OCT98. DESCUIDO EN AZUL, de Miguelángel Flores
Angelín cae por el hueco de la escalera mientras su madre limpia boquerones. Nadie se explicará cómo pudo abrir la puerta. Se ha estrellado a los pies de la señora Engracia, arrebatándole en la caída la docena de lionesas que traía de la confitería. Tras unos instantes de alaridos trenzados, del cuerpecito sin vida, salpicado de nata, van naciendo mariposillas blancas que, al echar a volar, dejan huecos sin niño donde antes había dulce. Y estas, a medida que ascienden, se tornan azul eléctrico. Los curiosos, atraídos por el espanto, admiran embelesados la metamorfosis múltiple, póstuma y maravillosa de Angelín. Sólo la madre, rabiosa, intenta cazarlas a manotazos con olor a pescado. A pescado azul.
¡Pena de lionesas!. ¡Que bien tratas drama, cruda realidad y etérea belleza!
Mucha suerte ReCompañero.
Un saludo.
Sí, que penita, con lo buenas que están. Y el susto de la Señá Engracia!!
Muchas gracias, ReCompañero.
Un abrazo, qué saludo!!
Miguelángel, esa es la reaccion de una madre atrapar lo que pueda del cuerpo de su hijo; dentro de su crudeza bien contado y de bellas imagenes. Suerte y saludos. Calamanda
Eso es, Calamanda. A mí de todo me conmueve la imagen de la madre dando guantazos al aire. Gracias.
Abrazos.
Me encanta, Que se pueda crear tal belleza con boquerones dice mucho de tu arte compañero. De lo mejorcito que he leído este mes.
Un abrazo
Jo, Arantza, y que eso lo digas tú… Este mes, de todas formas hay micros sensacionales. Bueno, de hecho, creo que el nivel va subiendo como la espuma cada mes. De eso se trata, de mejorar, no?
Otro abrazo, ReCompañera.
Muy buena tu historia, Miguelángel. Mucha suerte para este mes.
Muchas gracias, Rakel. Encantado. E igualmente.
Saludos
Bien desarrollado el realismo mágico, me gusta. Un saludo.
No me había planteado lo del realismo mágico hasta que lo habéis comenzado a mencionar vosotros; pero sí, seguramente es realismo mágico sin saberlo, o sea, inconsciente.
Saludos
Fabuloso, Miguelángel. Una desgarradora historia que se torna fantástica y colorida, sin perder ni un ápice la hondura de la tragedia.
Aplausos.
Un abrazo.
Me alegro de que veas todo eso que dices, Sara. Y me llegan mucho tus aplausos. Yo te envío unos abrazos, que no suenan pero dan cariño del bueno.
Imagen atroz la de esa madre intentando cazar a manotazos a su hijito. Buen micro, sí señor.
Te deseo mucha suerte
Rosy
Sí, ya he dicho más arriba que esa imagen me fascina. Soy muy de madres ejerciendo con la fuerza de un tanque.
Un abrazo, Rosario.
Lo de dejar huecos sin niño donde antes había dulce es una espiral que solo pueden imaginarla y escribirla unos pocos.
Un abrazo.
Jo, qué halagador tu comentario, Susana. Y me gusta mucho lo de espiral, espiral que va dejando un vacío. Gracias.
Un abrazo.
Lo tuyo son los patios y las escaleras, ya te digo.Como Almodóvar, le sacas el jugo a lo cotidiano muy bien sacado, sean boquerones o pastelillos de nata. También te van las caídas o los vuelos desde azoteas. En fin, que aparte del título que es precioso, como casi todo lo que lleva la palabra azul, sigues con tu poesía íntima y propia, y consigues que a pesar del punto de partida triste se imponga la dulzura y la sonrisa, y ahí si hay arte.
Las mariposas , eso sí, siempre me llevan a «La novia cadáver», en esa escena maravillosa de luz y magia.
En fin, que eres bueno y que un abrazo grande. Suerte ¿pa qué?.
A ver, a ver, Antonia, que eres más peligrosa… Tú es que me miras con ojos de amiga que todo lo acepta, y eso no cuenta. Pero eso sí, te lo agradezco una jartá. Por otro lado me has intrigado con lo de «La novia cadáver». La buscaré porque nadie sabe darme cuenta de dicha escena.
Que sean dos abrazos.
PD. El último día despareciste a lo francés. O es a lo sueco? No sé, te fuiste sin más, eso seguro.
