, a los niños les llamaban de usted y por el apellido y a las niñas por el nombre, unos te tuteaban y otros cansinos seguían con el usted. La escena del encerado y la ecuación más o menos ubican hacia los once o doce años, que creo recordar que es cuando te las enseñaban.
Un abrazo.
Muy divertida la fusión de tus dos historias y el final de la profesora. La verdad es que a veces la escuela es peor que la jungla. Un abrazo
Je, je, qué bueno, Susana. El humor que destila la situación es fino e inteligente; la imaginación, potente; y el final, realmente magnífico en su ocurrencia y sutileza. Muy, muy bueno. Enhorabuena.
Vaya, muchas gracias, Eduardo. El alumno intentaba salir airoso, pero evidentemente esto era David contra Goliat, un pulso perdido desde el minuto cero.
Un abrazo.
jajaja, muy divertido, una acción dramática y de travelling que te hace muy agradecida su lectura.Caña, caña, caña…
me ha gustado mucho.
Suerte Susana.
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Lo de la luz al final del túnel me motivaba también para escribir o mandar algo sobre ello, pero para romper con el drama de la propuesta me decidí por este, más gracioso.
Un abrazo.
Susana, coincido con los otros comentarios; bien escrito, buen ritmo, espectación ante lo que va a llegar despues… un cuento agradable de leer. Suerte y saludos. Calamanda
Me alegra mucho que coincidáis unos cuantos con que la lectura os resulta amena, muchas veces me espeso y me lío con mis textos. De todo tiene que haber, supongo.
Un abrazo.
Susana, me ha gustado mucho tu relato. Parecía que estaba viendo un documental del National Geografic. Un abrazo.
Esti.
Hola, Esti. Este micro tiene tres voces: una en plan Rodriguez de la Fuente, otra el niño pillado y otra la profe abusona. Lo releo poniéndole esos sonidos y queda mejor.
Un abrazo.
Susana, menuda fusión de las dos escenas! Qué dos historias paralelas.
Muy bueno el relato.
Un saludo
El reino animal contiene montones de paralelismos, sino fíjate en el refranero popular, está lleno de alusiones, por ejemplo, los parásitos ladillas de cierta casta que no voy a mentar.
Un abrazo.
¡Qué te voy a decir, que no sepas ya!
Fabuloso, siempre tienes un enfoque original (acuarios??)y me gusta la idea de la «muerte figurada» hasta ahora todos los leídos hablan de la real. Super bien ensambladas ficción y realidad, con ese toque de humor negro tan tuyo, este mes me he ido yo también por ese camino. Esta vez tienes que estar en el top, leona!!!
Ooooh, Mel, muchas gracias. Lo divertido de esto es jugar y experimentar, me alegro que te lances a ello. Y lo gratificante es cuando sale algo chulo, que no siempre pasa. En el top me siento hace tiempo en este blog con vuestra compañía y la de tan buenos micros.
Un abrazo.
Hola, Susana.
Buen humor y buena historia. Me gusta ese final abierto que da mucho juego.
Felicidades, reguapa.
Un beso muy grande.
Un poco de humor para aligerar tanta matanza y visita del guadañero en este mes no viene mal. ¿Nadie se va a apiadar del antílope?
Un abrazo.
Me has recordado Susana, la vida interior de cuando uno era un niño y la fusionábamos con la realidad.
Un beso
Algo así originó este micro. Después ya me metí en el papel y lo demás fue saliendo con bastante facilidad, que me lo merezco después de sudar tinta el mes pasao.
Un abrazo.
No puedo aportar nada nuevo con mi comentario, excepto quizá que me ha traído a la memoria alguno de los relatos de Cortázar en los que la acción discurre en tramas paralelas que terminan fundidas, aunque no es el mismo caso. Me ha gustado mucho, por su originalidad, su humor y los recuerdos de infancia que convoca. Sí, a mí también me daba pánico que un profe de mates me sacara a la pizarra, se me daban de pena. Un abrazo y mucha suerte este mes.
