108. ORDEN Y CAOS
Aquel desorden no era más que un montón de fragmentos desusados de su vida, recuerdos almacenados y desnudos, olvidados o no. Tras muchos ensayos, decidió guardarlos así, dispuestos en paralelo como las fichas de un dominó, uno tras otro, en orden cronológico. Advirtió a tiempo que si caía uno, caerían todos los demás. Eso le hizo reflexionar. Aunque ya no sirvieran más que para echar algunas partidas en las tardes aburridas de domingo, no quería perderlos; de modo que buscó otra disposición que favoreciera su búsqueda. Los recuerdos son muy sensibles a la luz, por lo que descartó la posibilidad de colgarlos en la noguera del jardín como si fueran hojas secas. Finalmente optó por almacenados en bolsitas de colores, por temáticas: recuerdos de caricias de amor, de risas de hijos, de lágrimas de desamor, de arrumacos adolescentes, de frutas robadas, de olor a él,de sabores del pueblo…
Bonito relato de esos recuerdos, que no deben desampararnos por tristes que sean. Cada uno de ellos cumplen su misión en la vida. Acuérdate de ponerlos en lugares libres de humedades y bichos que los puedan echar a perder.
Felicidades.
El mismo sistema sirve también para guardar los sueños y los buenos deseos.
Gracias por escribirlo.
Enhorabuena!!
ESTER, buena idea para evitar verlos convertidos en laberinto de emociones. Suerte y saludos
Qué bonito y qué visual. Laberinto de recuerdos y emociones y en frente, su propio protagonista. Me ha gustado mucho. Mucha suerte 🙂
Preciosa idea de guardar todo una vida de recuerdos en «bolsitas de colores».
Suerte ester.
A mí me ha evocado a un anciano con Alzheimer, pero eso es lo que he interpretado, probablemente lejos de la intención principal de su autora.