68. OREMUS (Javier Puchades)
He seguido el consejo que nos dio la madre superiora a la hora de maitines: «Debéis satisfacer vuestras deudas con el Altísimo para lograr el éxtasis y la salvación. Utilizaréis cualquier instrumento de expiación». Por ello, no entiendo que nos haga ir por el pasillo del convento con las manos juntas en oración. De este modo, no puedo sujetar solo con las piernas este aparato que me he comprado. Así, nunca podré cumplir mi penitencia. Y en la caja lo pone bien claro: «Satisfyer XX, te hará alcanzar el cielo».
Los objetivos y, sobre todo, la forma de conseguirlos, son muy peculiares en tu protagonista y difieren del todo de los que en realidad se supone ha de buscar. Alguien debería aclarárselo, pero qué vergüenza para quien lo hiciese y también para ella misma. En todo caso, buena parte de culpa en la confusión la tiene la publicidad, engañosa como ella sola.
No se le puede negar actualidad a tu relato, además de romper barreras.
Un abrazo y suerte, Javier