OCT28. ESTRELLA PARA EL MUNDO, de Luis Cruz Cubero Villalba
Cada noche de guardia en nuestro faro, sigo respirando el aire de la mar. Esta mañana he recordado que hace dos años que te marchaste. Tu puesto lo ocupa Salcedo, pero tu memoria todavía brilla con fuerza. Me dá ánimos tu recuerdo. Esta semana terminaron de pintar el faro, como siempre a rayas blancas y azules. Por fin han arreglado el camino de acceso, ya no hay tantos baches, así que no se nos llena de barro el coche. Aunque últimamente, no te lo creerás, vengo en bicicleta.
El jueves tengo otra vez guardia y a los barcos les seguirá sirviendo de estrella el faro. Para ti siempre fue imprescindible la señalización marítima y se me ha pegado el vivir anhelando hacer funcionar este faro para que otros sigan navegando. Me enseñaste con tu ejemplo a ser también otra estrella, porque como tú decías: “Al faro no se viene a mirar una máquina, sino a ser estrella para el mundo”. Al anochecer, en la guardia, me tomaré el café pensando en estas tres estrellas: el faro para dar luz a los barcos, tu ilusión que me sigue animando y la oportunidad de continuar iluminando desde la costa.
Magnífico relato, Luis. Me ha encantado de principio a fin. Haces un uso exquisito de las palabras, las descripciones y las acciones. Me he imaginado todo el relato en mi mente, con esa última imagen de las tres estrellas. Mucha suerte y un abrazo enorme.
Muchas gracias Jesús. Me alegra mucho de que te haya gustado.
Bonita historia que acerca al trabajo de los torreros. Fueron personajes que han tenido muchas responsabilidades para con la vida de los marinos…
Que tengas buena estrella. Lines
Gracias Lines, me alegra que te haya gustado.
Qué bonita historia, Luis.
Este mes todavía he leído pocas, pero parece que las musas del firmamento están alentando relatos tiernos. Me gusta.
Un abrazo y suerte.
Amparo Martínez Alonso
Gracias Amparo, me alegra que te haya parecido bonito.
Un saludo.
Luis, me ha gustado mucho esta frase: «ser estrellas para el mundo»
Besos y suerte.
Gracias Inés. La verdad es que sí, es un ideal el poder ser estrella para el mundo.
Preciosa historia, tanto por cómo la cuentas como por el trasfondo, muy hermosa la idea de que cuando uno ya no esté su ilusión pueda seguir animando a otra persona en su día a día.
Muchas gracias, la ausencia de alguien querido puede ser la fuerza para seguir adelante.
luis, a los de interior nos evoca un mar iluminado y bello. Suerte.
Muchas gracias.
Cada día quedan menos faros, sirva como homenaje a ellos.
Un abrazo
Muchas gracias, los faros me han cautivado siempre.
He visualizado tu faro y lo que me ha venido a la mente es que me gustaría respirar ese aire y pasar una noche allí. Me ha gustado tu relato, enhorabuena y mucha suerte. Un saludo.
Muchas gracias, la verdad es que podría pensarse que las noches de guardia serían una pesadez, pero también todo lo cotidiano puede tener mucha grandeza.
Los faros y los fareros, otra profesión en vias de extinción. Me gusta el paralelismo del faro con estrella que iluminia a los barcos, así es. Narrado en primera persona y entremezclando realidad, recuerdos y deseos, queda todo muy creible y tiene ese regustillo de esperanza y agradecimiento pese a la pérdida. Me encanta eso de «me da ánimos tu recuerdo», que así sea… una cosa en ese «da» quítale el acento, los monosílabos sólo se acentúan cuando puedes tener confusión, como «tu coche» , y «¿tú que opinas?» …. no?
Muchas gracias. La verdad es que también me he dado cuenta de la falta de ortografía, para la próxima vez intentaré repasar bien los posibles fallos.
¡Qué bello, Luis!
Me ha gustado mucho. La importancia de la amistad y lo que nos aporta un buen amigo/a. Y que muchos trabajos, a pesar de la rutina o monotonía, encierran una misión muy importante. Lo expresas con tanta sensibilidad y poesía. Bueno, muchas otras cosas que expresas.
¡Mucha suerte!
Saludos cordiales!
Muchas gracias, me alegra que te haya gustado. En la monotonía también podemos encontrar motivos para la grandeza.
Muchas gracias por tu comentario, yo también he tenido esta experiencia y quizá a través de ella me surgió el relato.