17. Orígenes (Esperanza Tirado Jiménez)
Cuando se fue mi madre quise irme yo también. Pero las obligaciones de este mundo me ataron demasiado fuerte, casi aprisionándome. Tanto que me quedaron algunas marcas. A pesar de todo continué aquí; aunque solo en cuerpo, que a veces funcionaba en modo autómata. Porque gran parte de mi corazón, mi mente y mi alma se habían ido volando lejos, buscándola a ella.
Ahora el flujo de la vida se me escapa entre delgados tubos transparentes, pero ya no me importa. Me doy cuenta de que estoy liberada de condicionamientos absurdos. Me siento preparada. Lista para sentir el agua salada de mis primeras lágrimas, dispuesta a nadar en el líquido amniótico. Y poder abrazar a mi madre.
Para correr las dos juntas, descalzas y libres, hacia el infinito de nuestros orígenes.
Por fin. Nuestro principio comienza.
La relación entre una madre y su hija siempre es especial. En el caso de tu protagonista, el vínculo es tan fuerte que no es capaz de aceptar ni vivir en plenitud desde que ella murió. Tanto es así que, al llegar su propia última hora, lo siente como una bendición, al pensar que volverán a encontrarse. Lo que fue en un principio y se truncó, por ley de vida, volverá a ser, o eso piensa y es lo que mantiene su esperanza.
Un relato entrañable, lleno de sentimiento.
Un abrazo, Esperanza
A veces creo que entendéis mejor mi relato que yo misma.
Sobre todo cuando leo comentarios tan fantásticos como este.
Gracias Angel
Un abrazo.
Qué bonito, Esperanza. Es como si estuvieses describiendo mi mundo interior. Cuando perdí a lo que más quería, quiero y querré, mi madre, pensé que no podía seguir. En este tiempo sin su calor, todo lo que hago es por ella, para que me vea bien. Por un lado tristeza y por otro empeño en salir adelante con tal de satisfacerla. Sé que algún día podré abrazarla. Ese es mi consuelo.
Me has hecho llorar, preciosa. Es un relato bellísimo.
Mi enhorabuena.
Muchos besitos.
Casi me has hecho llorar tú a mí con esto que dices.
Un abrazo enorme.
Besos
¡Y Gracias!
Qué preciosidad de relato, Esperanza. Muy triste pero con mucha luz. Creo que nunca te había leído algo tan intimista, y sin saber cuánto hay de realidad o de ficción, parece salir desde las entrañas.
Enhorabuena, me ha encantado.
Un abrazo y te deseo mucha suerte.
Algún día tengo que buscar en wordpress el modo de configurar esto para que me lleguen avisos de nuevos mensajes al correo… Misterios de internet…
Mil gracias Rosy. Feliz de que te haya gustado mi pequeña historia. Y de realidad hay una visita al hospital inesperada y casi eterna. Luego mi cabeza que se pone a rumiar y a pensar en lo peor, que no llegó, afortunadamente, ayuda (o desayuda según se vea) bastante.
Un beso guapa.