04. Paco «el moderno» (Eva García)
La emoción, como un escalofrío, sacudía a todo el pueblo al acercarse la fecha de la romería; los aromas de hojaldre y miel arropaban amistades dejando atrás las rencillas. Todos recorreríamos sin prisas el camino, disfrutando, unidos por antiguos cantos que enardecían el corazón, haciendo fiesta de cada trago y bocado a la sombra de las encinas, de cada arroyo que refrescara nuestros pies.
Pero justo la víspera, desde Alemania, llegó el progreso (aquel mal contra el que Don José nos prevenía cada domingo) en forma de un enorme paquete para el alcalde. Muchos vimos por primera vez una bicicleta cuando lo desenvolvió en medio de la plaza, donde lo había depositado el coche correo.
Mientras daba vueltas saludando sonriente, la gente murmuraba que, haciendo las Europas, había adoptado costumbres impías, y atribuían al demonio el prodigio de que aquellas ruedas aguantaran sin descalabrarle. Al detenerse, comprobamos que, efectivamente, estaba trastornado: anunció, orgulloso, que ese año haría el trayecto hasta el santuario montado en aquel artefacto en menos de cinco días, para ahorrar tiempo.
Doña Finita, siempre tan cabal, le preguntó asombrada:
—Pero… ¿qué harás con el tiempo que ahorres, Paco?
Y él, por una vez, no supo qué contestar.
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Me parece delicioso. El ambiente encantador, pero la pregunta es preciosa. Y daría para mucho pensar, desde que llegó la modelnidad no hemos parado de correr. Yo le veo opciones, suerte.
Besísimos.
Es porque me quieres, lo sé.
Abrazotísimos
Muy bueno, Eva, como dice arriba el gran Barlon Mrando es un relato que te hace pensar con ese final apoteósico. Enhorabuena.
El final siempre fue la meta. Un beso Loren.
Buen debate el de la Modernidad y lo que supone, me ha gustado mucho.
Yo a Paco lo veo aprovechando el rato con los amigos, incluso escribiendo las crónicas del pueblo. Díselo si lo ves.
Mucha suerte!
Me han faltado palabras para describirlo todo, de hecho tuve que recortar casi setenta del texto inicial del tirón. Los amigos de Paco irían a la romería también,andando, como todo el pueblo. Eso si, lo de escribir en el silencio de la ausencia en masa no se me había ocurrido (ni a él tampoco, por lo visto), gran idea. Gracias Cari. Un beso.
Me encanta el relato Eva. Cómo nos enganchas con ese guión excelente, y de que manera dejas en el aire la pregunta final, en boca de doña Finita.
Mucha suerte,
Ton.
Gracias Ton. Doña Finita sabía vivir, creo yo. Un abrazo.
Eva, buen cuento y mejor moraleja. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, un beso.
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Relato con léxico muy trabajado y tierna moraleja final.
Gracias Modes.
El ambiente rural está muy bien descrito, un acierto, no menos que la esencia del texto. Para qué tanta prisa, pudiendo hacerlo todo calmadamente, como siempre se ha hecho. Una vida donde el tiempo parecía muy distinto al que ahora vivimos y sufrimos y hemos vuelto tan escaso al llenarlo de actividades frenéticas.
Me ha gustado mucho, Eva. Suerte y un abrazo
Hola Ángel, yo creo que hemos perdido el gusto por los sencillos actos de compartir experiencias en persona con personas, sin necesidad de retransmitirlo al mundo mediante redes. De disfrutar del momento, del mundo y de la gente. Un beso y gracias.
Me has dejado pensando en Paco, incomprendido por el entorno que no veía con buenos ojos tal artefacto. Que buena imagen nos pintas casi puedo ver esa plaza y a todos lo demás incrédulos por lo que ven.
Doña Finita no me cabe duda que es real.
Un abrazo y suerte.
Hola Moli. Pues está bien eso de ponerse del otro lado. Yo creo que no hay que demonizar ni a Paco ni al progreso, como don José cada domingo, a mi me parece bien que se comprara una bicicleta, lo que quizá no fue demasiado oportuno por su parte fue, precisamente, tratar de mostrar sus ventajas en un acto que , en si mismo, tenía el espíritu contrario. Seguro que si se hubiera ofrecido a ir al pueblo de al lado a buscar algo necesario, por ejemplo, nadie le habría cuestionado ni su utilidad ni el ahorro de tiempo 🙂 Un abrazo y gracias por tu visita.
Nos haces sentir el buen ambiente que se respira entre los aldeanos, el paisaje que se refresca en ese río, la convivencia bien intencionada y la llegada de un nuevo aparato no entendido. Ese pavoneo del alcalde y una pregunta en el aire.
Desde entonces, creo, que vamos demasiado deprisa por la vida y nos falta tiempo, a pesar de ello, para disfrutarla.
Buen relato lleno de magia y encanto.
un beso grande guapa.
Hola Belén. Creo que todo, utilizado con mesura y en su momento, tiene cabida en la vida. Lo malo es cuando perdemos el norte y la perspectiva. Un beso, preciosa.