!Por todas las mariposas! Si es el final de la peli. Ayyyyyyyyyyyyyyyyyy.
Preciosa es la escena, pero si no has visto la peli, te la recomientdo por todo, música incluída. Dos veces la vi en el cine y varias en la tele.
Bueno, que nada, que muy bueno lo tuyo y que a mí sí me parece que es necesario, como complemento musical lo de «A pescado azul».
Abrazo.
p.d. Ahora que lo acabo de leer, que soy muy impulsiva yo.
Es verdad, luego pensaba :no me despedí de nadie. Y es verdad. ni sé porqué lo hice o «no» lo hice, quizás mi timidez ante la multitud. Debo aprender a ser más educada, es cierto. Pero sabéis que os aprecio, a todos, a ti especialmente. Saludos y disculpas a todos.
http://www.youtube.com/watch?v=fGhzycO-7wY
Así, liberada por su sacrificio, Emily puede al fin descansar y se convierte en un bellísimo ramillete de mariposas azules que vuelan hacia la luna.
Vaya!!! De haber visto antes la peli, no se me habría ocurrido hacer ascender así a Angelín. Jolines. Pero al mismo tiempo me da como un cierto orgullo el haber coincidido con el tal Burton en la idea, pues por lo que dicen es un grande del cine… Hala, voy a dormirme sonriendo esta noche!!!
Gracias, Antonia, por las imágenes. Son marvellous.
No puedo aguantarlo. Lo del «bellísimo ramillete. bla bla,bla, lo copié de un blog por ahí y lo puse para que vieras que esa escena existía. Eso fue antes de encontrar el vídeo y puse ambas cosas. Es que jamás de los jamases, espero, podría yo «bellísimo ramillete».! Por Dios !
Jajajaja, que tenías tú ahí un comecón que no te dejaba de vivir, ¡ea!
Qué regraciosa, eres!!!!
Un abrazo XXL
PD. Nos veremos el jueves…?
Yes, ¿hay que llevar algo? un clavel un periódico, algo para reconocernos?
😛
A ver en qué lío nos metes. Seguro que bueno. Abrazo.
Tu trenza blanca.
Cómo no!!! buenísimo, Miguelángel, ya tenía ganas de leerlo porque sabía que lo tenías escrito desde hacía tiempo y mira… a la altura de las expectativas, con lo difícil que es eso.
Felicidades.
Es cierto, como te dije, la idea la tengo hace tiempo, luego en esta semana le he ido poniendo encajes, lentejuelas, tripas y todas esas cosas que me gusta que les cuelgue.
Un abrazo, company.
Pedazo de lección de microliteratura contiene este comentario, Miguelángel. Me empapo de tus textos y respuestas.
Un abrazo.
Lo de las lentejuelas y los brillos vale, pero lo de las tripas, arggggg, es por los boquerones, Susana 😛
Lujazo, insisto, lujazo de cuento y comentario. Tomo nota.
Posdata: los boquerones me chiflan en todas sus presentaciones. Aquí fresco se llama bocarte.
Pues mira, Susana, que yo, al contrarío que toda mi familia, no soy nada de pescado, pero nada. A mí lo que me va es la carne, pero mucho la carne. Mira, soy pecador por naturaleza. Gracias por tus comentarios.
Buena conjunción de surrealismo, drama, poesía, humor y ternura. Me gustan esos «alaridos trenzados». Suerte, amigo.
Es una imagen que veo muy claramente. Y que me transporta a ese momento horrible. Sí, me gusta. Y ahora más, sabiendo que a ti también, Ximens.
Un abrazo.
PD. Cómo me gusta tu Menage A Trois!!!
Grande, Miguel Angel, esplendidas imágenes donde se mezclan la tragedia y la belleza. Encierran mucho dolor esos «huecos sin niño donde antes había dulce» y la imagen de la madre tratando de cazar las mariposas es la rabia de una madre que quiere que no se le lleven a su hijo para siempre.
Ese es el resumen, Purifi Cación, ese es el resumen, el dolor verdadero de esa madre frente a la expectación que despierta la tragedia.
Me alegro de que te guste. Mucho.
Abrazos a mogollón.
Qué relato tan increíble! Cuando el lector todavía no se ha recuperado del «salto mortal» empiezas a dar pirueta sobre pirueta que se engarzan unas a otras y te dejan sin aliento. Tres lecturas van y más que habrá. Besos.
