OCT42. EL ESPEJO, de Alicia Alguacil Agudo
Deseaba llegar a casa, subí a toda prisa al cuarto de baño, allí, frente al espejo fui desnudándome poco a poco, miraba mis pechos, aún tersos para mi edad, no se veía nada raro, yo los tocaba poco a poco, no lo podía crecer, en su interior algo llamado cáncer se había apoderado de ellos.
– ¿de verdad? Y… ¿en los dos?
Si, en los dos.
Al recordar esas palabras, mis lágrimas brotaron cual manantial después de una lluvia de otoño. No existía consuelo para mí, sabía que esto significaba el fin. Como un tren de alta velocidad, llegaron a mí, un cúmulo de sensaciones de amor, odio, soledad, despedida…
Recuerdo la mano de mi madre en sus en sus últimos momentos, también el cáncer se apodero de ella, y sonrío. Mamá pronto estaré contigo.
Has narrado muy bien la historia. El título es perfecto para la idea, pero tratándose del tema del que se trata, tiene que quedar claro que hay remdio para eso, que muchas personas consiguen vencerlo y que lo último que hay que hacer es tirar la toalla.
Abrazo.
Hola Alicia, triste situación y cada vez más extendida. Sirva tu micro como homenaje a todas las mujeres que superan esta adversidad y a las que no lo superan y saben llegar dignas a sucita.
Abrazos y suerte.
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