68. ODIO A STEVE JOBS (TON PEDRAZ)
El circo corre por mis venas. Mi abuela era la mujer barbuda, papá fue trapecista hasta que se jubiló, mamá quiere morir junto a sus leones, y mis hermanos levitan de allá para acá sobre el alambre. A mí, me tocó ser el payaso. Desde pequeño me dediqué a hacer reír a todo aquel que se cruzara en mi camino, dentro y fuera de la carpa, con mi semblante tristón, mis zapatones de charol, y mi traje de arlequín.
Pero ahora el circo agoniza y a nadie parece importarle. Algo me dice que, a pesar de mi esfuerzo por hacerles felices, nada volverá a ser como antes, nadie es capaz de prestarme su atención un instante, ninguno sabe vivir sin despegar la vista del teléfono móvil.
Si no hubieran empezado Steve Jobs, Bill Gates y Mark Zuckerberg lo habrían hecho otros. La evolución digital y tecnológica avanza imparable (la humana lleva un ritmo más lento) y se lleva por delante muchas cosas: periódicos y revistas, libros en papel, tarjetas navideñas, postales veraniegas y también el circo. El que fue el mayor espectáculo del mundo agoniza y tu personaje, vocacional, heredero de una estirpe, está atrapado en esa decadencia, cómo no va a sentirse triste.
El fin de una era personalizado en un solo individuo, narrado de forma certera.
Un abrazo, Ton. Suerte
Cómo disfruté siempre con el circo. Imagino que igual que todos cuando éramos unos niños. Es una gran pérdida su desaparición.
Muchas gracias por el comentario, Ángel.
Un abrazo grande para ti.
Triste futuro el del circo, pero creo que peor lo tenemos nosotros con la mirada puesta en la pantallita. Se nos está poniendo cara de idiotas y no sabemos distinguir la realidad de la ficción. Suerte.
Besicos muchos.
La pantallita tiene mucho peligro. Nos tiene dominados.
Un abrazo Nani.
Ton.
Creo que la foto propuesta me ha despertado sentimientos parecidos: «a nadie parece importarle», «…nadie es capaz de prestarme su atención un instante». Las TIC han acabado con el circo, con las reuniones en la calle, con el género espistolar, con los momentos de no hacer nada… Falta por ver qué nos va a dejar. Felicidades, Ton, por tu relato.
Ton, la moraleja de tu historia es buena llamada de atención para todos. Suerte y saludos
Humor y realidad.
Después de que S. Google me ha confirmado que el Steve ese era quien yo creía que era, no me extraña nada que el payaso lo odie.