Agradecida por tu visita, Ana. Lo de las tramas paralelas lo contienen casi todos los micros, que nos conducen a escribir o leer una cosa cuando en realidad es otra. Solo que en este se me fue a dos ambientes totalmente alejados.
Un abrazo.
Hola Susana, que mas se puede decir, simplemente que da gusto leer tu relato y que muchas Felicidades.
Un beso
El gusto es mío, Esther. Todo lo que sea pasar un minuto a gusto se va a la balanza del «haber», y el lunes es un poco menos lunes.
Un abrazo.
¡Muy buen relato! Felicidades, la suerte ya la tienes.
Abrazos.
La suerte es tener este espacio, María.En eso me considero muuuy afortunada.
Un abrazo.
En este relato, aunque, en apariencia se leen dos historias separadas, yo veo una sola. Me imagino al estudiante que no presta atención a lo que la maestra dice porque está ensimismado con su celular o tableta (hoy día todos tienen uno) mirando un documental de animales salvajes u otro video sobre el tema. La amenaza de la maestra de reportarlo con sus padres probablemente le infunde miedo, pero lo que realmente le asusta es el comentario final, lo cual él asocia con la imagen que acaba de ver y en la que la profesora sustituye a la leona. Muy buen relato, suerte.
Saludos.
Correcto todo lo que dices, pero en mis tiempos escolares, como no había tabletas ni ná, no quedaba otra que recrearse con la imaginación, ¡un esfuerzo antediluviano, dónde se ha visto!
Un abrazo.
Susana, este relato me recordaba otro leído tuyo recientemente, y claro, es que es el mismo, dos planos. Por no repetirme, ni desdecirme (jeje), te repito lo dicho en tu blog.
«Mi reconocimiento a tu trabajo, Susana. Un relato en dos planos que como los vasos comunicantes se rellenan y complementan hasta alcanzar el mismo nivel. Los sueños y la realidad, ahí, en el día a día.»
Un comentario grande grande, Ximens, tú como yo fuiste de ciencias y ahora por aquí, reciclándonos a las letras que es más diver.
Un abrazo.
Enhorabuena, Susana, por esa mención. Para ser de ciencias lo haces muy bien (y también el escribir, jiji). Fue una lástima que no quedara el mío seleccionado pues Saly y yo habíamos pensado en ti para la lectura-representación en Cabezón.
Me gusta lo bien fusionadas que están las tramas, el humor que desprende el relato y lo sencillo que haces que parezca desarrollarlas aunque seguro que te ha costado lo tuyo; consigues que nos imaginemos la escena sin ninguna dificultad, con una narración ágil y fluida.
Saludos y suerte.
Este micro no creas que me costó tanto, una vez que te metes en canción sale la cosa sola. Lo que no recuerdo es como solapé ambas escenas y me vendría bien para futuras historias. Tengo que tomar-me apuntes.
Un abrazo.
Ramírez se salva de momento de la leona, aunque a saber si después no le dará un zarpazo.
Mezcla de escenas que me conectan al pensamiento del niño, porque quiero pensar que es así: la lógica del micro me lo pide.
Abrazos.
Es así, Isabel. El zarpazo final se lo darán a trío cuando le acorralen entre los padres y la profesora. La cita con la «muerte».
Un abrazo.
Gracias, Anita. La profe, que abusando de su posición, se permitió una gracia verbal que ya alarmó del todo al indefenso niño-antílope. Ya espabilará, no le queda otra.
Un abrazo.
Hola Susana. Discúlpame porque pensé que lo había comentado ya antes. No sé si conoces a Calvin y Hobbes, peor me ha hecho gracia porque los pesamientos alterno sdel niños parecen los de Calvin. Muy bien levado el salto de lo que piensa el chaval a lo que sucede. Un abrazo.