90. ORBITAS DIVERGENTES
Viajábamos sobre la curva espacio tiempo y girábamos alrededor de nuestro eje imaginario. Yo era simple, un asteroide de órbita única; ella era una estrella enana. Tenía la facultad de poder cambiar de órbita voluntariamente. A veces las elegía cerradas, circulares o elípticas, pero cuando se le antojaba, las cambiaba por otras abiertas con trayectorias hiperbólicas o parabólicas.
Muchas veces los caprichos gravitacionales nos aproximaban. Entonces reíamos a carcajadas, lo pasábamos genial, nos insultábamos mirándonos a la corteza: ¡¡asteripollas!!, ¡¡mameluco cósmico!!, ¡¡mentecato orbital!!!!, pero era sin malicia, solo para desorbitarnos de risa.
Un día las leyes cósmicas dieron un giro inesperado y se descabalaron las órbitas. A mí me sentó fatal, porque pensé que lo había hecho voluntariamente, que ya no quería coincidir en el espacio ni en el tiempo conmigo. Le mandé un mensaje en un meteoroide recriminador y ella me respondió lanzándome un manojo de estrellas fugaces cabreadas.
No sé el tiempo que llevamos sin coincidir, aquí todo es relativo. Solo sé que ella cambió de trayectoria y ahora explora nuevos mundos. En mi tristeza, solo espero que alguna vez pase lo suficientemente cerca como para poder gritarle de nuevo: ¡¡mameluca cósmica!!, ¡¡Asteripollas!!, Estrellita Castro!!!!
Me encantó tu relato Miguel Ángel. Magnífico ejercicio de ingenio. Quién no ha tenido, en su vida, un affaire con una estrella enana como la que nos describes, junto a la que nos encantaba orbitar. Y el remate con Estrellita Castro. ¡Buenísimo!
Mucha suerte.
Ton.
Muchas gracias Ton, es lo que tiene liarse con gente desorbitadamente inestable 😉
Muy ingenioso y divertido el relato. Mira que se le queda a uno cara de tonto cuando se descabalan las órbitas así sin esperarlo. Me ha encantado lo del meteoroide recriminador, lo del manojo de estrellas fugaces cabreadas y lo de asteripollas (debería estar en el DRAE, mucho mejor que almóndiga, papichulo y, desde luego, que amigovio). De acuerdo con Ton en lo de Estrellita Castro. Besos y suerte.
Muchas gracias Ana, jajaja pero es que almóndiga es sublime e irremplazable. Pero habrá que hacer un hueco a este término para describir a un tonto espacial 😉
Añade una «orbita bolivariana» para cuando tengas que radicalizar postura, que ahora se lleva mucho en nuestra arena politica.
Muy bueno, ameno y gracioso…….
Suerte maestro
Añadiremos orbitas de todo tipo, yo no tengo ‘lineas rojas’
Muy bueno Miguel Angel, original, gracioso y conciso.
Nunca pensé que los asteroides y las estrellitas enanas, tuvieran esa clase de relaciones.
Ya nos contarás si al final la cosa acaba en boda galáctica, o siguen orbitando cada uno por su lado, porque esta historia no parece terminar aquí.
Creo que no hay reconcilación, la estrella enana se lió con un cometa delirante
Divertidísimo e ingenioso Miguel Ángel.Prometía el rollito eh,les encantaría ver las estrellas,castro o pantojas,juntas.
Un saludo.
Hola, Miguel Ángel.
Guau, divertido y hasta con lenguaje propio como el gran Cortázar.
Y es que el amor no conoce fronteras y en cualquier lugar donde se encuentren dos personas que se atraigan pueden saltar chispas.
Un abrazo y suerte.
Siempre puede haber chispas aunque no haya oxígeno en el vacío
Veo mucho ingenio en el «micro». Para mí ha sido un entretenimiento leerte.
Mucha suerte, Miguel Angel
Gracias, si hubiera un poco más de espacio (para escribir) habría más espacio para la diversión espacial
Precioso relato. Muy humano, muy sensible, muy de cada dia, muy de todos nodotros.Hay estrellas enanas que con el tiempo se apagan, no saben crecer. Otras en cambio empiezan siendo enanas y terminan brillando más que el sol. Esperemos leer más relatos tuyos en este espacio.
las estrellas dan mucho de si, se encogen, se estiran, se funden… pero sobre todo brillan
Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Ingenio a raudales y un lenguaje divertido para un planteamiento inesperado del tema. Se ve que el espacio-tiempo da para mucho. Suerte para esta divertida divergencia, y a ver si se produce la convergencia de nuevo. Saludos.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. No voy a tener más remedio que insistir
Genial Miguel.
Ya nunca miraré igual el cielo. Ahora será como mirar un patio de vecindad, la de cotilleos que se pueden encontrar.
Un abrazo
¿Este es el lobo que yo conozco? Auuuuu, muchas gracias. Es todo un honor viniendo de un ávido lector como tu
Como siempre Miky tus relatos son fantásticos.
Un anrazo6.
Muchas gracias Jorge, nos vemos en cualquier ruta espacial o especial
Me lo estaba pasando espAcialmente pipa !!!! Muy divertido y original Miguel Angel. Un beso y suerte
Pena que no haya un poquito más de hueco para que pudieras seguir seguir disfrutando… los micros dan placer, pero de corta duración
Estupendo relato y estupenda historia.
Cada vez que me acerco a esta página descubro el mucho talento literario que existe.
Mucha suerte, Miguel Angel
Gracias por el piropo
Ingenioso, simpático… hasta que se pone triste.
Me han encantado los insultos y lo de desorbitarse de risa, absolutamente genial
pobre asteroide, es un kalimero espacial
Miguel, muchos recursos linguisticos en este cuento, y todos acertados. Suerte y saludos
Muchas Gracias Calamanda, ¡¡ suerte igualmente !!
Fascinada con tanta figura estelar orbitando por el espacio.
Muy bueno.
Abrazos celestiales.
Gracias, si es que el espacio fascina y el espacio rosa ni te cuento
Abrazos estelares
¡Qué bonito!, triste, pero bonito. Me llevas a aquellos amores de distinta clase social, tan románticos, tan irrepetibles, tan prohibidos. Relato muy simpático e ingenioso, al libro directo.
Muchas gracias Javier, los amores bonitos no se porqué razón pero casi siempre acaban estrellados
Qué bonito y que imaginativo. Una ruptura casi mágica a golpe de buenas metáforas y mejores imprecaciones que de buen seguro te llevan muy arriba esta consigna. Me ha gustado mucho. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias Juan, bonito tu comentario