76. Olimpia juega en casa (Cristina Aguas)
El joven macedonio se sirvió una tercera copa de vino mientras esperaba en el jardín de Epiro a su madre. Olimpia apareció vestida de púrpura. Se saludaron con un leve roce de labios. Ella fue la primera en hablar.
-Vuelves de campaña hace dos días y ya te han visto por la palestra.
-¿Qué hay de malo?.
-Eres mayor para competir. Continúa con tus juegos militares.
-¡Yo quiero ser héroe! –gritó Alejandro, con voz disonante y apretando los puños. Un brillo animal encendió sus ojos resaltando los ambiguos colores, uno de león y otro de leona.
-El oráculo ha hablado.
-Me aclamarán en el graderío y los poetas cantarán mis hazañas.
-Esas no, no ante Zeus, como el rey el día de tu nacimiento. Yo te pondré sobre los cabellos una corona de oro.
-¿Y Filipo?.
-Tú eliges, ser héroe por un día nada más o rey por siempre jamás.
Alejandro apuró otra copa mientras atardecía en el vinoso ponto. ¿Qué tal unos juegos para los reyes y no para los dioses?.
Olimpia no olvidó. Hizo colocar, años después, una dorada corona de olivo sobre el templete que adornaba el sarcófago de su hijo.
Parece que estemos viendo una película al leer la escena que, con maestría y cuidado lenguaje, nos presentas, con sus héroes y sus intrigas familiares y palaciegas. Enhorabuena y suerte. Saludos.
Gracias Jesús, me siento contenta con tu comentario. El cuidado lenguaje, jiji. ,viene también porque entre líneas hay más de lo que relato. Un saludo.
Cristina, coincido con jesus. pareces escuchar loks dialogops de un pasaje de pelicula de romanos. Si, es verdad, dice mucho sobre intrigas. Suerte y saludos
No son romanos. Mi relato está ambientado en el año 337 a C. en Epiro, donde Olimpia, la primera mujer de Filipo II de Macedonia se había exiliado al ser repudiada por éste. Ella se había cambiado el nombre en 356 a C. a raíz de la victoria de su esposo en los juegos olímpicos de aquel año, año en el que por cierto también nació su hijo Alejandro, Alejandro Magno. ¿Intrigas?. Más que intrigas. Cuando esta escena sucede, Filipo era todavía el rey. ¿quién acabó con él para que reinase Alejandro?.
Buena ambientación y diálogos que nos,sitúan axla perfección.
Me gusta mucho como lo has sabido lograr.
Felicidades
Gracias Asunción. Y además de los diálogos, lleva una banda sonora incorporada, que no sé si he sabido plasmar adecuadamente.
Me gusta tu relato. Bien por esos «juegos», entre dioses, mortales y héroes.
Feliz verano y suerte.
Buena historia y buen lenguaje, que se disfruta.
Saludos cordiales.
No era mi intención hacer parecer a Alejandro tonto o consentido, más bien orgulloso, prepotente, aunque contenido, como acatando los deseos de su madre de mala gana, casi aburrido. Filipo me llevó a Olimpia, ésta a su hijo, del que había leído en algún sitio que tenía los ojos heterocromos. Esta característica me llevó a Bowie, y su canción Heroes, a la rebeldía de un joven que por llevar la contraria a «su padre» fantasea con su deseo de ser un héroe, adjetivo que se aplicaba a los vencedores en las olimpiadas, no a los militares. Y circulo cerrado. ¡Luego realmente hizo lo que quiso!.
Historia y mitología: toda una lección para mí.
Agradezco tu comentario Edita, pues si te has animado a escribirlo es porque mi relato te ha tocado con un clic, sea del modo que sea, te guste o no, y me parece estupendo que no comentes mi historia, sino la tuya con respecto a mis líneas.