OCT48b. 3 ESTRELLAS, de Blanca Oteiza Corujo
La calma llega a estas horas de la noche, cuando el cuerpo cansado del día agotador reclama la cama con impaciencia. Pero el anhelo de los días tranquilos se hace presente y siento el impulso que me lleva a la ventana. Contemplo la noche estrellada, esa oscuridad salpicada de pequeñas bombillas incandescentes que me golpean el corazón con su belleza. Extasiada por tan suma grandiosidad se convierten en minutos lo que iban a ser segundos. Con los ojos enrojecidos por el sueño cierro la ventana y me giro hacía el dormitorio. En la cama duermen mis tres estrellas más preciadas. Con su luz interior más brillante que la más deslumbrante del cielo duermen ajenas al amor de la madre que las mira.
Qué bonito relato… y qué bonito ser madre!