24. Ojos llenos de bolsillos
Solo los ojos de un enamorado pueden ver lo que esconde el bolsillo cosido a tu corazón. El resto se fijará en la cola de pescado que alfombra la casa en la que sirves, como si Circe no les hubiera prevenido del atrayente peligro que encierra.
Acabarán atrapados por cantos de polvo y suciedad, creyendo alcanzar el mar y sus leyendas. Las sirenas no existen. Tú lo sabes bien, sobre todo de nueve a doce, cuando te ganas unas monedas para alimentar el ego fracasado de quien no sabe vender las fotos que te hace.
Una visión muy original de esta peculiar fotografía…y es que dicen que todos somos iguales pero luego salen estos relatos y confirman que cada uno es especial.
Me ha gustado Fernando. Feliz tarde.
Un relato de lo más original, Fernando, comenzando desde el título. Lo he leído varias veces y cada vez me gusta más. Solo la primera frase ya parece un microrrelato en sí mismo. Un relato sobre el amor que todo lo ensalza y la realidad que pone a cada cual en su sitio, o eso me parece a mí, porque seguro que puede tener variadas lecturas e interpretaciones.
Un abrazo y suerte con esta sirena que no existe, pero ahí está.