37. OTTO
Reconozco su retrato y su mirada me vomita al pasado. A una cálida noche de verano, donde era aún más inocente que niño, cuando aún jugaba con la idea de que las piedras susurran historias al rozar tu piel y guardar el silencio que todo contador de relatos se merece.
Nos encontrábamos de nuevo.
Otto Vlan Dengge (1856-1899) conde holandés que triunfó en el siglo XIX por Europa con su circo de las maravillas y de los seres que ya no viven. Maestro de la magia y del azar e impulsor de los llamados juegos de ingenio y artificio para grandes grupos. Fundador del movimiento “El juego del azar y la magia de la vida” que recorría hospitales y ciudades en busca de una sonrisa. Casado en 1887 con Aurora, fallecida de forma extraña en 1895. Suceso que provocó su muerte y desaparición cuatro años después…
Rememora la carta de Otto que leyó ese verano:
“Encontrarme con Aurora es recuperar el sueño de tocar su piel y besar su alma. Ayudadme a lograrlo”.
Era el primer verano del siglo XXI, sólo tenía once años. Entre todos, conseguimos que Otto volviera a besar el alma de Aurora.
Y sonreímos de nuevo.
Por más vueltas que le doy, no encuentro el hilo del que tirar. Lo siento.
Hola, Edita!!!
Gracias por leer y escribir. Puede que me haya quedado un cuento muy críptico. Es bastante probable. Intentaba narrar el encuentro entre un niño ( ya maduro) y un personaje de ficción que formó parte de un verano. El encuentro y el recuerdo se produce al ver un cuadro que le recuerda a ese personaje ficticio.
Eso le permite recuperar esa infancia y una sonrisa ( fantasía) que alguna vez desapareció.
No sé si te ayuda pero esto era lo que se pretendía describir.
Un abrazo,
Marcel Gris
Marcel, gracias por tu comentario, gracias a él es mas bonita la historia. Suerte y saludos
Hola, Calamanda,
Gracias por tus palabras y ánimos.
Un abrazo,
Marcel
Hola, Marcel. Opino igual que Calamanda. A mí me parece una historia muy bonita, después de entenderla un poquito mejor con ayuda de tu generoso comentario. Un besito.
Marcel,
gracias a tu comentario he entendido mejor la historia y es muy bonita. Una idea interesante que quizás necesita más de 200 palabras para explicarse como merece.
Suerte y un abrazo
Cuando somos niños hay ficciones que nos marcan mucho. Encontrarnos con ellas de adultos nos llevan por arte de magia a esa época del recuerdo, y podemos mirar a la vez como el niño y como el adulto que observa al niño.
¡FELIZ 2018!