Hola, Eva.
Me lo he imaginado tal y como lo has descrito, ¡campeona!
Así debió de producirse entre esos primeros modernos que apostaron por la bicicleta.
Me gusta, especialmente, la pregunta sin respuesta que dejas al final del micro: «¿qué harás con el tiempo que ahorres, Paco?», porque es una gran cuestión para tu Paco y para mí misma. Tantas veces hablamos del tiempo, pero muchas desconocemos su valor exacto.
Me parece una historia con modernez, descrita con ternura y hasta con una duda filosófica para rematar. Un cóctel sobresaliente.
Besazos y mucha suerte.
Me alegro de que te haya gustado, Towi, y que hayas visto lo que yo quise transmitir. Un montón de besos veraniegos reguapa, y gracias.
Qué bonito lo cuentas. Me recuerda al pueblecito de cinema Paradiso, a sus gentes. Una historia que da cobijo y desprende ternura, e incluso añoranza del tiempo pasado.
Un saludo
Bien podría ser, Sergi y eso que aunque vivo en el rural, siempre pienso en algo más parecido a Ayna o Molinicos en su versión amanecista. Gracias y un abrazo.
Todo, bueno. El final, mejor.
Gracias Edita. Un bico.
En esta sociedad a muchos les pasa como a `tu Paco ` tanto pensar eb ahorrar tiempo, eb querer que todo llegue muy pronto sin reparar eb que se van perdiendo la esencia de cada momento. En este caso, en camino con los romeros, lo que más se disfruta. Suerte y feliz verano.
Hola Mercedes. ‘La vida es eso que pasa mientras hacemos otros planes’ Creo que para la unión del pueblo era importante el compartir el camino, mucho más que llegar al santuario. Gracias y feliz verano a ti también.
Una delicia de relato rural, con unos personajes que apetece achucharlos. A ver si nos cuentas lo que pasó el primer día que se subió una moza a la bicicleta. Un beso, contrincanta. Es un placer leerte.
Anda, relato rural, dice, ¡pos si es un relato filosófico-religioso!¿o no se ve? 😛 Pasarían muchos años aún hasta que estuviera bien visto eso que dices de las mozas, contrincanta. Un beso placentero y gracias.
Relato de aspecto rural, que también se da en las ciudades: reacción ante el modernismo. Siempre que llega un invento o modernidad, hay diferentes opiniones que las has reflejado muy bien en el relato.
Si, Blanca, estamos condenados a echar de menos el pasado y temer el futuro. Gracias y un abrazo.
De como el progreso transforma la sociedad, y buena reflexión final. Me trajo recuerdos, las bombillas de 60w, la primera tele…
Hola Javier. Siempre tan lúcido (de 100w o más). ¿Por qué será tan difícil encontrar el equilibrio entre el uso y el abuso? Gracias por pasarte. Un beso.
Qué buena pregunta que le hacen al final… Qué hacer con el tiempo que ahorre, para qué ahorrar tiempo si lo divertido precisamente es ir difrutándolo. Este relato tuyo encierra mucho contenido. Me ha encantado. Suerte Eva.
Gracias Yashira, efectivamente eso es lo que quería transmitir. Un beso.
Eva, precioso relato ambientado de una forma exquisita. Hemos ahorrado tiempo, es un regalo proporcionado por la modernidad, pero lo derrochamos en actuaciones baldías. Abrazos y feliz verano.
Gracias Salvador, olvidamos que el tiempo es oro y que de él está compuesta la vida. Un abrazo a ti también.
Muy buen tema, Eva, si lo pasan tan bien en la romería para que acortarla. A veces parecemos tontos, y otras lo somos de solemnidad.
Me ha encantado.
Abrazos y felicidades.
Gracias Javier. Pues si, a veces somos tontos: todo el día tecleando mensajes por ejemplo en vez de escuchar la voz de los demás, todo el día viviendo virtualmente en vez de cara a cara… Un beso.
Eso mismo me preguntaron a mi cuando me pillé el Ferrariiiiii!!! 😉
Sin bromas ahora, me he quedado con la boca abierta. Qué bien escrito y qué buen escrito. Me ha encandilado, jolín!!
Beso.
Muchas gracias de corazón, auro. Te pediré ese Ferrari alguna vez, que el progreso no debe estar reñido con las buenas filosofías 😛 .
Besos.
Qué bien contado, que bien ambientado y que certera pregunta sin respuesta. Hoy que todo ha de ser inmediato, no sé qué diablos hacemos con tanto tiempo como nos debe sobrar.
Un gusto leer tus relatos.
Besos
Muchas gracias por tu visita y tus palabras, Asun. Yo hace años que trato de manejar el tiempo de otra manera, merece la pena explayarse y disfrutar del camino, casi tanto o más que alcanzar la meta. Un beso.
Gracias, Ana, siempre tan perspicaz diseccionando todos los niveles de lectura. Como bien dices, nada es negro o blanco, nada es malo o bueno, existen los grises y los regulares y hay que saber sacar a cada cosa su punto de jugo, Besos.