Jajaja, qué simpática, amiga tarantulera!!! Realmente, no sabía qué aceptación tendría. A mí me gustaba mucho, pero a veces algo te encanta y no sabes bien por qué, lo que a ti te enamora, el resto ni lo ha percibido…
Un abrazo, y nos vemos de nuevo el Sábado!!!
;Me gusta la frase » alaridos trenzados» es original y dice mucho al igual que el resto del cuento.
Saludos y enhorabuena .
Puri
Sí, como le decía a Ximens, es una imagen que se ve claramente. O al menos, yo la vi así de clara y me doy cuenta de que hay más gente que también.
Saludos, Puri.
Cualquier madre se lanzaría, frenética, a la caza de esas mariposas, y si fueran cucarachas los pedazos de su hijo también. Es lo que más me gusta de esta historia tan cargada de magia. Aunque me gusta todo, la verdad.
😉 Besos azules.
Si yo fuera madre, seguramente también, Yolanda. Hasta siendo padre, mira tú. Pero, en ese caso, seguramente me pondría a dar patadas. Mira, los tíos somos mas de pies que de manos. Bueno, los que yo conozco.
Me alegro de que te guste, maestra.
Abrazos en granate, que son muy cálidos
Muy buen relato, Miguel Ángel!!! Me ha encantado y me han sorprendido «los boquerones». Mágicamente narrado e hilvanado. Como dice un amigo «me quito el cráneo ante vos».
No, hombre, Oscar, no te lo quites, que te va a quedar una costura muy fea en la frente. Jejejeje, gracias. A ver si me pongo, y hago un repaso a los relatos enviados últimamente.
Un abrazo.
En efecto, un micro que no deja indiferente. No me extraña (¡qué delatores son los comentarios!) que llevaras tiempo trabajándolo. Desde el título hasta el final, ese bucle perfectamente trenzado, todo es irreprochable. Solo (por poner un pero) me disuena un poco ese «A pescado azul» final. Creo que queda un tanto prosaico respecto al conjunto, magnífico, y que de hecho ya estaba presente en el título mismo. Pero insisto: solo por poner un ‘pero’. El micro es de premio. Enhorabuena.
Pues si, Eduardo, ya lo he comentado más arriba, la idea la tenía clara y el primer esbozo estaba hecho. Luego le he ido lijando aristas e incrustando detalles y ha quedado esto. Tomo nota de tu «pero», de hecho, fue uno de los últimos detalles añadidos. Supongo que ya es cuestión de opiniones. Que están bien, claro.
Saludos, Eduardo.
Todo dicho. Un encantador relato. Huecos sin niño y mariposillas dulces.
Felicidades
Gracias, María. Me alegro de que te haya hecho disfrutar.
Un abrazo.
Hola, Miguel Ángel.
Boquerones, lionesas, nata, mariposas blancas… Fantástica composición de cosas que parecen tan lejanas, pero que aquí forman un todo.
Chapeau, monsieur!
Un abrazo.
Pues no lo había mirado así, pero es cierto. Curioso cómo cosas tan lejanas pueden casar tan bien, verdad?
Merci, madame.
Abrazos, Mar Ía
Miguel, majo escribes de puta madre con perdón al foro. Es un micro muy muy bueno. Mis respetos a tanta imaginación, talento y oficio.
Abrazos y suerte.
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Se te ha entendido de puta madre, con perdón yo también. Bueno, a ver, Manuel, lo que está claro es que el nivel de esta casa va subiendo, y en ella estamos todos. Así que si todos aprenden, yo también.
Un abrazo.
El nombre del personaje es un guiño a la evidencia.
Un realismo muy mágico el que aprecio en el relato. También una narración tersa y convincente.
Fue inconsciente, pero sí, Raúl, la inconsciencia guiño un ojo. Gracias, me alegro de que sea de tu agrado.
Saludos
A ver, Miguelángel, creo que con Angelín vas a ascender, no a los altares, pero sí al podium. Relato tierno y duro, surrealista y real como el propio pescado azul. Cercano y en la Gloria, humano y angelical… Vamos, que tiene de todo sin agobiar al lector..
A mí me ha gustado mucho, como para volver a leerlo impreso.
Un abrazoooo
Te imaginas que un día lo pudiéramos leer sobre blanco? Jajajaja.
Qué bien que te haya parecido todo eso que dices, Amparo. Que guste tanto, ese es mi podium.
Un abrazo apretao, corasón.
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Jo, Miguelálgel, el otro día andaba yo destripando y fileteando boquerones para (qué remedio, culpa del anisakis) no hacerlos en vinagre como me encantan sino rebozados y pensé que debía usarlos en algún micro, porque la palabra boquerón me chifla casi tanto como ellos y los recuerdos que me traen de mi muy lejano del mar pueblo. ¡¡Y vas tú y me pisas la idea!! ja,ja,ja. No sé si te lo perdonaré ¿eh? . Fantástico, precioso y de mi color favorito. Esos huecos de niño donde antes había dulce, sublimes, de maestro, voy a hacerme con una libretita para burlar mi frágil memoria para todas estas cosas bellas que merece la pena recordar (más que nada para recordarme lo mucho que me queda por rodar). Felicidades (que suerte no te hace falta) y un beso.
Los boquerones darían para tres millones de microrrelatos o más. Así que, ponte manos a la obra. Estoy seguro que si ha nacido la idea así como la expresas te puede quedar una cosa estupenda de micro. Vamos, que cuando esté, lo quiero leer. Tenemos derecho a ello, yo y el resto.
Un besazo, que es más gordo.
Miguelángel. Me vas a poner el primero en la lista e archienemigos. Pero yo me he enterado de algo al leer los comentarios. Ahora sí veo belleza entre los boquerones. venga, suerte y a por la lista.
Abracísimos.
No, mis enemigos, si los tengo, no están en esta casa. Pero me sorprende, Barlon, que hayas tenido que recurrir a los mensajes para entender una historia que, te puede gustar más o menos, pero creo que se entiende a la perfección. Por otro lado, repasando los comentarios, la verdad, no aportan mucho a lo ya descrito en el micro; en todo caso, la gente está dando sólo su opinión, pero no veo que aclaren nada. Al parecer ellos lo entendieron todo a la primera. Aun así, me alegro de que lo hayas comprendido y te haya parecido bello, Barlon.
Muchas gracias por comentar.
Un abrazo.
A ver, me refiero a que has hecho un relato fantástico, que no se puede explicar porque no tiene explicación. Un poema-relato. Yo al mirarlo como una historia más no le veía ni pies ni cabeza, por qué las mariposas y esas cosas.
Espero haberme explicado.
Abracísimos.
Pues se habrán echado a perder unas lionesas y la madre no podrá capturar las mariposas (terrible y bellísima imagen del dolor y la impotencia), pero a cambio nos has hecho un magnífico relato (azul, claro). Iba a decir que ya no me sorprendes, pero sí, me sigues sorprendiendo. ¿Dónde has conseguido la chistera de la salen esos relatos?
Saludos y suerte.
Yo lo decía el otro día, mi auténtico premio es este. Saber que gusta, que ha llegado, que se valora las cosas que con tanto esmero he intentado resaltar. Por eso, me alegro que valores esa imagen de la madre rabiosa. A mí también me parece mucho más trágico ese gesto que llorando tirada por los suelos, destrozada. Gracias, Rafa.
Abrazo grande.
Quien es capaz de mezclar boquerones, pasteles, huecos de escaleras, casualidades y desgracias, meterlo todo en la cocktelera y que le salga una joya, solo puede tener un nombre : maestro. Aplausos en todos los colores.
Colores los que tú me subes, Mel. Está claro, ya lo digo más arriba, que ENTC está siendo para todos una gran escuela, sólo hay que darse un paseo para ver el nivel que hay actualmente. O ver los premios que acapara esta familia!!!
Un abrazo, Mel.
Me ha encantado Miguelángel.
Besos desde el aire
Rosa, me alegro.
Oye, ¿de verdad te encanta? Jo, qué lunes!!
Besos desde tierra.
Hola Miguel Ángel me gusta esa mezcla de imágenes, entre el drama y la ternura, todo lo combinas dando forma a este relato tan dramático pero a la vez provisto de su parte mágica.
Un saludo
Rosa
Suerte!!!!!
Me gusta ese resumen, Rosa, drama y magia. Gracias por comentar. Tengo pendiente hacerte una visita, vi la tuya.
Un saludo,
Me ha encantado, Miguelángel. Borde, tierno, paradójico pues…, surrealista, lleno de humor bien oscuro y retintado. Prevalece el azul y el boquerón al blanco y a los pastelitos de nata. Lo dulce empalaga a la hora de morirse, ¿no?
¡Bravo!
Un beso.
Hombre, empalaga, a veces el azúcar mata!! Una diabetes es muy mala, Isabel… Qué bien que te guste, a ti, una escritora ya reconocida!!!
Un abrazo bien bueno.